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¿Se acabará la pandemia con Ómicron?¿Se alcanzará la inmunidad de rebaño?

Las mutaciones del SARS-CoV2 son impredecibles, pero se pueden disminuir variantes de peligro con una vacunación global y medidas preventivas, dice José Campillo, de la Sociedad Mexicana de Virología 

Nueva ola de contagios

José Campillo expuso algunos de los conocimientos que se tienen de Ómicron a través del FB de la Facultad de Ciencias.

José Campillo expuso algunos de los conocimientos que se tienen de Ómicron a través del FB de la Facultad de Ciencias.

Después de Ómicron, ¿se terminará la pandemia?; dada su alta transmisibilidad, ¿se generará finalmente la inmunidad de rebaño (85% de la población)? Desde la biología evolutiva no hay forma de saberlo, lo único que es seguro es que el SARS-CoV-2 seguirá evolucionando.

Lo que esperamos los seres humanos es que sus siguientes cambios y mutaciones generen variantes menos riesgosas para nosotros y la manera en que podemos contribuir a ello es disminuir la velocidad y número de éstas, aumentando la vacunación global y apegándose a las medidas de prevención que, se supone, ya conocemos bien.

Lo anterior fue expuesto por José Campillo, investigador del Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la UNAM y miembro de la Sociedad Mexicana de Virología. En la videoconferencia titulada “¿Se acabará la pandemia con Ómicron?”, transmitida a través del Facebook de la facultad, explicó algunas características de la nueva variante que ha ganado terreno como la preponderante en el planeta.

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Recordó que su dispersión es más rápida que la del sarampión y que si ha demostrado generar un impacto menor en la salud y menos mortalidad, no es necesariamente por sus características intrínsecas, sino por la ampliación en la aplicación de vacunas. Sobre la turgente y acuciosa pregunta de si estamos cerca del fin de la pandemia, explicó que, desde la biología evolutiva, no se puede predecir, puesto que hay un factor de azar: las mutaciones.

Recordó que cálculos epidemiológicos refieren que el descenso de casos por Ómicron bajaría a inicios o mediados de febrero y expuso el panorama de lo ocurrido en los países africanos donde se registró inicialmente la variante. A través de modelos matemáticos, “se ha visto que después de un pico máximo, los contagios bajaron estrepitosamente”. Sin embargo, la biología es más impredecible y si ocurren ese u otro tipo de escenarios depende del escenario que tenga frente sí el coronavirus.

La situación de Zimbabwe, ejemplificó, es muy diferente a la de México; en la primera, la población es más joven y tiene mayor fuerza inmunológica para neutralizar el virus, en tanto que en nuestro país tenemos una población con problemas de obesidad y otras comorbilidades. También depende de la tasa de vacunación.

El especialista también respondió una pregunta difícil desde el punto de vista de la biología: ¿la amplia difusión de Ómicron permitirá alcanzar la inmunidad de rebaño en el mundo? “Aparentemente sí, pero no se puede predecir y decir que en abril se acabará o que ya no habrá más variantes. Es una situación dinámica, un equilibrio dinámico entre el ser humano y el virus, una carrera donde ninguno se detiene. Pueden generarse más variantes, esperemos que no sean las de preocupación”.

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Ya que el virus no dejará de mutar, enfatiza, el único camino que conocemos para evitar que se generen más variantes de riesgo es la vacunación y seguir con las medidas de prevención. “Hasta ahora, no hay ninguna variante que se haga más pequeña y penetre el cubrebocas, que se logre transmitir a más de 8 metros o sea inmune al jabón”.

Por otra parte, enfatizó que se debe ampliar la vacunación no sólo en otros países, sino también en la población infantil. “Los niños son poco vacunados en todo el mundo, pero también se infectan, transmiten el virus, llegan al hospital y también mueren”. Recordó que datos del 2021 refieren que en nuestro país habrían fallecido alrededor de 900 niños por Covid, lo cual enfatiza el renfoque de las campañas de vacunación para que también sean vacunados.

Desigualdad en vacunas: Escupir al cielo

Campillo también enfatizó que, si bien la pandemia expuso de manera lamentable la desigualdad social y sanitaria en el mundo, mantener esa idea en la forma que se ha desarrollado la vacunación como hasta ahora sólo es una falsa seguridad, es “escupir al cielo”. Una lección de ello, sería Ómicron.

¿De qué sirve que países ricos como EU o Inglaterra vayan por la cuarta vacunación o refuerzo si en países africanos no se ha vacunado ni siquiera al 10% de su población?”. Una de las hipótesis de cómo surgió Ómicron ¬–que no desciende de Alfa o Delta– en África y que entre sus características se encontraría eludir más fácilmente el sistema inmune, es que el coronavirus atacó a personas con un sistema inmunitario muy débil, lo que permitió mutar en un ambiente sin supervisión inmunitaria y adaptarse.

“En la población de un país con malas condiciones sanitarias y sin vacunas se pueden generar variantes de preocupación. Por ello, todo ser humano debe ser vacunado, no importa si es niño, niña, adulto, de México o Tanzania, si su sistema inmunitario es débil… todos deben vacunarse, sólo así alcanzaremos la inmunidad de rebaño”.