Cultura

“En 2022 tenemos un mundo muy avanzado, pero las mujeres aún cobran menos que hombres por el mismo trabajo”

El escritor suizo Joël Dicker presenta  su reciente “El caso Alaska Sanders”, la cual cierra la trilogía que inició hace 10 años cuando publicó “La verdad sobre el caso Harry Quebert”

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“¿Es literatura un best seller? Tenemos que evitar encasillar a los libros y escritores”, expresa Joël Dicker.

“¿Es literatura un best seller? Tenemos que evitar encasillar a los libros y escritores”, expresa Joël Dicker.

Para el escritor suizo Joël Dicker (Ginebra, 1985) ser autor de un best-seller ha cambiado muchas cosas. “Una de las cosas que más me ha alucinado cuando la gente ha comenzado a conocerme es que de repente te llaman en la calle, te das la vuelta esperando ver a alguien que conoces, pero te encuentras con alguien que no conoces”, expresa en rueda de prensa por su reciente publicación: “El caso Alaska Sanders” (Alfaguara, 2022).

Con esta novela, Dicker completa la serie que empezó hace 10 años, cuando publicó “La verdad sobre el caso Harry Quebert” (2012) y se convirtió en uno de los autores policíacos más populares, traducido a más de 42 idiomas.

Al respecto, la directora editorial de Alfaguara y Reservoir Books, María Fasce narra que durante un verano europeo, hace 10 años, los libreros de París salieron a la calle a vender los libros de manera más frontal y aseguraban que, si al lector no le gustaba la adquisición, se le devolvería el dinero.

“Con esta convocatoria, un libro de 700 páginas sobre el caso Harry Quebert, de un joven suizo casi desconocido, empezó a ser noticia. Alertó a los editores del mundo y era la época en que se leía mucho a Larsson y novela negra. Empezamos a pelear, los editores del mundo, para obtener esta novela”, recuerda.

Dicker señala que desde el principio tenía pensado escribir una secuela de la historia, pero no quería que se viera como un esfuerzo por mantener las ventas, a raíz del primer éxito que tuvo. Es por ello que tardó tanto en dar forma a esta trilogía que puede leerse en orden o de forma independiente, ya que cada novela cierra una historia disfrutable por sí misma.

TRAMA

En esta ocasión, el cadáver de Alaska Sanders aparece el 3 de abril de 1999 al borde del lago de una pequeña localidad de New Hampshire, llamada Mount Pleasant.

Comienza una nueva investigación que, once años después de haber puesto en prisión a sus presuntos culpables, reúne otra vez a los personajes del escritor Marcus Goldman y el sargento Perry Gahalowood, quienes irán descubriendo quién era en realidad Alaska Sanders.

“Elegí el nombre porque buscaba algo diferente que atrajera la atención. Imaginé muchos, pero se me ocurrió éste porque Alaska tiene un aparte atractiva, es salvaje, bonito y que no conocemos muy bien, misterioso. Me pareció que iba bien

Agrega que también se trata de un territorio que le ha fascinado desde la infancia y que también forma parte de los territorios de Jack London. “Es una palabra con la que conecto mucho”.

- En tanto que hombre, ¿cómo hace para construir los personajes femeninos que son importantes en la novela?

“Son tan importantes como en la vida. En general, las mujeres son seres más fuertes que los hombres. Seguramente porque sigue teniendo que batallar mucho más que los hombres para labrarse un provenir”.

“En 2022, estamos en un mundo donde hemos llegado a la luna y marte, con coches eléctricos y tecnologías alucinantes, pero las mujeres siguen cobrando menos que los hombres por el mismo trabajo y cuando las contratan, en función de su edad se les hacen una serie de preguntas como si van a tener hijos o no”.

Apunta que la brecha salarial existe incluso en países como Suiza, que se jactan de igualdad y cero corrupción. “Pues hoy tengo una amiga que trabaja junto a otros hombres, que hacen el mismo trabajo y ella tiene un salario inferior. Siguen teniendo que batallar mucho más y por eso me fascinan las mujeres”.

Considera que no es fácil crear un personaje femenino, pues al escribir se hace cierta proyección. Sin embargo, le parece un desafío interesante: “un personaje femenino siempre va a atreverse más allá que uno masculino”.

EL GÉNERO.

En cuanto al género policíaco, Joël Dicker dice que su característica principal no es la sofisticación de la intriga, sino los personajes y ambientes que logran crear. “Leemos a esos autores porque queremos adentrarnos en su ambiente y particularidades”.

Desde su punto de vista, se trata del género literario más permite posibilidades narrativas y argumentativas de los personajes. “En una novela policiaca podemos hacer lo que nos dé la gana, no tenemos límite de ningún tipo, tenemos casi una serie de posibilidades ilimitada, incluso ciencia ficción. Mientras que con otros géneros no ocurre eso”.

La novela.

La novela.

- ¿Sigue siendo necesario en la novela policiaca que las victimas casi siempre sean mujeres?

“Todos los días, cada minuto hay una mujer que es asesinada en cualquier lugar de Europa. Sencillamente porque es mujer. Yo creo que no es en absoluto anecdótico elegir mujeres como víctimas, creo que refleja tristemente la realidad. Es así el mundo en que vivimos, es una situación insoportable de feminicidios la que experimentamos y ésta es una forma de expresarlo”.

En ese sentido, el autor resalta que lo importante de una novela es el éxito que tiene con los lectores, pues en general es cuando resuena. “Si uno tuviera una actitud moralista no es funcional porque a esa gente nadie la escucha. Si más bien un hace un llamado a la reflexión para cuestionarse temas importantes el eco es más fuerte. Eso es lo que diferencia a la literatura con respecto al cine o serie de televisión”.

Detalla que en la literatura, cada quien imagina a los personajes de distintas maneras, y es una forma para mantener un dialogo íntimo consigo mismo.

OTROS PENSAMIENTOS.

Durante la pandemia, Joël Dicker publicó “El enigma de la habitación 622”, pero, por la situación sanitaria no pudo realizar las presentaciones de libro y encuentros con sus lectores.

“Esto me reafirma la importancia de la literatura en el mundo que vivimos. Me hace darme cuenta de que es fundamental porque gracias a ella podemos seguir escribiendo libros que nos permitan escucharnos los unos a los otros y estar más abiertos”.

Observa que en Suiza –considerado un gran modelo democrático- se hace un ejercicio de votación permanente. Sin embargo, la gente vota cada vez menos.

“La fuerza de la democracia no se mide en la estabilidad política de quienes nos gobiernan, sino en el impulso político de los que van a votar y cuando la gente se compromete con lo que sucede en su sociedad”.

“Hablo de esto porque creo que el ejercicio de la lectura es uno de los primeros reflejos que nos permiten hablar de los grandes fracasos de la democracia. La gente prefiere informarse en redes sociales que en periódicos serios. Esto me preocupa porque tengo muchos lectores jóvenes. No obstante, al leer novelas, la gente puede formarse mejor y esto me da esperanza”, continúa.