La artista serbia Marina Abramović rendirá un homenaje a María Callas con la recreación de las siete muertes de la soprano griega, por la que siente una fascinación especial, sobre el escenario del Teatro de la ópera de San Carlo de Nápoles (sur de Italia) del 13 al 15 de mayo.

Abramovic, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2021, considerada una pionera del arte escénico, explicó hoy, durante la presentación del espectáculo en Nápoles, la pasión que le ha despertado siempre Callas desde que la descubrió a los 14 años, cuando escuchó su voz en la radio de la cocina y se echó a llorar.

"Era una voz de mujer y el locutor dijo que era María Callas. Era la primera vez que la escuchaba y recuerdo mi reacción de profunda emoción ante esa canción", dijo la ganadora del León de Oro como mejor artista en la Bienal de Venecia de 1997.

Abramović (Belgrado, 1946) actuará por primera vez en el San Carlo con la obra "7 Deaths of Maria Callas", de la que es autora e intérprete, un homenaje a Callas, fallecida en París en 1977 a los 53 años.

La fascinación por Callas ha llevado a Abramović a encontrar grandes similitudes en sus vidas, desde haber sido criadas por "unas madres fuertes y extremadamente ambiciosas que" les "robaron un poco la infancia" hasta problemas en el amor, aunque la soprano sufrió por Aristóteles Onassis hasta su muerte, mientras que Abramović ha reconocido que su trabajo la salvó, explicó en la presentación.

Nápoles acogerá el estreno nacional de esta obra que recrea las siete muertes de Callas sobre el escenario, con las voces de otras tantas sopranos que cantan las arias de "La Traviata", "Tosca", "Otello", "Madame Butterfly", "Carmen", "Lucia de Lammermoor" y "Norma".

La obra está dirigida y ambientada por Abramović, mientras que Yoel Gamzou dirigirá la orquesta

Abramović transmitirá un mensaje de paz para el pueblo de Ucrania al final de cada espectáculo porque "el artista tiene la responsabilidad de participar activamente en lo que sucede en el mundo y tomar una posición".

En este sentido, ha recordado que unos meses antes del estallido de la guerra que inició Rusia el pasado 24 de febrero, participó junto con otros artistas en un proyecto, a petición del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para conmemorar el Holocausto de 1943.

Abramović realizó una instalación que consiste en un gran muro negro de 40 metros de largo con cristales incrustados y que de momento se ha mantenido en pie, a pesar de los bombardeos en las inmediaciones.

"Si este muro sobrevive milagrosamente a la guerra, tendrá la función de servir a dos memorias, la memoria del Holocausto y la invasión rusa de ahora", argumentó.