Orgullosa hija adoptiva de Madrid, Javiera Mena podría ser la primera chilena que represente a España en Eurovisión 2022. De momento, ya se ha convertido en “embajadora en Latinoamérica” de su preselección, Benidorm Fest, y ha abierto el debate sobre dónde quedan las fronteras ante la música.
“Yo estoy ahí para plantear ese diálogo: ¿Quién es español? ¿Las fronteras existen?”, analiza la artista, tras recordar además que “Europa es un continente lleno de inmigrantes que también ha sido emigrante” y concluir: “Hablamos de arte, no de banderas”.
Su candidatura por un país en el que no nació no sería algo extraño en Eurovisión, donde, por citar unos pocos casos, la canadiense Celine Dion obtuvo la victoria para Suiza en 1988 y las españolas Baccara participaron en 1978 por Luxemburgo con su conocido “Parlez-vous français?”.
A diferencia de lo que sucedió hace años, cuando se desveló que el venezolano Carlos Baute había sido tanteado por Televisión Española para acudir en su nombre al festival europeo, Mena (Santiago, 1983) no ha recibido ningún mensaje en redes en contra de ser la representante de España.
“A algunos les extraña, pero no lo dicen como crítica”, asegura esta compositora e intérprete que reside desde hace años en Madrid. “Esta ciudad me acogió y creo que represento ese buen rollo. Me siento súper bienvenida, nunca he sentido racismo aquí. De hecho, es mucho más abierta que otras”, considera.
Su aventura en la primera edición de Benidorm Fest, al que la próxima semana concurren 14 aspirantes, arrancó después de que RTVE se pusiera en contacto con ella para que propusiera un tema y ella eligió el electropop de “Culpa” de entre su repertorio.
“Tiene una temática divertida, que habla de la libertad, y pensé que podía funcionar para el festival más que una canción romántica”, explica Mena, que añade que para ella constituye “una declaración de principios, de alejarte de ese sentimiento de presión y encontrar tu propia voz en un mundo que siempre te dice por dónde ir”.
UNA PUESTA EN ESCENA “CON TRUENOS Y TERROR”
Convertida en icono LGTB+ desde que fuese una de las primeras artistas en identificarse abiertamente como lesbiana, celebra la energía femenina que desprende el evento, tanto por su jurado (tres mujeres, dos hombres) como por gran parte de las candidatas y sus mensajes, “un aquelarre” con Tanxugueiras y Rigoberta Bandini, entre otras.
“Yo quería salir de mi zona de confort y creo que puedo aportar algo diferente”, argumenta “entusiasmada” con la experiencia al ser preguntada por las razones que la llevaron al concurso.
Un dato la avala: “Culpa” ya estaba disponible en plataformas digitales cuando se conoció su participación. Desde entonces, su número de reproducciones “se ha cuadriplicado”.
“Me ha dado un empuje mejor que cualquier otro medio”, presume ante una promoción a valorar para una artista independiente como ella, que no olvida además que el público seguidor de Eurovisión crece año tras año en Latinoamérica. “Ahora soy la embajadora de Benidorm Fest allí”, apostilla.
De cara a su puesta en escena, avanza algunos detalles: “No será nada muy alejado de quien soy yo, con danza en el escenario, muy ceremonioso, una gama de colores más magenta y truenos y algo de terror”.
“Culpa” sonará en la segunda semifinal el día 27 de enero y, en caso de clasificarse, participará en la final del día 29 de enero y, pase lo que pase, su carrera seguirá adelante con un quinto disco aún sin nombre que tomará el relevo a Espejo (2018) y verá la luz “a finales de mayo”.
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