Durante décadas se hicieron mal las matemáticas. Los pozos de agua con permisos legales en la cuenca del Valle de México tienen concesiones que les permiten extraer cada año hasta 215 por ciento más agua subterránea de la que recibe con recarga el acuífero de esta región en el mismo periodo de tiempo. Si no hay un cambio en esta tendencia, dentro de 40 años se habrá acabado el agua subterránea del acuífero que se formó hace 30 mil años.

Los anteriores datos están incluidos en el documento científico Perspectivas del Agua en el Valle de México, que ayer fue presentado en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (II-UNAM). El análisis diagnóstico y prospectivo fue realizado por los 20 investigadores líderes en el campo de la seguridad hídrica en el Valle de México, los cuales trabajan dentro de la academia, gobierno, sector privado y organizaciones de la sociedad civil.

DATOS DUROS

Los expertos pidieron a los medios de comunicación no caer en el amarillismo superficial de hablar de un “Día cero” en el que no habrá agua en la Ciudad de México, pues dijeron que el tema no se debe sobre-simplificar sino explicar desde todos sus ángulos, incluyendo el educar sobre la responsabilidad de todos los sectores; desde la industria y gobierno hasta las colonias, familias e individuos.

“Necesitamos formar una cultura del agua en el Valle de México que nos permita contar con ciudadanos hidro-inteligentes”, dijo el doctor Fernando González Villarreal, quien es investigador del II-UNAM, fue el primer director de la Comisión Nacional del Agua y es coautor del estudio que se presentó ayer.

La información contenida en el documento Perspectivas del Agua en el Valle de México primero hace un diagnóstico y luego propone una serie de soluciones explicadas en forma de pirámide donde se incluyen acciones de gobernanza, financiamiento, inversión en infraestructura y formación de una cultura del agua.

El estudio describe con cifras y mapas que, aunque actualmente existe gran preocupación sobre la crisis del Sistema Cutzamala, cuyas reservas de este año son menos de la mitad que en años anteriores, esta crisis de 2024 no debe reducir la atención hacia un hecho muy grave que está ocurriendo debajo del suelo.

“Las concesiones de pozos para extraer agua están tomando 215 por ciento de la cantidad de agua que se recarga cada año. La capital del país está recibiendo un abasto de 63 metros cúbicos de agua por segundo y, de esos, 42 metros cúbicos por segundo provienen de pozos”, dijo la Doctora Marisa Mazari Hiriart, Coordinadora del Seminario Universitarios Sociedad y Medio Ambiente, de la UNAM e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

El sistema Lerma-Cutzamala es muy importante pues aporta el 28 por ciento de toda el agua en una región donde habitan 23.6 millones de personas, pero todavía más importante es el acuífero subterráneo del Valle de México, del cual se obtiene el 67 por ciento del agua que se dispone en la capital de la República; es decir: más del doble que lo que aporta el Cutzamala. El otro 5 por ciento del agua con que se cuenta proviene de fuentes superficiales, es decir: manantiales y ríos que están en la zona conurbada del Estado de México, pero también en Tlaxcala, Hidalgo y la Ciudad de México. Desafortunadamente, en aguas superficiales la contaminación merma su posible uso.

“La disponibilidad de aguas superficiales se ha reducido a lo largo del tiempo; pero además existe un deterioro en la calidad de esa agua. Por otra parte, hay una sobreexplotación muy grande del acuífero del Valle de México, del cual se extrae cada año 2.15 veces la cantidad de agua que recibe como recarga natural”, explicó en la Torre de Ingeniería el Maestro en Ciencias Eduardo Vázquez Herrera, coautor del estudio y Director Ejecutivo de Agua Capital, que es una organización de la sociedad civil.

A su vez, González Villarreal subrayó que para empezar a resolver la crisis hídrica que ya está en marcha el primer paso es entender que no podemos seguir con la misma tendencia que tenemos actualmente pues en 40 años se agotará el acuífero del Valle de México.

Calculan que se deberán invertir 97 mil millones de pesos

Perspectivas del Agua del Valle de México contó con apoyo de la organización Fondo del Agua de la Ciudad de México, cuyo presidente, Juan Pablo del Valle Perochena explicó que después de conseguir el diagnóstico se debe construir un gran acuerdo y compromisos políticos de autoridades, comunidades, industria, organizaciones civiles y academia. Una propuesta clave del documento es realizar inversiones en infraestructura de abasto, distribución y tratamiento de agua por 97 mil millones de pesos desde el presente hasta 2024. Esto se sumaría a lo que ya se invierte en organismos de agua cada año. Sin embargo, los expertos señalan que antes de hablar de financiamiento se debe reorganizar la gobernanza del agua.