Cultura

Claudia Cabrera: “Los desterrados” es una literatura de lo extraño, de lo siniestro e inusual

Hago una auto examinación del entorno por medio de la literatura y en ese sentido escribir es bastante terapéutico, añade

entrevista

La escritora Claudia Cabrera Espinosa.

La escritora Claudia Cabrera Espinosa.

UdeG

Vacas destazadas y robadas después de que un camión derrapara sobre carretera, una niña diagnosticada con leucemia y que espera con ansias el día de su muerte o un señor que manda cartas al administrador del edificio donde vive denunciando ruidos y olores extraños en el departamento contiguo, son algunas de las historias que se narran en “Los desterrados”, libro de cuentos escritos por Claudia Cabrera Espinosa (Ciudad de México, 1984).

“Hago una auto examinación por medio de la literatura y en ese sentido escribir es bastante terapéutico, prefiero esta manera de ficcionar algunos fantasmas y situaciones no sólo mías, sino de las cosas que me cuentan, de lo que leo en el periódico o escucho en la radio, me gusta tratar de buscar el lado oscuro e íntimo”, indica en entrevista la autora.

Cabrera Espinosa señala que sus relatos, editados por el Fondo de Cultura Económica, tienden más a la literatura de lo extraño, de lo siniestro e inusual.

“A partir de situaciones con las que el lector se puede identificar, situaciones habituales, se generen comportamientos anómalos, trato que los personajes se salgan de lo que se considera normal o natural y al cruzar esa frontera el lector se inquieta en la lectura del personaje que siempre sigue sus impulsos”, expresa.

En un cuento, la también investigadora de El Colegio de México narra el choque de un camión que transportaba vacas, estos animales salen en todas direcciones y entre el caos llegan unos hombres con machetes en mano a destazarlas y a los protagonistas del cuento estas personas les encargan cuidar una a cambio de dinero.

¿Por qué el elemento de violencia?

La violencia no es algo que quise hacer de manera consciente, leí una nota periodística de que se volcó un camión en la carretera y me quise poner en el lugar de la gente que vive ahí, que vive en cierta precariedad y entonces su lógica es llevarse una vaca o destazarla ahí mismo. Es mi manera de enfrentarme a la realidad en que vivo.

En el relato que da nombre al libro, la autora nos presenta a unos niños que observan a su vecino como asesino potencial aunque puede no serlo ya que la narración está influida por la mirada infantil que maximiza las cosas, exagera la realidad y la tergiversa.

“Son prejuicios y los niños son los primeros que pueden idealizar o satanizar a una persona que tiene un comportamiento normal o no, dentro de su ingenuidad e incomprensión atan cabos con los elementos que tienen: la casa vieja, los muebles antiguos y unos frasquitos…se van haciendo ideas y están totalmente aterrorizados”, expresa.

¿La decadencia es otro tema presente en el libro?

Viví la crisis de 1994 que es en donde se ambienta el primer cuento, entonces sé que significaron las hipotecas exorbitantes que tenía que pagar la gente, las reestructuraciones, la devaluación del peso, fueron situaciones fuertes que tuvieron que enfrentar las personas. México es un país precario, lo sabemos, en donde la gente tiene trabajo informal y viven al día.

El libro.

El libro.

La literatura es mi manera de enfrentar a la realidad en que vivo y por otro está la decadencia de lo físico y la pérdida de la memoria.

Cabrera Espinosa narra en otro relato la historia de un señor que envía cartas al administrador del edificio donde vive, pero al no tener respuesta empieza la narración de unos vecinos que tienen comportamientos extraños y que éstos deterioran su salud.

“Tiene una base muy realista porque son unas cartas que encontré en el departamento donde vivo, ahí habitaba un señor muy mayor que estaba solo, ese cuento aborda la soledad de muchísima gente en México y el mundo, que no tienen apoyo, que están jubilados y que tienen poco trato con el mundo y desgraciadamente eso genera ciertas patologías mentales”, indica.