Escenario

PREMIOS ARIEL 64: ‘Muerte al verano’. Adolescentes al borde de un ataque violento

ESPECIAL. A punto de llegar a la ceremonia de premiación Crónica Escenario comparte detalles de todas las películas nominadas. El texto número 29 es un coming of age de adolescentes que viven entre el amor y la violencia normalizada

cine

El filme aspira a un premio.

El filme aspira a un premio.

CORTESÍA

El texto número 29 de nuestra serie de especiales rumbo a la edición 64 de la entrega de los Premios Ariel nos habla de un coming of age de adolescentes que viven entre el amor y la violencia normalizada: Muerte al verano.

LA ADOLESCENCIA INDUSTRIALIZADA

La constante violencia y crecimiento industrial que vive la ciudad de Monterrey se convertirá en el escenario donde Dante, un adolescente geek y amante del death metal, vivirá la dolorosa experiencia que envuelve la etapa adolescente, transitando entre constantes desilusiones familiares, amorosas y de amistad.

La película es un coming of age que narra los días de Dante entre fábricas, patinetas y cadáveres, cuando lo único que le importa es la banda de death metal que formó con sus mejores amigos. Cuando llega Lucy, la novia de su hermano en coma, provoca caos, confusión y esperanza.

“Hay algo muy padre (bonito) de las adolescencias, y es que todo está a flor de piel. Necesitas gritarle al universo que aquí estás, necesitas pertenecer, tener algo en lo que creer, tener amigos, también está naciendo el despertar sexual y creo que todos estos elementos se pueden ver en Muerte al verano”, dijo a Efe Joshua Okamoto, uno de los protagonistas.

A pesar de vivir rodeado de cosas grises, cuenta con una banda de “death metal” que creó con sus mejores amigos y también con la aparición de Lucy (Ana Valeria Becerril), la novia de su hermano en coma, quien genera caos e inestabilidad, pero también esperanza y la emoción de las primeras veces.

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Becerril consideró que en la película logra dar importancia a las preocupaciones de los chicos y, “a pesar de que hay de fondo este escenario no tan esperanzador de vivir en una ciudad llena de violencia”, los personajes deciden que sus mayores problemas son “los de un adolescente: enamorarse, pelearse con sus amigos o tener una banda”.

Con ella coincidió su compañero Daniel Lavalle, que destacó que “cuando eres adolescente vives todo con mucha intensidad (...) y es una etapa por la que todo el mundo pasa”, algo que, aseguró, se refleja en la pasión de los personajes por lo que están haciendo.

UNA HISTORIA QUE SE NUTRE DE REALIDAD

Este drama juvenil está enmarcado con referencias del universo musical del death metal, teniendo como sus principales protagonistas a Dante (Yojath Okamoto) y Lucy (Ana Valeria Becerril), explorando las diversas facetas de la etapa adolescente, pero atrapados en una ciudad que parece mostrarles el dolor que vivirán al crecer a través de paralelismos con una violencia social propia de la región.

Es aquí donde la intérprete de Lucy nos compartió aquellas herramientas personales y dramáticas que le imprimió a su personaje, además de recordar los motivos por los que consideró su trabajo como un atractivo papel:

“Específicamente, creo que una de las características que me atrajo de Lucy, desde que la conocí por escrito, fue el hecho de que cantara; esto debido a que no conocía a ninguna vocalista mujer de death metal, todo desde mi poco conocimiento del género musical, algo con lo que Sebastián me apoyó muchísimo, ya que me mostró la amplia participación de la mujer en la cultura del metal”, explicó la actriz sobre el primer impulso que tuvo con su personaje, previo a trabajar con el mismo. 

En el filme el amor triunfa sobre la violencia.

En el filme el amor triunfa sobre la violencia.

CORTESÍA

En este sentido, a través de lo que el propio Dante establece como “pequeñas batallas” que parecen enormes luchas para un adolescente, se va construyendo Muerte al verano, donde el director, Sebastián Padilla-Padilla, reflejó parte de sí, pero también del resto de guionistas: “La historia se crea con base en vivencias, anhelos y pesadillas mías y de las personas que tocaron el guión. Se hizo una suma de muchísimas ideas y momentos, y así se fue tejiendo la historia”, dijo Padilla.

De hecho, el director toca la guitarra y es cercano al “death metal”, situación que no vivía nadie del elenco antes de llegar al proyecto: “Para mí fue el primer acercamiento a este género. Venía con un montón de estereotipos como que era puro ruido o que eran bandas nada más de hombres y justo a la hora que Sebastián me propone este personaje de una chica que canta metal (investigo) y resulta que me encuentro con una escena grandísima de mujeres”, relató Becerril.

Por su parte, Yojath aseguró que Padilla les dio “muchísimos referentes”, por lo que fueron descubriendo el “death metal” a la par del proceso de rodaje y un poco antes, ya que les dieron clase de guitarra, batería y bajo. Elementos que, dijo, les ayudó a “adentrarse en los personajes, a saber quiénes son, cómo se relacionan o por qué les importa tanto esto”.

LAS EXPERIENCIAS DE LOS ACTORES

Yojath Okamoto realizó su primer papel protagónico, el cual exploró intensamente para conocer las ideas y pensamientos de un joven que simplemente busca apuntalar aquellas cosas y personas que son importantes en su vida:

“Las cosas que hace Dante son muy parecidas a las que actualmente aún realizo, es decir, toda la parte geek, la patineta, la guitarra, convirtiéndose en un espacio de exploración muy interesante para mí. Sebastián me encaminó a construir un personaje que resultara entrañable, a pesar de que sus acciones indican lo contrario”, destacó el actor sobre su experiencia con su personaje. 

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En el caso del trabajo con Sebastián en Muerte al verano, fue algo completamente diferente, empezando por el hecho de que la realicé con amigos míos, lo cual me daba una sensación de estar en un mismo nivel, y de estar avanzando al unísono”, expresó la protagonista de la cinta de Padilla comparando la oportunidad de trabajar con un realizador con basta experiencia, y la posibilidad de colaborar en una opera prima.

El aprendizaje durante una filmación es fundamental para un crecimiento como profesional de esta industria, llevando al gremio actoral a compenetrarse en todos los sentidos con los personajes que encarnan en la pantalla grande, convirtiendo cada actuación en una experiencia nueva y completamente enriquecedora:

“La experiencia de rodar Muerte al verano fue muy divertida. Construir a mi personaje, Lucy, fue un reto para mi, ya que no me había tocado trabajar con una personalidad tan fuerte, lo cual me permitió explorar mi versatilidad como actriz” contó Ana Valeria acerca de su labor durante el rodaje realizado en Monterrey.

Diego Lavalle, quien realizó el papel de Jorge, habló sobre aquellos aspectos personales que tuvo que prestar para que su papel se convirtiera en algo coherente para la propia historia y el estereotipo que se construyó para esta:

“Le presté inseguridades propias al personaje, utilizando algunas experiencias personales donde llegué a sentir insatisfacción en ciertos aspectos de mi persona. En el caso de Jorge, sin duda lo compensa con conocimiento, debido a una evidente necesidad de destacar en algo, logrando algo muy entrañable en conjunto con el trabajo de mis demás compañeros”, resaltó el actor. 

La fotografía corrió a cargo de Erwin Jaquez.

La fotografía corrió a cargo de Erwin Jaquez.

CORTESÍA

LA VIOLENCIA DESDE DIVERSOS ÁNGULOS

La cinta respira violencia metafórica desde diversos ángulos, ya sea desde un aspecto social como lo vivido en Monterrey, retratado con cadáveres que rodean a sus protagonistas, así como el reflejo de la vida adolescente contemporánea que se muestra con jóvenes ávidos de reconocimiento y aceptación.

Para Ana Valeria Becerril se trata de un filme en el que se aborda a la juventud en búsqueda de ideales en medio de una sociedad marcada por la violencia, una ciudad en la que si bien no se ven explícitamente los crímenes muestra la forma en que los jóvenes tienen el anhelo de vivir.

Estos personajes están viviendo en un contexto de mucha violencia y más bien ellos deciden que eso no sea su mayor problema, que realmente puedan vivir su adolescencia como adolescentes y que sus problemas sean los que tienen entre amigos o con la banda; que su problema sea enamorarse y no ver muertos y colgados en las calles“, afirmó Ana Valeria Becerril.

La actriz de 24 años considera que ante el caos y los extremos que representa la cotidianidad, cada persona, como en el filme, decide cómo sobrellevar las peleas que se desean vivir.

El filme juega con ironía con el tema de la violencia.

El filme juega con ironía con el tema de la violencia.

CORTESÍA

Para el director Sebastián Padilla este trabajo más que dar una lección sobre cómo afrontar la vida busca ofrecer un marco de realidad que aborde la crítica a la locura que ocurre en una ciudad que pueda ser cualquier otra en el mundo.

“Es un poco como una caricaturización de cómo se siente estar dentro de una ciudad muy golpeada por la violencia y la contaminación”, añade.

“Me parece que las dos ideas funcionan en la película, tanto la violencia del contexto como la que encontramos en las experiencias de la vida adolescente, siendo un retrato exagerado de la realidad mexicana, es decir, como la indiferencia ante lo que nos rodea se ha normalizado, adoptando la violencia como parte de nuestro día a día”, concluyó el cineasta mexicano.

NOMINACIONES AL ARIEL: 1

Mejor Ópera Prima

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia