Actualmente, Arcelia Ramírez se encuentra en uno de los mejores puntos de su notable carrera profesional en la actuación; además de mantenerse activa haciendo cine, televisión y teatro, recientemente fue reconocida con el libro Arcelia Ramírez. Así es la vida en la edición 38 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y está nominada al prestigioso Premio Ariel por octava ocasión, ahora en la categoría de Mejor Actriz por su personaje de Cielo en la película La civil. Como cereza del pastel, recibió también el homenaje de Mujeres en el Cine y la Televisión en el 26 Festival Internacional de Cine en Guanajuato (GIFF).
En el marco del encuentro cinematográfico guanajuatense realizado este año, la intérprete de cintas como Cilantro y perejil y Perfume de violetas, fue homenajeada por sus diferentes aportaciones a la industria audiovisual y Crónica Escenario estuvo ahí para platicar con ella sobre diversos aspectos que han marcado hasta ahora su carrera y el estado en el que se mantiene la misma en estos momentos.
Para comenzar la charla, Arcelia Ramírez habló acerca de cómo se siente al haber recibido dos homenajes en distintos festivales fílmicos en un corto periodo de tiempo. “Me siento profundamente agradecida también responsabilizada de alguna manera, creo que es la ocasión para hacer una evaluación y reflexión sobre el camino que he recorrido y cómo he abordado mis proyectos, para ver cuáles han sido las decisiones que he tomado, y en este caso estoy muy agradecida con la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, que además es una estructura que creó justamente para abrazarnos y visibilizar qué es lo que lo que las mujeres están haciendo en lo audiovisual en general. Este homenaje en el GIFF me conmueve y me llena de alegría”, dijo.
“Un actor trabaja consigo mismo porque el instrumento de su trabajo es él, entonces necesariamente tiene que haber un proceso de autoconocimiento para entender quién eres y qué le vas a ofrecer al personaje que estés abordando. Debes saber qué no tienes y tienes que crearlo con la imaginación o con el trabajo de campo, con la lectura de alguna novela o con un material audiovisual. En ese sentido, creo que humanamente es muy enriquecedor mi trabajo”, comentó la destacada actriz sobre su proceso creativo para darle forma a sus personajes.
“Creo que los personajes que he hecho y los creadores con quienes he colaborado han conformado la persona que soy, han sido mis maestros e interlocutores, es un privilegio de verdad la profesión que elegí y sé que es una es una profesión muy difícil, pero en mi caso he sido muy afortunada y la he podido ejercer con una enorme libertad y sobre todo con una constancia que me ha permitido tener una evolución y un enorme gozo”, mencionó la intérprete.
Como alguien que ha tenido la fortuna de trabajar por igual en largometrajes, cortometrajes, series, telenovelas y obras de teatro, la homenajeada de este año en el GIFF ha podido mantener su oficio actoral en una evolución continua, valorando cada uno de estos formatos por su importancia, aunque es justo decir que tiene sus favoritos.
“Yo creo que el cine es un arte intermediado por la cámara que le pertenece más al director y el momento del rodaje es súper emocionante porque hay un montón de elementos que tienen que coincidir, pero el teatro le pertenece más al actor porque es el arte de la presencia y de la comparecencia entre el público y el actor en un momento que es único e irrepetible”, comentó.
Tras recibir su segundo homenaje consecutivo este año, la actriz todavía tiene muchas cosas por hacer y sigue trabajando para darnos más momentos increíbles a través de sus personajes. Actualmente, entre otros proyectos diversos, se encuentra presentando la obra Todos eran mis hijos, en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico los lunes y martes a las 20:00 horas. “Es una obra emblemática del realismo norteamericano que habla sobre las relaciones familiares, y los dilemas éticos y morales de una familia, es muy fuerte”.
Al final de la plática posterior a su homenaje, Arcelia Ramírez nos compartió cómo se siente al estar nominada al Ariel a Mejor Actriz a la par que su hija, Emilia Berjón, está nominada al mismo premio, pero en la terna de Mejor Revelación Actoral por su actuación en Trigal. “Cuando me enteré, estaba haciendo un cortometraje y perdí de vista que ese día era el anuncio de las nominaciones, luego estaba viendo mi celular en mi camerino y de repente me di cuenta de que Emilia, se me salían unos lagrimones gordos y no tienen idea de la emoción que me dio, especialmente también por poder compartir con ella esta edición, es muy mágico y estamos contentas”.
Arcelia Ramírez se ha convertido en una de las actrices más importantes de su generación, desde su aparición a finales de los años ochenta en El secreto de Romelia hasta ahora ha sobresalido por su talento natural y afortunadamente la seguiremos viendo por un largo tiempo todavía.
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