Escenario

Nacho Vegas: Construyendo mundos inmóviles que se derrumban en México

COBERTURA. El cantautor gijonés se presentó en concierto de poco más de dos horas en el Pepsi Center donde concluyó su gira mundial en un recorrido musical por su trayectoria

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En un recinto lleno y letras sobre la muerte, el desamor, las pérdidas, la esperanza y la ternura Nacho Vegas inició con “Belart”

En un recinto lleno y letras sobre la muerte, el desamor, las pérdidas, la esperanza y la ternura Nacho Vegas inició con “Belart”

Enrique López Mendoza

El sábado 20 de enero de 2024 concluyó la gira mundial de Nacho Vegas, Mundos inmóviles derrumbándose, llamada igual que su último disco presentado en enero de 2022. El cantautor gijonés se presentó en concierto de poco más de dos horas en el Pepsi Center en la Ciudad de México con veinte temas que mostraron el recorrido musical de su carrera.

Con un recinto lleno y letras sobre la muerte, el desamor, las pérdidas, la esperanza y la ternura se inició con “Belart”, tema de su último disco, que alude al suicidio de una amiga suya, recordando que para quienes se quedan no encuentran los motivos de esas decisiones. “Se ha desplazado tu propio dolor, y en su lugar algo inmenso ahora te grita y no encuentra explicación…” de ahí nos llevó a recordar que su trabajo fue conocido en México por la colaboración con Enrique Bunbury en el disco El tiempo de las cerezas (2006) presentando, de vuelta el tema, “Va a empezar a llover”.

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A guitarra Nacho Vegas tocó “Ser árbol” (Violética, 2018), seguida de “Reloj sin manecillas” (La zona sucia, 2011) recordándonos que hay esperanza, porque a pesar del miedo y la tristeza “…haré que el sol salga mañana...”, agradeciendo al público todo el afecto que ha tenido en esta gira de dos años. En “El don de la ternura” nos recuerda su gusto por la poesía de Raymond Carver (1938-1988) y que la amabilidad y la ternura son luz en estos momentos de tanta hostilidad e injusticia.

Con “Ciudad Vampira” (Resituación, 2014) señala que hay ciudades peligrosas por el mundo, lo mismo puede ser Castilla, León que León, Guanajuato o Guadalajara, la respuesta que el público se dio emocionado con el gran coro ante el recordatorio que la única misión que se tiene es “…matar vampiros”. Momento seguido de “Esta noche nunca acaba” y “Abnegación”, del EP, De púas y cuchillas publicado el año pasado.

Con otro gran coro por parte del público escuchamos “Lo que comen las brujas” (La Zona Sucia, 2011), tras la cual Nacho nos llevó más atrás de su música para cantar “Nuevos planes, idénticas estrategias” del clásico, Actos inexplicables del 2001.

La noche termino con “El ángel Simón” y “La pena o la nada”

La noche termino con “El ángel Simón” y “La pena o la nada”

Enrique López Mendoza

Nacho Vegas recordó que vino a México en el 2007, hace más de 15 años al lado de Enrique Bunbury, presentando “Bravo”, tema que aseguró no había vuelto a interpretar en ese tiempo, hasta el concierto del 19 de enero del 2024 en Guadalajara.

Continuó con “Ramón in”, canción escrita para un amigo muerto en 2018, pero dedicándosela a una chica de Guadalajara que ya dejó este mundo. De ahí pasó a “El mundo en torno a ti”, “Cómo hacer crac” y “Dry Martini s.a.” de El manifiesto desastre, que arrancó un gran coro en el lugar.

Es conocida su postura como activista social y político, por lo que no perdió la oportunidad para recordar que hay que tomar un compromiso y postura con lo que hacemos, en esta ocasión alzando la voz a favor de Palestina ante los hechos que ocurren en la franja de Gaza, cediendo el micrófono a la Coordinadora de Solidaridad con Palestina en México, con un discurso precedido por “Big Crunch” una de las canciones más abiertamente políticas de esta gira y “La gran broma final”.

El concierto cerró esta parte con el himno “El hombre que casi conoció a Michi Panero” (Desaparezca aquí, 2005). Dando paso a un encore donde a solo de guitarra interpretó “El ángel Simón”, en la que habla de la muerte de su padre, para terminar la noche con “La pena o la nada” donde nos recordó que es preferible sentir, aunque sea el dolor a no sentir nada.