En general, organismos enfrentados a condiciones extremas tendrán tres opciones: moverse, adaptarse o morir. Sin embargo, los que no tienen movilidad o se encuentran fijados en el fondo marino, como los mejillones y las macroalgas, que son organismos bentónicos, sólo tienen una opción: adaptarse y sobrevivir en condiciones extremas.

Las poblaciones, entendidas como conjuntos de organismos de igual especie viviendo en el mismo lugar y sobreviven en sus límites de distribución, enfrentan regímenes de selección natural únicos y repetidamente por las condiciones extremas marginales de estos ambientes, aunque, pueden desarrollar adaptaciones especiales como respuesta.

Si condiciones extremas empiezan a ser más comunes en todo el rango de distribución, como suele ser con impactos estresantes por cambio climático que están acelerando el ambiente marino, estas poblaciones con adaptaciones especiales pueden servir como ejemplares o cepas naturalmente adaptadas para aguantar condiciones extremas.

Por ende, organismos originarios de estas poblaciones pueden ser aprovechados en esfuerzos de repoblamiento para la recuperación de áreas degradadas por condiciones estresantes y así recuperar y conservar las especies y sus poblaciones para el futuro.

Una de las regiones del mundo donde muchas especies marinas se encuentran en sus límites de distribución es a lo largo de la península de Baja California. Ésta, rodeada por aguas altamente productivas por su oceanografía y geomorfología única, es considerada una zona de transición biogeográfica donde, a lo largo de su costa del océano Pacífico, los bosques marinos encuentran sus límites sureños de distribución de todo el hemisferio norte.

Los bosques marinos son ambientes increíblemente productivos, similares a cualquier bosque terrestre. Estos bosques marinos fijan alta cantidad de carbono y producen alta cantidad de oxígeno por ser una de las plantas con mayor crecimiento del mundo.

También proveen refugio y hábitat a muchos organismos, algunos de importancia como recursos pesqueros, y proveen áreas de recreación a las comunidades que los rodean, con una gran importancia socioecológica y socioeconómica.

Sin embargo, estos ecosistemas preciosos e icónicos desafortunadamente están experimentando graves disminuciones globales debido al cambio climático, al incremento en intensidad y frecuencia de las ondas de calor marinas y eventos de calentamiento.

Con esta degradación, se está viviendo una desaparición global de los bosques marinos y sus organismos asociados, algunos con alto valor comercial, y se predice una reducción aún más severa en sus servicios ecosistémicos, valiosos en un futuro cercano.

Sorprendentemente, y como ejemplo único en el mundo, algunos bosques marinos de la península de Baja California sobreviven en su límite sur de distribución bajo condiciones estresantes y son resilientes ante eventos de calentamiento por cambio climático; un misterio global de adaptación considerando la sensibilidad de estas especies al calentamiento.

Aún más sorprendente es la reciente documentación y el descubrimiento de que los bosques marinos están sobreviviendo al calentamiento en zonas no tradicionalmente consideradas ni estudiadas en áreas rurales de la península, que pueden proveer refugio contra los impactos de calentamiento por el cambio climático, no solo para otras poblaciones en México sino para el resto del mundo.

Con un equipo multidisciplinario liderado por investigadoras del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), un grupo internacional de colaboradores, con balance de género, edades, experiencias y vocaciones, se encuentra investigando esta resiliencia misteriosa, única en el mundo, ante la degradación global de estos ecosistemas por cambio climático.

La meta de esta investigación es co-construir nuevo conocimiento, mano a mano con las comunidades costeras, especialmente las comunidades pesqueras rurales, quienes aprovechan sustentablemente estos ecosistemas para su forma de vida y su legado.

Nadie conoce estos ecosistemas mejor que los pescadores y los miembros de las comunidades rurales que conviven con estos ecosistemas día a día. Debido que tienen historia intergeneracional conviviendo con estos ecosistemas costeros, han observado cómo han cambiado y se han adaptado a las condiciones cambiantes de la península por generaciones. Así, en sus historias y cuentos, preservan una historia natural ecológica valiosa de su entorno.

Esta investigación liderada por el CICESE propone contribuir al manejo, conservación y restauración de los ecosistemas de bosques marinos y sus recursos, únicos en el país, para que sean más resilientes en el futuro.

Explorar las estrategias de la sorprendente sobrevivencia de estos ecosistemas ante el cambio climático utilizando aproximaciones multidisciplinarias, integrativas y de frontera, así como integrando el valioso conocimiento local de las comunidades, permitirá la aplicación de los hallazgos para incrementar la sustentabilidad de los servicios ecosistémicos costeros en un mar cálido futuro.

Investigar este misterio global es crítico para poder preservar, rescatar y continuar aprovechando en forma sustentable los bosques marinos altamente productivos y amenazadas al nivel mundial. Los bosques marinos de México pueden albergar la solución a este reto global.

Para más información del experimento en proceso o colaborar con el equipo multidisciplinario, por favor no duden en contactarnos a través del CICESE, en el correo lladah@cicese.mx, o de la página de Facebook de la Alianza ARSEC (Alianza para la Restauración de los Servicios Ecosistémicos Costeros).

* La Dra. Lydia B. Ladah es investigadora del Departamento de Oceanografía Biológica del CICESE. Contacto: lladah@cicese.mx