Cultura

“David Huerta nos hará falta como poeta y como conciencia crítica”, señala Benito Taibo

El autor “Las hojas” falleció este lunes a los 72 años de edad. “Allá te reciben con júbilo, equivalente al pesar que te manifestamos los vivos: no estás ni estuviste solo”, escribió Carmen Boullosa

luto en las letras

Crecí al lado de mi madre, que fue la que me formó de manera directa, pero eso no quiere decir que mi padre no estuviera presente; en mi adolescencia tuve una relación intensamente literaria con él, relató David Huerta.

Crecí al lado de mi madre, que fue la que me formó de manera directa, pero eso no quiere decir que mi padre no estuviera presente; en mi adolescencia tuve una relación intensamente literaria con él, relató David Huerta.

EFE

El poeta, editor y ensayista David Huerta (Ciudad de México, 1949-2022) falleció la tarde del lunes a los 72 años de edad, así lo informó la esposa del autor, Verónica Murguía, y la Secretaría de Cultura federal.

"La Secretaría de Cultura lamenta el sensible fallecimiento del poeta, editor, ensayista y traductor mexicano David Huerta, quien fue miembro del Sistema Nacional de Creadores. Entre sus obras destacan ‘Incurable’, ‘El jardín de la luz’, 'Cuaderno de noviembre' y 'Las hojas'", señaló la dependencia.

David Huerta fue hijo del reconocido poeta mexicano Efraín Huerta, influencia por la que decidió estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras Inglesas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lugar donde conoció a Rubén Bonifaz Nuño quien le publicó su primer libro de poemas “El jardín de la luz” (1972).

En varias entrevistas el poeta reconoció como maestros a Carlos Illescas, a Juan José Arreola y a Antonio Alatorre de quien se declaró su lector fiel. Sin embargo, su mayor enseñanza se la dio su padre.

“Crecí al lado de mi madre, que fue la que me formó de manera directa, pero eso no quiere decir que mi padre no estuviera presente; en mi adolescencia tuve una relación intensamente literaria con él. La gran diversión de niño era ir al cine y al futbol a ver al Atlante, pero fue en el ámbito universitario cuando la relación con las letras se intensificó. No es exagerado decir que mi padre murió sentado frente a su máquina de escribir”, relató en 2016.

Uno de los últimos reconocimientos que recibió Huerta fue en 2019, el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, ahí definió a los poetas como los grandes vivientes, “ellos muestran el fondo de la existencia y las formas que éstas asume, formulan leyes de vida”.

En su discurso también señaló que la poesía es espejo de todo contrapoder. “Sócrates decía que la vida en las ciudades era preferible que la del campo porque nos permite ver continuamente el rostro de nuestros hermanos. Me conmueve la frase: el rostro de nuestros hermanos. Un rostro que la degradación de la violencia puede, literalmente, arrancarnos”.

ADIÓS AL ATLANTISTA

David Huerta fue editor del Fondo de Cultura Económica, institución donde dirigió La Gaceta del FCE. Su labor de difusión de la poesía fue constante ya que impartió talleres literarios en la Casa del Lago de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y del ISSSTE, así como en la Fundación Octavio Paz y la Fundación para las Letras Mexicanas.

“Acabamos de estar juntos en la Feria del Libro de Los Ángeles, comimos, paseamos, compartimos, platicamos, su muerte es un cubetazo de agua helada sobre nuestras cabezas. Nos conocemos de toda la vida porque su padre, Efraín, era muy amigo de mi padre, por lo tanto, desde que yo era un niño, David ya era una presencia importante, primero lo fue el Gran Cocodrilo y luego David que se volvió muy amigo”, recordó Benito Taibo.

El escritor también compartió que juntos fueron a varios partidos del Atlante, “era de los atlantistas de hueso colorado que quedaban y compartimos montones de cosas, un cariño inmenso”.

“Cuando se puso el nombre de su padre en la Cámara de Diputados de la Legislatura local, lo celebramos inmensamente porque creíamos que era lo menos que merecía Efraín Huerta. Estamos demolidos, destruidos, estuvimos juntos hace menos de un mes comiendo y platicando junto con Verónica a quien adoramos profundamente. Estas cosas no deberían de pasar, cuando se muere un poeta se muere una parte importante del mundo”.

En noviembre de 2014, David Huerta escribió el poema Ayotzinapa, semanas después de la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero, sus versos dieron forma a una instalación hecha en Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) junto con los artistas plásticos Rubén Leyva, José Villalobos y Luis Zárate.

“Los muertos llevan consigo / un dolor insaciable / Esto es el país de las fosas/ Señoras y señores / Este es el país de los aullidos / Este es el país de los niños en llamas / Este es el país de las mujeres martirizadas / Este es el país que ayer apenas existía / Y ahora no se sabe dónde quedó”, cita el poema.

“Toda la obra y poemas de David, toda lo que escribió sobre los desaparecidos, sobre Ayotzinapa, nos hará mucha falta no sólo como poeta sino como conciencia crítica de nuestro tiempo. David siempre estaba presente, pendiente, listo para decir lo que fuera necesario frente a la oscuridad que reina en el mundo, por lo tanto, será doblemente extrañado por eso”, dijo Benito Taibo.

David Huerta fue becario de la Fundación Guggenheim, 1978, y del FONCA, 1989. Miembro del SNCA desde 1993. En diciembre de 2015 le fue otorgado el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Lingüística y Literatura; por ello, desde enero de 2016 era creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Otros premios que recibió fueron: Premio Diana Moreno Toscano 1971, Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada 1990 y los estudiantes de la Preparatoria Popular le otorgaron la medalla “Mártires de Tlatelolco” 1998. También fue galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia 2005; Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco 2018; y Premio de Literatura en Lenguas Romances 2019.

A través de Twitter, el escritor Julián Herbert escribió: “Qué fortuna tuvimos quienes pudimos estar alguna vez en contacto con la luz que emitía David Huerta. Nada nos va a despojar de esa alegría. Ni siquiera esta honda tristeza. Buen viaje, maestro. Siempre serás -como bromeábamos en serio- un poeta de mi generación”.

La autora Carmen Boullosa expresó: “Descansa en paz, poeta, querido David Huerta: lo siento (y mis hijos también: los dos recibieron sus primeros juguetes, recién nacidos, de tu mano). Allá te reciben con júbilo, equivalente al pesar que te manifestamos los vivos: no estás ni estuviste solo”.

El poeta Armando González indicó que David Huerta es “uno de los poetas más rigurosos y osados de nuestro tiempo. La literatura se llena de ausencias. Un pésame muy sentido a su familia. Huerta cultivó los más distintos registros de la poesía y la conversación intelectual. Su voz profunda y honesta se extrañará mucho”.

Las autoridades del Colegio de San Ildefonso también manifestó sus condolencias. “El Colegio de San Ildefonso lamenta la sensible pérdida de nuestro compañero David Huerta, gran poeta y director de la Cátedra Extraordinaria Octavio Paz. Enviamos un abrazo a su amada Verónica Murguía, a familiares, lectores y a todos los poetas de México que hoy están de luto”.

DESPIECE

Obras recomendadas

Algunas obras de Huerta que son hitos de la poesía mexicana: “El jardín de la luz” (1972), “Cuaderno de noviembre” (1976), “Huellas del civilizado” (1977), “Versión” (1978), “Incurable” (1987), “Historia” (1990), “Los objetos están más cerca de lo que aparentan” (1990), “La sombra de los perros” (1996), “La música de lo que pasa” (1997), “El azul en la flama” (2002), “La calle blanca” (2006), “El ovillo y la brisa” (2018), “El cristal en la playa” (2019).

En 2013, el FCE editó “La mancha en el espejo”, que reúne la poesía que Huerta escribió de 1972 a 2011.