La paloma de la Isla Socorro está extinta en su hábitat. A mediados de los setenta, la especie desapareció de su ecosistema, sin embargo, no todo está perdido: la Zenaida graysoni aún existe en cautiverio e investigadores mexicanos y fuera del país, así como aviarios y zoológicos en el extranjero trabajan para reintroducirla en esta isla del archipiélago de Revillegigedo.

Uno de los principales investigadores que encabezan este proyecto es Juan Martínez Gómez, adscrito al Instituto de Ecología, A. C., (Inecol), quien en entrevista relata cómo ha sido el trabajo de conservación de la especie, las dificultades que enfrenta desde el marco legal y el reto que significa su reintroducción.

“La paloma de Socorro es de las especies con mayor peligro en el planeta, un menos que la vaquita marina, pero requiere de un manejo humano muy intenso”, señala el especialista en interacciones multitróficas del Inecol, uno de los 27 Centros Públicos e Investigación (Centros Conacyt) del país.

En el mundo, añade, existen alrededor de 150 palomas entre aviarios y zoológicos de Estados Unidos, Europa y México. Pero el hecho de que hayan llegado especímenes fuera del país es una fortuna que décadas después son una de las claves de que su extinción no sea total y que incluso se pueda recuperar.

La paloma de Socorro es una especie única en el mundo, a lo cual se le llama comúnmente endemismo, pero hay otras cuyo entorno natural es mucho más pequeño y específico, al cual se le llama microendemismo y es más común en islas o montañas debido a su aislamiento.

A finales de los años sesenta, la introducción de especies como borregos a la isla provocó la degradación de su hábitat lo que generó el decaimiento de su población. A mediados de los años setenta, el incremento de la población humana, sus animales domésticos –como gatos que las comían–, la creación de infraestructura e incluso la ingesta de la ave provocaron su desaparición.

“El factor decisivo para su desaparición fue la destrucción de su hábitat, que les proporcionaba alimentos, lugares de anidación y refugio contra depredadores. Se extinguió como el tecolote enano de la isla, del cual no hubo ejemplares vivos que ayudarán a su repoblación. La paloma de Socorro se reproducía en aviarios particulares y zoológicos”. En 1925 expedicionarios de la Academia de Ciencias de California llevaron especímenes a San Francisco, de ahí llegaron otros más a Reino Unido.

Casi 60 años después, en esa misma academia el ornitólogo Luis Baptista encabezó su recuperación y reproducción en EU; en tanto, Stefan Stadler, del Zoológico de Frankfurt, hace lo propio en Europa casi una década después e incluye a la especie en el Programa Europeo para Especies en Peligro de Extinción.

En México, el trabajo de investigación de Juan Martínez y con el apoyo del zoológico Africam Safari, se logran traer de nuevo especímenes a México en 2013. En este escenario, agrega, la cooperación de la Secretaría de Marina ha sido importante, ya que han apoyado a los investigadores en este y otros proyectos en los mares mexicanos.

REGRESO A CASA.

Antes de su regreso a territorio nacional, los investigadores realizaron trabajos de reforestación en la isla y habilitar aviarios in situ, como uno de los primeros pasos para su reintroducción. “Sabemos que para que la paloma sobreviva se tienen que recuperar los bosques que se perdieron”. Martínez añade que actualmente siguen los trabajos para recuperar el hábitat, sin éste la paloma de Socorro no tiene futuro en la isla.

Tras su viaje a la Isla Socorro y en sus memorias, rememora Juan Martínez, el botánico Faustino Miranda decía que “no se puede dañar al bosque sin dañar a las aves y viceversa”. La interacción ecológica es vital.

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La paloma de Socorro es frugívora por excelencia, por lo que es importante que regrese a la isla para que coma los frutos, disperse sus semillas y regenere los bosques. “El sistema de restauración que se emplea se llama ‘isla de árboles’ o ‘esquema de nucleación’: ponemos parcelas en las zonas que están dañadas donde sembramos. En vez plantar árboles de forma masiva, lo hacemos con decenas que sabemos que sobrevivirán; las parcelas son como jardines, donde cada vez ponemos más especies nativas endémicas”.

Estas parcelas, agrega, comenzarán a ser atractivas para las aves y se pueden conectar entre ellas; las aves, al volar y comer los frutos de los árboles que plantaron dispersarán las semillas.

“Seguirá un sistema similar al que sucede en la naturaleza, de restauración activa, probado en muchos lugares. Quienes harán el trabajo son las aves y lo llevarán a cabo como antes de su desaparición y esperamos que regeneren un bosque como el que existió originalmente”.

Pero los científicos deben redoblar esfuerzos y recibir toda la ayuda posible para resarcir los atrasos que provocó la pandemia, que limitó la capacidad de reproducción en los zoológicos, sumado al Brexit que impidió el intercambio de especies en Europa, refiere el académico del Inecol.

“Se perdió la producción de palomas y están envejeciendo. El problema es que, después de los cinco años, su capacidad reproductiva baja; por ello, es importante el manejo intenso de la población en cuidado humano, para que la población siempre tenga poblaciones jóvenes, ya que son las que mantienen viable a la población. Ahora se trata de recomponer el impacto que generó la pandemia para tener palomas jóvenes”.

Su reproducción tampoco es sencilla, explica, puesto que en temporada de reproducción son agresivas y territoriales, el macho puede matar a su compañera. “Entonces, los cuidadores deben saber su comportamiento, cuándo se deben juntar y separar. En EU no se hizo y se perdieron a machos, que se cruzaron con palomas de una especie cercana, híbridos que se retrocruzaron, pero ya no era la original”.

Una vez de regreso, las aves necesitan aprender de nuevo vivir en su hábitat, re descubrir cuáles son las frutas y los insectos que comían en la isla. “Será intensivo, es una especie delicada y sensible requiere mucho cuidado”.

“De regreso en la isla, las palomas necesitarán de impulso y nuestra atención, de protegerlas de depredadores, y es que si hay 150 palomas en el mundo y llevamos 15 estamos llevando al 10% de la población mundial, además de que su tasa de supervivencia es baja, por lo que se necesita tomar muchas medidas para su bienestar”.

El reto para la paloma de Socorro y otras especies endémicas es grande. En el caso del ave, recuerda Martínez Gómez, si no se maneja de manera intensiva y con ayuda de muchas personas en más de una decena de países esta especie ya se habría extinguido. No obstante, cada persona en México y en otros países que han conocido a la paloma han quedado cautivadas por su belleza. “La gente se enamora de la paloma cuando la ve: se posan diferente, como pavos o perdices. Esa imagen da un claro mensaje de que necesitan ayuda”. 

Mejorar las leyes medioambientales

Otro de los retos que enfrenta el proyecto es la legislación mexicana, apunta el investigador, por ejemplo, la Norma Oficial 59, sobre la protección de especies, tiene a la paloma de Socorro como “extinta” y no hace diferencia entre vida silvestre y cautiverio.

“Ante los ojos de los analistas que no conocen los detalles de la especie su estado real se encuentra a la sombra, nos ciega a la situación de una especie que necesita mucha ayuda. Por ello, se debe reformar”.

Adicionalmente, agrega, en el listado de especies prioritarias el ave no está incluida, “cuando debería estarlo, puesto que es una de las mayores especies en peligro del planeta”.

El especialista enfatiza que los marcos legales deben pasar por un proceso de mejora regulatoria o algo similar para asegurarse que todas las especies que necesitan apoyo, en cautiverio o vida silvestre, o porque sean especies prioritarias por razones socioculturales o históricas sean susceptibles de una mejor conservación.

Incluso, agrega, de manera muy estricta, hay huecos legales que impiden hacer investigación e incluso consideran sus actividades fuera de la ley. “Hay inspectores de Profepa que tratan a los investigadores como criminales, a mí ya me ha pasado y es porque la ley está mal hecha”.