Escenario

‘Alien’: La película que se oculta entre las sombras del terror clásico

CORTE Y QUEDA CLASSICS. Este 26 de abril se celebrará el Alien Day, una fecha que los fanáticos de la franquicia han adoptado para entrar en una nueva revisión de este universo construido y expandido a lo largo de las últimas décadas

Alien, el octavo pasajero
Fotograma de 'Alien: El octavo pasajero' Fotograma de 'Alien: El octavo pasajero' (ESPECIAL)

La década de los setentas fue un momento coyuntural que construyó y solidificó las raíces de productos cinematográficos de terror que se transformarían en referentes obligados para proyectos contemporáneos del género, y que aún mantienen vigentes sus historias a pesar de los continuos intentos por reinterpretarlas para nuevas audiencias. Tiburón (1975), Carrie (1976), El Exorcista (1973) o La Profecía (1976) son los claros ejemplos de una tendencia que inundaría a las salas de cine con propuestas que reavivarían la forma de infundir miedo en el espectador, un método donde ya no enfrentarían a la audiencia de frente al peligro, sino que la ocultarían entre las sombras, llevando al límite la imaginación del público.

Este género cinematográfico se encontraba en un apogeo importante, con diversos cineastas autorales que realizaban interesantes ejercicios durante los primeros pasos de sus carreras. Es dentro de este grupo de realizadores de la época donde Ridley Scott probaba suerte iniciando con su primer largometraje Los Duelistas (1977), un trabajo que solo funcionaría como punto transicional para su verdadero producto mediático. Alien, el octavo pasajero (1979), con una recaudación mundial superior a los 100 millones de dólares, se posicionó como una obra clásica e impulsó la carrera de su director a niveles insospechados.

Nostromo, una nave de carga ha interrumpido su viaje de regreso a la Tierra, despertando a todos sus tripulantes, al ser detectada una forma de vida desconocida que abordo desde un planeta aparentemente deshabitado. Así es como comenzará una investigación para conocer el origen del incómodo pasajero. 

Con la premisa anterior, el segundo largometraje de Ridley Scott parece acercarse más al terreno de la ciencia ficción que del terror. Este debate se ha extendido a lo largo de los 44 años de existencia de la cinta, creando dos bandos sobre la verdadera naturaleza de la obra. En realidad, el filme podría colocarse dentro de la combinación de ambos géneros, un sci-fi horror en toda la extensión del término, saltando de uno a otro a lo largo de la historia sin conflicto alguno.

Pero más allá de la etiqueta que se le pretenda brindar a la obra, lo cual parece ser lo menos relevante, Alien cerró una década de historias que usaban el terror como una herramienta para transitar por temas más profundos, como Tiburón y su discurso sobre el control del tejido social o Carrie y las consecuencias que pueden traer elementos como el fanatismo religión desbordada y un hogar enclaustrado en sus principios morales rígidos.

¿Qué es lo que llevó al Octavo Pasajero a entrar en el listado de las mejores películas de la historia? Son diversos los factores que componen el impacto histórico de este largometraje, empezando por la influencia y visión del artista gráfico H. R. Giger, quien a través de sus diseños de criaturas y escenarios logró aterrizarnos en un panorama futurista y de horror onírico que complemento a la perfección el lenguaje cinematográfico implementado por el cineasta británico, encerrando a la audiencia en caminos laberínticos que parecían tener vida propia, como si en cada pasillo trazado y recorrido por la cámara pudiera percibirse la respiración del mal.

Uno de las grandes virtudes que podemos encontrar en la filmografía del oriundo de South Shields, es su habilidad para trazar con absoluta destreza a sus personajes, delimitando sus alcances, motivaciones y orígenes, para brindar al espectador una experiencia de empatía, no por medio de la identificación sino de la comprensión de cada contexto de sus protagonistas en sus historias.

Con Alien se logró construir un entramado social que funciona para su universo, con papeles que cumplen funciones específicas y funcionales, el líder que guiará a su tripulación a la probable salvación, la figura de fidelidad a la autoridad que posee cierta dosis de rebeldía o la propia protagonista, quien posee cualidades donde sus instintos de supervivencia despertarán habilidades que fueron influyentes para la época.

Ellen Ripley, interpretada por Sigourney Weaver, quedó en la historia como una de las primeras figuras femeninas con peso e independencia en el cine, convirtiéndose de forma casi instantánea en un perfil obligado cuando se habla de empoderamiento de la mujer en el séptimo arte. 

Si bien existen más condiciones y razones por las que este trabajo ha logrado trascender a lo largo de tantas generaciones, es su naturaleza particular la que la ha llevado a instalarse como una obra fundamental para el cine. El misticismo y enigma creado por la dirección de Scott invita al público a intuir las posibles amenazas que rodean a los protagonistas, pero es justo la propuesta de ir descubriendo a la par de los personajes el origen de aquello que amenaza sus vidas lo que lo transforma en una pieza oscura, intensa y con una tensión continua.

Este 26 de abril se celebrará el Alien Day, una fecha que los fanáticos de la franquicia han adoptado para entrar en una nueva revisión de este universo construido y expandido a lo largo de las últimas décadas.

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