Escenario

Bellocchio carga en Cannes contra el abuso de poder de la iglesia católica con ‘Rapito’

COBERTURA. El veterano cineasta italiano inspira su nueva obra en el libro Il caso Mortara, de Daniele Scalise

cine

Marco Bellocchio en Cannes.

Marco Bellocchio en Cannes.

ESPECIAL

El veterano Marco Bellocchio carga contra el abuso de poder de la iglesia católica durante la época de los Estados Pontificios a través de la historia real de un niño judío de seis años que fue secuestrado por orden del papa Pio IX en Rapito, un filme en competición en el Festival de Cannes.

Aunque Bollocchio aseguró este miércoles en rueda de prensa que no ha hecho un filme “ni contra el papa ni para condenar a la iglesia católica”, lo cierto es que Rapito cuenta una terrible historia, la de Edgardo Mortara, bautizado en secreto por una criada de la familia cuando era un bebé y secuestrado a los seis años para llevarlo a Roma y educarlo como católico.

Hay un principio de fe que es la tolerancia, pero es como si la religión tuviera algo que la convierte en intolerante, porque hay dogmas que deben respetar absolutamente, si no, las religiones desaparecerían”, resaltó Bellocchio en rueda de prensa.

En cualquier caso, agregó, “eso no justifica la actitud del papa en el filme”, inspirado en el libro Il caso Mortara, de Daniele Scalise.

Bellocchio lo leyó y comenzó a indagar en los documentos recabados durante el proceso judicial que inició la familia de Edgardo para tratar de recuperar a su hijo, secuestrado en 1857 cuando la región de Emilia-Romaña pertenecía a los Estados Pontificios.

Lee también

La magia de Wes Anderson en ‘Asteroid City’ cautiva a Cannes

EFE/Alicia García de Francisco en Cannes
Presentación de 'Asteroid City' en Cannes.

El mismo interés que Spielberg

Era la época en la que el poder de los Estados Pontificios y del papa se estaba desmoronando y que desembocó en que el territorio papal se redujo al Lacio en 1861 cuando se proclamó el Reino de Italia.

“El papa no quería dejar el poder” y por eso abusaba de él, como han hecho muchos otros dictadores políticos y espirituales a lo largo de la historia, resaltó Bellocchio, para quien el niño “se convirtió en el símbolo de la defensa temporal de un sistema” que estaba a punto de desaparecer.

Por eso, lo más importante para realizar esta película era encontrar al niño adecuado para interpretar a Edgardo, que Belloccio encontró en Enea Sala.

“Enea me ha sorprendido por su mirada y por su voz, que describe la situación (...). Aportó su humanidad, su dolor escondido y el enigma de una mirada”, resaltó el realizador.

Fue precisamente el hecho de no encontrar al niño adecuado para el papel lo que hizo renunciar a Steven Spielberg, que también estaba preparando una película sobre su historia.

“He descubierto que Spielberg quería preparar una película sobre la vida de Edgardo pero sobre la base de otro libro. Ya había contactado colaboradores y localizaciones en Italia e incluso había contactado actores para papeles importantes”, explicó Bellocchio.

Lee también

Elena Martín y ‘Creatura’ ganan en Cannes el premio principal de la Quincena de Cineastas

EFE/Nerea González en Cannes
Recogieron el premio en su nombre la directora de fotografía de Creatura, Alana Mejía González, y la asistente de producción del filme, Claudia Vila

Un caso polémico y muy conocido

Pero abandonó el proyecto al no encontrar al actor para Edgardo, dijo el realizador italiano, que opinó que es una historia “que no se puede hacer en otra lengua que no sea italiano, con dialectos regionales y hebreo”, tal y como hablaban los protagonistas reales de lo que ocurrió.

Junto a Sala, actores como Leonardo Maltese, Fausto Russo, Barbara Ronchi, Filippo Timi, Fabrizio Gifuni o Paolo Pierobon.

Para Ronchi, que interpreta a Marianna Mortara, la madre de Edgardo, lo importante de su personaje es que es “una mujer que había sido cortada en dos pero que conservó su dignidad por el hecho de no haberse convertido al catolicismo -algo que les pedía el papa para recuperar a su hijo-, y mantener la historia y la fe de su familia”.

Rapito es la historia del caso más conocido de entre los centenares de secuestros llevados a cabo desde el siglo XVI por orden de los diferentes papas.

Las familias judías, durante el sabat, estaban obligadas a tener una criada católica que pudiera ocuparse de lo que ellos no podían hacer, “y a menudo pasó que los niños eran bautizados en secreto por las criadas como le ocurrió a Edgardo”, recordó Bellocchio.