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Elena Álvarez-Buylla: La AMC se convirtió en una “caja de resonancia” de los adversarios de la 4T

La directora del Conahcyt renuncia a la Academia Mexicana de Ciencias y dice que es vergonzoso que la AMC haya apoyado la publicación del documento de “Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México”

política científica

La tensa relación entre el actual gobierno de México y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) terminó por romperse. La actual responsable de la política científica del gobierno federal, María Elena Álvarez-Buylla, Directora General del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt) difundió en redes sociales una carta pública en la que renuncia a sus membrecía a la Academia y acusa a esa asociación civil, fundada en 1959 e integrada por 3 mil destacados investigadores, de haberse convertido en una “caja de resonancia” de los adversarios al movimiento político que el actual gobierno busca convertir en cambio histórico: la Cuarta transformación de la vida pública de México.
En cinco años y tres meses del actual gobierno, Conahcyt coincidió con tres presidentes diferentes de la AMC: el físico José Luis Morán; la astrofísica Susana Lizano y el matemático José Antonio Seade Kuri. Con ninguno tuvo buen entendimiento la bióloga representante del gobierno federal.
En su texto de renuncia, de cinco páginas, la bióloga y funcionaria pública considera vergonzoso que la AMC haya apoyado la publicación del documento de evaluación y análisis llamado

En octubre de 2019, Álvarez-Buylla firmó un convenio con el que prometía renovar la relación entre Conacyt y la AMC, pero la relación no mejoró.

Alcanzando el Conocimiento /AMC

La tensa relación entre el actual gobierno de México y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) terminó por romperse. La actual responsable de la política científica del gobierno federal, María Elena Álvarez-Buylla, Directora General del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt) difundió en redes sociales una carta pública en la que renuncia a sus membrecía a la Academia y acusa a esa asociación civil, fundada en 1959 e integrada por 3 mil destacados investigadores, de haberse convertido en una “caja de resonancia” de los adversarios al movimiento político que el actual gobierno busca convertir en cambio histórico: la Cuarta transformación de la vida pública de México.

En cinco años y tres meses del actual gobierno, Conahcyt coincidió con tres presidentes diferentes de la AMC: el físico José Luis Morán; la astrofísica Susana Lizano y el matemático José Antonio Seade Kuri. Con ninguno tuvo buen entendimiento la bióloga representante del gobierno federal.

En su texto de renuncia, de cinco páginas, la bióloga y funcionaria pública considera vergonzoso que la AMC haya apoyado la publicación del documento de evaluación y análisis llamado "“Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México”. Ese libro, que el diario Crónica ha analizado y explicado a lo largo de esta semana, está constituido por textos de 16 autorías diferentes, incluyendo a 14 investigadores y dos asociaciones civiles. En él se plantean varias correcciones y cambios a la actual política científica.

Hay que recordar que el distanciamiento entre María Elena Álvarez-Buylla y la AMC se ha construido a través de varias pequeñas rupturas que comenzó desde el inicio del actual gobierno. En primer lugar, Conahcyt retiró el apoyo financiero a todas las asociaciones civiles vinculadas con la ciencia, incluyendo a la Academia Mexicana de Ciencias y a todas las sociedades científicas, como la de física, matemáticas, química, etcétera. Esta misma negativa para apoyar esfuerzos que no estuvieran dentro del control del gobierno afectó y estuvo a punto de destruir las olimpiadas de matemáticas, física y de otros campos, así como a la más antigua actividad de divulgación de la ciencia en México: “Los domingos en la ciencia”.

A pesar de esas dificultades, que obligaron a cerrar la sede central de la Academia Mexicana de Ciencias, la asociación civil no ha emitido ningún comunicado oficial crítico contra el gobierno ni ahora ha reaccionado oficialmente a la renuncia de Álvarez-Buylla.

ACADEMIA VERDADERA

Más allá del juicio que hace la actual directora de Conahcyt, la Academia Mexicana de Ciencias (originalmente llamada Academia de la Investigación Científica) está históricamente ligada al nacimiento de la ciencia profesional en México. Hasta antes de 1959 muchas personas se podían presentar públicamente como científicos sin que hicieran investigación. Ese fenómeno fue identificado por los fundadores de la Academia que decidieron crear una asociación sin fines de lucro en la que pudieran encontrarse, dialogar y contrastar puntos de vista las personas que hacían investigación en México.

Ese grupo de fundadores, que principalmente estaba integrado por profesores e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenzó sus actividades en un salón, con una cafetera, en lo que hoy es la Torre II de Humanidades de Ciudad Universitaria de la UNAM. Entre sus fundadores estuvieron Guillermo Haro, Alberto Sandoval, José Luis Mateos, Emilio Lluis, Eugenio Mendoza, José Adem, Arcadio Poveda y Juan Manuel Lozano. Las actividades consistían en que cada uno exponía de lo que trataba su trabajo y respondía preguntas de investigadores de otros campos. En el grupo de 59 personas que firmaron el acta constitutiva, hace 65 años, había astrónomos, físicos, geofísicos, historiadores, ingenieros, médicos, biólogos y químicos.

Con el paso de los años la membresía de la Academia fue creciendo, incorporando a personas que demuestran que hacen investigación científica, se afilian voluntariamente a la AMC, pagan una membresía anual y apoyan actividades de educación, reflexión y crítica sobre la investigación científica en México.

Durante algunos años la sede de la AMC estuvo en las instalaciones del actual Museo Universitarios de Ciencias Universum, hasta que uno de sus presidentes, el doctor René Drucker, consiguió que se donara para esa asociación civil la casa que el gobierno había confiscado al exjefe de la policía de la Ciudad de México, Arturo Durazo Moreno, cerca de la carretera federal México-Cuernavaca. Esas instalaciones fueron adaptadas y remodeladas con apoyo de Conacyt, pero actualmente están cerradas y abandonadas tras cinco años sin apoyo de la federación; de la misma forma que se eliminaron los apoyos a todas las demás actividades académicas de la AMC.

HORARIO NOCTURNO

La renuncia de María Elena Álvarez-Buylla a la Academia Mexicana de Ciencias fue dada a conocer a las 11:58 de la noche del jueves 29 de febrero, mediante una carta pública de cinco páginas que ella misma difundió en sus redes sociales personales.

La doctora Álvarez Buylla, quien cuenta con formación y numerosas investigaciones en el campo de la biología y es investigadora con licencia del Instituto de Ecología de la UNAM, argumenta su renuncia como una consecuencia de su rechazo a críticas y propuestas alternativas de política científica que han hecho otros miembros de la Academia, a la labor de la funcionaria pública del gobierno que concluye funciones el 1 de octubre de este año.

Apoyada en una larga referencia a los errores y deficiencias de lo hecho por las anteriores administraciones del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), fundado en 1970 y que este año fue sustituido por el Cona(h)cyt, la renuncia de María Elena Álvarez-Buylla concentra su atención sobre la Academia Mexicana de Ciencias, en diferentes fragmentos con palabras como las siguientes:

“En la práctica, esta entidad privada se ha dedicado a lo largo de este sexenio transformador a actuar como caja de resonancia de los posicionamientos políticos de los adversarios de la Cuarta Transformación de la vida pública en México, llegando a extremos vergonzosos con posicionamientos públicos y recientes auspiciados por recursos públicos en colaboración con el Instituto de Investigación en Políticas Púbicas y Gobierno de la Universidad de Guadalajara, como lo es el compilado “Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México”, cuyos coordinadores son nada más y nada menos que Enrique Cabrero Mendoza, quien se desempeñó como director general de Conacyt durante la administración presidencial de Enrique Peña Nieto; así como José Antonio Seade Kuri, actual presidente de la AMC”.

Desde el inicio de la carta, la hija del destacado médico y neurofisiólogo español-mexicano Ramón Álvarez-Buylla expone su inconformidad por no haber recibido apoyo a sus trabajos por parte de la Academia:

“La AMC, que fue capturada por grupos de poder conservadores y usada para golpear al actual gobierno con el propósito de defender intereses particulares so pretexto de la promoción de la ciencia anulando el interés público, se opone a la construcción del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la cual requirió de la transformación radical del pasado Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), del periodo neoliberal”

La carta continúa con una lista de 8 resultados recientes que la funcionaria de gobierno describe como “grandes resultados de la transformación del Conahcyt, que se obtuvieron bajo el mandato del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador” y agrega que “están a la vista para quienes honestamente quieran corroborarlos”

Más adelante afirma que “la construcción del Conahcyt ha sido combatida rabiosamente por sectores que se vieron beneficiados de manera ilegítima por el Conacyt neoliberal” y añade que “el caso de la AMC, llama poderosamente la atención por mostrar la degradación neoliberal de este tipo de entidades privadas”.

Minutos antes de dar a conocer su renuncia, la Doctora Álvarez Buylla publicó en sus redes sociales una fotografía del actual presidente de México, con la frase ¡Es un honor estar con @lopezobrador_! Y al final de su carta de renuncia creó una etiqueta para redes sociales o hashtag llamado #laAMCnomerepresenta.

El documento que irritó a la directora de Conahcyt no es de un solo autor

La ruptura entre la actual responsable de ciencia en el gobierno federal y la Academia Mexicana de Ciencia ocurre una semana después de la publicación del libro “Propuestas y reflexiones de la política de ciencia, tecnología e innovación en México. En ese documento, investigadores, científicos y académicos, en coordinación con la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y el Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno (IPPG) de la Universidad de Guadalajara (UdG), han publicado una serie de recomendaciones y propuestas de política científica que esperan tener resonancia en los próximos gobiernos en el marco de las elecciones de 2024. El libro consta de 16 textos, de diferentes perfiles, pero la mayoría coincide en la necesidad de “rescatar” y “modificar” la estructura legal, institucional y financiera de la ciencia en México, cuestionando los beneficios de lo hecho desde 2018 por los actuales responsables gubernamentales de ese sector.