Escenario

Esteman: Un viaje musical por las múltiples caras del amor

COBERTURA. El artista colombiano cautivó a su público en el escenario del Auditorio Nacional a través de un viaje sensorial, una noche de baile y una explosión de sentimientos

música

Esteman abrió con “Baila”, una de sus canciones más enérgicas.

Esteman abrió con “Baila”, una de sus canciones más enérgicas.

Ocesa/Laura Villegas

Después de este inolvidable concierto la noche del jueves 9 de noviembre en el Auditorio Nacional, sería muy descarado negar que Esteban Mateus Williamson, mejor conocido como Esteman, no es un gran showman, pues todo el espectáculo estuvo rodeado por baile, luces y magia. Esteman trajo propuestas no solo auditivas, sino también visuales, sensoriales y emotivas para el gran y unificado público que lo sigue.

Para empezar, tuvo una entrada diferente y única al llegar al escenario y quedarse plantado allí. Apareció de manera memorable saliendo de una pancarta blanca que solo mostraba su silueta al inicio. Abrió con “Baila”, una de sus canciones más enérgicas que invita a disfrutar de la vida, la música y el cuerpo sin que exista una razón específica, simplemente por existir.

Fue sorprendente el nivel de organización y compromiso entre los seguidores del cantautor colombiano, quien celebraba más de 14 años de trayectoria. Incluso se coordinaron para llegar vestidos de rosa una hora antes del concierto, practicar bailes y grabar la canción “Reina Leona”. Posteriormente, enviarían esta grabación a su artista, demostrando su compromiso y lealtad, y dejándole un recuerdo de lo que significa este Auditorio Nacional en su carrera profesional.

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Además, organizaron llevar globos de diferentes colores para formar la bandera LGBT+ durante la interpretación de “Amor libre”. Cada sección del auditorio tenía un color designado para los globos. También llevaron una bandera de la comunidad LGBT+ que Esteman portó con orgullo, reafirmando que el amor no cabe en el closet.

Actualmente, son pocos los grupos o artistas que incorporan acompañamiento visual o artístico en sus presentaciones, una característica que se agradece enormemente del concierto de Esteman. Ofreció a su público mucho más allá de la mera interpretación de sus canciones, esto significa que la presentación fue tan completa que no solo se trataba de escuchar las canciones más coreadas y seguidas del colombiano, como “Noche sensorial”, “Pornostalgia” o “Caótica belleza”, por mencionar algunas.

En este espectáculo, también tenías la oportunidad de sumergirte en la historia que narraban los bailarines porque, aunque representaban la canción, no era una interpretación explícita o literal, sino que estaba llena de simbolismos que te invitaban a adentrarte entre sus pasos de baile, expectante ante la historia que estaban representando.

Ofreció a su público mucho más allá de la mera interpretación de sus canciones.

Ofreció a su público mucho más allá de la mera interpretación de sus canciones.

Ocesa/Laura Villegas

Durante el concierto, cabe mencionar un lapso en el que Esteman aprovechó para cambiarse y realizar su entrada triunfal desde el techo con la canción “Milagrosa”. Mientras él se cambiaba y preparaba todo para volar, dejó al público disfrutando de un excelente espectáculo con pura melodía, un juego de luces y sus bailarines, quienes contaban la historia de una mujer que había decidido confiar en el amor, la bondad y las palabras de otra persona, dejándose llevar por los sentimientos y quedando cegada a la realidad, una experiencia común en la etapa de enamoramiento.

La narrativa del baile evolucionó representando una relación tóxica en la que la mujer sufría abusos, incluyendo abusos sexuales, hasta que la dejaron tumbada en el suelo, simbolizando un punto máximo de quiebre en una relación violenta. A partir de este momento, la mujer intentó levantarse poco a poco, y la danza expresaba su afán por ser vista, escuchada y reconocida como persona. Buscaba conectar consigo misma y resignificar el impacto del amor, y durante este proceso, se representaba cómo más hombres se acercaban a su vida, mismos que la ignoraban y maltrataban.

La historia culminó con un despertar emocional, donde la mujer se dio cuenta de que no debía soportar más maltratos. Mientras danzaban, se mostraba cómo ella comenzaba a exigir que escucharan su voz y reconocieran su presencia. Se plantó firmemente, rechazando los malos tratos y a las personas que se los infligían. Este relato construido a través de la danza en pocos minutos destacó enormemente en el concierto y enriqueció la experiencia transmitiendo un mensaje, más allá de ser una representación visual de violencias reales, planteó la idea de que siempre se puede salir de situaciones difíciles y que la esperanza y la constancia en un proceso de sanación son fundamentales, subrayando que el amor más importante es el propio.

Esteman y Jay de la Cueva

Esteman y Jay de la Cueva

Ocesa/Laura Villegas

Dentro de todo lo que ofreció Esteman en su concierto, también destacó la notable presencia de invitados. Cada uno superó el entusiasmo del anterior en el escenario. Comenzando con Juliana Velasquez, con quien interpretó “Adelante”, seguido por Caloncho, quien elevó aún más el ánimo del público al cantar “Mar”. Otros artistas como Jay de la Cueva, Silvestre y La Naranja, Bandalos Chinos y Epilogio se sumaron a la celebración.

El Auditorio Nacional alcanzó su clímax cuando Daniela Spalla, acompañada de Esteman, llegó desde la entrada principal atravesando las filas llenas de gente emocionada. Cantaron “Besos y pendientes” mientras se dirigían al escenario. Expresaron cuán orgullosos estaban el uno del otro y entregaron el micrófono al público para corear “Te alejas más de mí”. Fue hermoso ver cómo lograron un nivel de desindividualización tal que los asistentes ya no se percibían como individuos, sino como un ente unificado que hizo resonar las paredes del Auditorio Nacional al unísono, coreando la conmovedora frase: “Algunas noches me pregunto si me has dejado de amar; amor, no quiero ser pesado, pero me hace mucho mal”. Sin duda, Daniela Spalla fue la invitada estrella de la noche.

El concierto fue un torrente de emotividad cuando Esteman dedicó “Si volviera a nacer” a todas las familias que nos han acompañado desde el inicio de nuestras vidas. Entre el público, sus padres se encontraban, y hacia ellos dirigió un agradecimiento infinito por su apoyo y amor. Su esposo y otros seres queridos ocupaban casi una fila completa de asientos, tejidos en un abrazo de afectos entrelazados.

“Reina leona” y finalmente “Fuimos amor” fueron los temas que cerraron la mágica noche

“Reina leona” y finalmente “Fuimos amor” fueron los temas que cerraron la mágica noche

Ocesa/Laura Villegas

Luego, entonó “Un día en París”, canción con la que le pidió matrimonio a su actual esposo, Jorge Caballero, recordándonos que la música puede ser la banda sonora de nuestros momentos más preciosos.

Wow, no puedo creerlo cada vez que gritan, esto es demasiado”, declaró el colombiano. A lo largo del concierto, expresó su agradecimiento constante hacia todos sus seguidores, quienes le han acompañado hasta ese día. Agradeció el apapacho y el crecimiento que ha experimentado en México, considerándolo su hogar.

Pocos artistas despliegan tanto dinamismo e interacción con su público como Esteman, quien incansablemente motivaba a la gente a brincar, cantar y aplaudir. Incluso en la melodía de “Extraños”, se disculpó por ser un romántico, pero solicitó que ilumináramos el auditorio con las luces de nuestros celulares, creando así un recuerdo atemporal de este sagrado momento.

Fue un concierto extenso, pero cada minuto valió por completo la pena. Desde el inicio hasta el final, con sus intermedios, incluso aquellos momentos en los que Esteman no estaba directamente en el escenario fueron mágicos y llenos de encanto. El solo bajo en la canción “Vuela, vuela” vibró entre la audiencia, además esa canción parece haber sido creada específicamente para la voz de Esteman.

El cierre fue sumamente apropiado, culminando con una de sus canciones más populares. Entre gritos y emociones, presentó a la banda para despedirse, marcando así su primera retirada. Luego regresó con más fuerza, envuelto en la melodía de “Reina leona” y finalmente “Fuimos amor”, y fue en ese instante cuando se despidió oficialmente del Auditorio Nacional, al menos por esa noche.