El gobierno nuevoleonés anunció que se han dado de baja a 378 malos policías estatales, y que se entregarán a uniformados armas automáticas con capacidad para disparar ráfagas, previamente adiestrados por el Ejército Mexicano, y que aprueben satisfactoriamente los exámenes de control de confianza.
El secretario de Seguridad Pública del estado, Luis Carlos Treviño Berchelmann, explicó que para entregar las armas deberá seguirse un protocolo que incluye la selección de los elementos, las pruebas de control de confianza de polígrafo, toxicológicas y psicométricas, y después, el adiestramiento y capacitación por parte del Ejército.
Luis Carlos Treviño Berchelmann, secretario de Seguridad Pública estatal, dijo que las armas son automáticas y no de tiro a tiro, por lo que permitirán aumentar la capacidad de fuego de los policías que participan en los grupos especiales para combatir al crimen organizado.
Como siempre sucede en este tipo de casos, la autoridad guarda con hermetismo mucha información, por lo que no se sabe la cifra exacta de armas aunque se maneja extraoficialmente 200.
Se trata de carabinas calibre .223 marca Bushmaster y fusiles calibre 5.56 milímetros marca Beretta, algunas de las cuales fueron presentadas para la fotografía con los funcionarios, que encabezó el gobernador del estado, Rodrigo Medina, el titular de Seguridad y el comandante de la Cuarta Región Militar, Guillermo Moreno.
La adquisición del armamento es muestra del compromiso del estado en la lucha contra la inseguridad, que es su prioridad número uno dijo el gobernante, quien aseguró que aunque se ha cuestionado si hay coordinación con el Ejército, este esquema demuestra que ambos niveles de autoridad están plenamente coordinados y que el estado se encuentra participando en el combate a la delincuencia organizada.
No debe haber excusa para que los policías estatales que reciban el adiestramiento, se enfrenten a los criminales cuando sea necesario, añadió.
Por otro lado, Treviño Berchelmann, informó que en la última semana se dieron de baja a 89 policías de la uniformada estatal para elevar a 378 el número de los que han dejado la corporación por diversos motivos.
Los policías cesados no eran aptos para desempeñar su labor de acuerdo con los resultados de las pruebas de confianza que les fueron aplicadas.
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