Escenario

PREMIOS ARIEL 64: ‘Nudo mixteco’. Elegía a las mujeres que han sido víctimas de una sociedad intolerante

ESPECIAL. A punto de llegar a la ceremonia de premiación Crónica Escenario comparte detalles de todas las películas nominadas. El texto número 26 es la unión de una trilogía de relatos sobre los prejuicios y la violencia en los pueblos

cine

El filme aspira a ocho premios.

El filme aspira a ocho premios.

CORTESÍA

El texto número 26 de nuestra serie de especiales rumbo a la edición 64 de la entrega de los Premios Ariel es la unión de una trilogía de relatos sobre los prejuicios y la violencia en los pueblos: Nudo mixteco.

TRÍPTICO SOBRE EL MACHISMO, LA INTOLERANCIA Y LA VIOLENCIA

Tras haberse fogueado en años previos con varios cortometrajes, la actriz Ángeles Cruz escribe y dirige Nudo mixteco, su primer largometraje, conformado por una trilogía de relatos vinculados por características particulares.

La trama transcurre en un poblado de la mixteca oaxaqueña, durante la fiesta patronal de San Mateo. En la víspera de dicho festejo, al pueblo arriban tres personajes: María (Sonia Couoh), Esteban (Noé Hernández) y Toña (Myriam Bravo), quienes se fueron del lugar por diferentes razones y que, ahora se han visto obligados a volver al mismo sitio, por diversos motivos.

Sonia viene a atender el funeral de su madre. Y al llegar al velorio, tendrá -simultáneamente- un desagradable enfrentamiento con su padre y el reencuentro con alguien sentimentalmente importante para ella, a quien tuvo que dejar atrás cuando partió de allí. Y ambos están directamente relacionados con su preferencia sexual.

Esteban ha vuelto para reencontrarse con su esposa y su familia, a quienes dejó allí cuando se fue en busca de trabajo para poder cumplir algunos de sus sueños, -incluido el comprarse su propio instrumento musical-, e intenta recuperar el tiempo perdido y su lugar en el seno de dicha familia. Sin embargo, se topará con que, en su hogar, las cosas no permanecieron inmutables durante su ausencia.

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Toña por su parte, tiene un trabajo y una pareja estables en la ciudad, pero tras recibir una llamada de su hija (quien se quedó en el poblado al cuidado de parientes más cercanos), decide regresar inmediatamente, con el temor de que su hija este sufriendo el mismo abuso padecido por ella cuando era niña, y hará todo lo posible por evitarlo, aunque ello implique revelar públicamente y enfrentarse a ese terrible episodio de su pasado.

LA VIOLENCIA EN TODAS SUS FORMAS

Con un énfasis en los usos y costumbres propios de la región, Cruz emplea en su película el recurso argumental de historias distintas que se tocan y se entrecruzan, análogo al empleado por Robert Altman en su filme de 1993, Short Cuts, vidas cruzadas. Pero además de las cuestiones anecdóticas (los tres personajes principales regresan a su pueblo el mismo día, en el mismo autobús, por ejemplo), a sus tres relatos los unen aspectos coyunturales.

Una de estos aspectos tiene que ver con el fenómeno migratorio en nuestro país y el abandono de muchos mexicanos de sus terruños; en busca de mejores oportunidades laborales, educativas o sencillamente para mejorar sus condiciones de vida, porque sus comunidades no pueden dárselas al verse menguadas por la creciente pobreza, el desempleo, y en los últimos años, por la presencia del crimen organizado.

Pero el elemento vinculante primordial de las narraciones reunidas en Nudo mixteco, se halla en su trasfondo: todos sus personajes femeninos han sido víctimas de diferentes formas de violencia; derivadas del machismo, la cerrazón de criterio y las prácticas obsoletas de su propia comunidad rural.

María sufre el rechazo de su familia (y de varios sectores del pueblo) por su lesbianismo. Toña sufrió abuso sexual por parte de un pariente cercano, y su hija corre el mismo peligro. E incluso Chabela (Aída López), esposa de Esteban también padeció otro tipo de maltrato: el del abandono por parte de la pareja. Y a ellas pueden sumarse las madres de los protagonistas, violentadas al ser obligadas a vivir bajo un yugo patriarcal, a obedecer y a siempre callar, no importando incluso que sus familiares cercanos sufran todo tipo de abusos, fomentando así un perpetuo nudo nada fácil de deshacer.

El filme también brilló con luz propia en el Festival de Miami

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CORTESÍA

De esta forma, la ópera prima de Ángeles Cruz es una lúcida, dolorosa e incisiva cinta la cual, es también una melancólica elegía dedicada a todas esas mujeres quienes han sido (y siguen siendo) víctimas de una sociedad heteronormada intolerante, permeada además por el prejuicio y la violencia en todas sus formas.

DE FRENTE A DETRÁS DE CÁMARAS

Ángeles tiene una larga carrera dentro de la industria, muchos créditos como actriz y más recientemente como directora, llegando sus proyectos como Nudo mixteco a festivales nacionales e internacionales con sus debidos reconocimientos, pero estar involucrada en los proyectos no es igual a expresarse frente a una cámara de una manera personal, al respecto nos confiesa “aunque estoy acostumbrada a estar frente a las cámaras, por lo general es interpretando a un personaje, no soy yo directamente, soy yo poniéndome en los zapatos de otras personas”, dijo.

“Me costó mucho trabajo y por eso invite a amigas para la fotografía y dejar mi historia en la parte más simple, de cómo construye uno sus historias, tratando de no relaborar mucho ni de poner a cámara algo que suene pretencioso, fue contar cómo construyo mis historias y es algo más simple de lo que esperaba: caminando, es lo que hago por lo general, y es lo que puedo mostrar, no me siento en un escritorio a crear mundos imaginarios, sino que camino mi mundo, fue de las cosas que más me gustó cuando me hacen la propuesta, dónde me reconozco en la construcción de mis historias”, compartió.

Te conocemos tres cortometrajes que han tenido buena fortuna, pero pensar en un largometraje implica otras destrezas, ¿qué te significa entrar a Nudo mixteco?

Del cortometraje me encanta la contundencia que puedes tener en poco tiempo; con una película como Nudo mixteco les decía a mis productoras: “¿me alcanzará la energía? Porque con los cortos tengo energía para una semana y termino agotada”.

Nudo mixteco fue un proceso largo de trabajar con actores de mi comunidad, llevar antes a los actores de la ciudad —Noé, Sonia, Myriam— para trabajar con sus familias, empatar la energía. Fueron cuatro semanas y media. Y pues feliz de que me alcanzó la energía para hacerlo.

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¿Cómo tomaste la decisión de ponerte detrás de la cámara y filmar tus propias historias?

La televisión me dio algunas tablas, sin embargo no estaba haciendo personajes que me gustaran. De hecho, nunca en mi carrera como actriz me han ofrecido un personaje que tenga una licenciatura; estamos estereotipados y los personajes con mis características físicas no pueden llegar lejos. Estas ideas llegan a nuestras comunidades e inconscientemente terminamos por creerlas. Así que romper con esa cadena ha sido para mí un gran aprendizaje, que he obtenido a partir de pasarme atrás de la cámara.

Sólo recibía personajes racializados, y estereotipados; siempre con una carga negativa, ya sea como víctima o como delincuente. Esto lo atribuyó a este país tremendamente racista y clasista en el que vivimos, en el que creen que por mis rasgos indígenas no puedo interpretar otro tipo de personajes.

Entonces surgió la necesidad de contar mis propias historias, fue un impulso natural que me invitaba a incursionar en el cine. María Renée Prudencio me ayudó con el guión de La tiricia o cómo curar la tristeza. También reconozco muchísimo la ayuda de Felipe Gómez, el editor de mis tres cortometrajes y básicamente mi maestro de lenguaje cinematográfico.

Luego de La tiricia pensé que tal vez iba a ser mi única historia, pero vino la idea de La carta, volví a pedirle ayuda a María Renée, pero por cuestiones de tiempo no pudo ayudarme, así que escribí sola el guion. Y hasta la fecha así ha sido, no he escrito más historias de las que he filmado porque quiero ser respetuosa con mi espíritu creativo, de hecho siempre que tengo la necesidad de contar una historia la persigo hasta realizarla.

Este trabajo también me ha dado otra perspectiva respecto a la actuación. Ahora cuido más los personajes que quiero hacer como actriz, trato de no involucrarme en proyectos donde no vaya a involucrar a mi alma. No necesito fama ni dinero, tengo una pequeña casa en la comunidad donde puedo vivir de lo que hago de manera tranquila, escribiendo mis propios proyectos, llevándolos a cabo y eligiendo el tipo de personajes que quiero interpretar.

La forma en que entrecruza las tres historias ha cautivado a la crítica.

La forma en que entrecruza las tres historias ha cautivado a la crítica.

CORTESÍA

UNA FORMA DE ESCRITURA QUE CAUTIVA

Eres directora, pero también es importante para ti el proceso de escritura, ¿cómo te mueves en estos dos ámbitos?

En mi pueblo, con la cosecha, escoges la mazorca más bonita y la guardas, para que sea la primera semilla que siembras el año siguiente. Eso es el guión. Hay que alimentarlo, esto no quedó bien, aquí estoy exagerando, esto no tiene que ver con lo que quiero contar. Es el primer contacto con la naturaleza; cuando la ves madura, hermosa viene la directora y es como cuando te comes la mejor tortilla, sabes que ahí está la semilla. El guión es el momento primigenio de la historia, desde ahí ya estás pidiendo cosas en la dirección, ya estás evocando imágenes y sonidos.

El trabajo de dirección siempre lo hago acompañada: me gusta tallerear con la gente que va a participar, con los niños, las personas adultas, trabajar con mi fotógrafo, habitar las locaciones, que se te quite la mirada de fuera. Me divierte llegar al set y hacer ajustes a tus actrices, el último detallito; cuando empiezas con esas cosas eres una directora de orquesta, empiezas a tener el oído y la sensibilidad para escuchar a las otras y a los otros.

¿Tuviste algún referente para crear la estructura de Nudo mixteco?

La verdad es que así funciona mi cabeza, de manera caótica, se me mezclan los recuerdos, empiezo una historia y se me impone otra y regreso a la primera. Surgió de manera entrelazada, como ir bordando, metiendo un hilo y componer otro entramado pero no lograba un clímax potente.

De hecho la historia estaba más enredada pero hubo gente que no entendía nada, entonces tuve que meter estructura. A la hora de analizar el guión en un taller me dije: “híjoles, creo que está como dicen en Oaxaca, que enredamos hasta el queso”. Después lo fui soltando para hacerlo más comprensible. Jugué con la estructura cuando ya tenía completo el guión, pero en su origen era entrelazada.

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Podríamos decir que es una escritura muy es muy moderna, ¿en qué lugar te sitúas dentro de estas nuevas miradas provenientes de comunidades indígenas?

Somos una comunidad de realizadoras y realizadores que nos acompañamos. Siempre nos echamos la mano con los guiones, compartimos experiencias y nos recomendamos miembros de nuestros equipos de trabajo. Por ejemplo, seguido estoy en contacto con Yolanda Cruz y Dinazar Urbina, y siempre estamos preguntándonos cómo van nuestros proyectos y ofreciendo nuestra ayuda.

También pienso que los trabajos de cineastas como Jorge Pérez Solano, Nacho Ortíz y la propia Yolanda Cruz, que pertenecen a una generación anterior a la nuestra, han abierto parte de la cosmovisión de las comunidades indígenas y han planteado algunas preguntas incómodas.

En el caso de Nudo mixteco, el juego con la narrativa y el tiempo, el ir y venir en las historias, y el reencuentro y entrecruce de los personajes, tiene mucho que ver con cómo conceptualizamos el tiempo en las comunidades. Para nosotros el tiempo no es lineal, más bien lo vemos en forma de espiral; es un tiempo que se aleja y que se vuelve a encontrar.

APRENDER A RECONOCER NUESTRAS HISTORIAS

Para Ángeles como directora fue una revelación el descubrir dónde nace la inspiración para hacer cine: “No me había puesto a reflexionar sobre cómo construyo las historias, y al tratar de hacerlo o recrearlo es simple: camino, ¿pero porque lo hago?, camino y se van sumando cosas, voy viendo casas, imaginando historias, subo al monte, veo animales, me pasa algo por la cabeza, escribo una nota y regreso”, expresó.

“Realmente así ha sido la construcción de mis guiones, de eso me di cuenta esencialmente, sabía que lo hacía pero no le había dado tanto peso conscientemente de cómo influye en mí, pero eso es algo que puedo hacer aquí en mi comunidad, en la ciudad casi no camino, hay muchos carros, ruido, contaminación, que a través de la caminata es donde voy sumando memorias, recuerdos”, añadió.

El actor Noé Hernández en una escena.

El actor Noé Hernández en una escena.

CORTESÍA

La constante en las historias de Nudo mixteco es el encuentro de quienes se fueron y regresan al pueblo y quienes se quedaron. Ese choque entre lo fugaz y la permanencia.

Sales de tu comunidad y siempre queda la añoranza, crees que el tiempo se detuvo cuando saliste. La sorpresa es que todo se modificó, entonces enfrentas lo que dejaste pendiente, tus propias cuentas. Hay quienes nunca aprendemos a enfrentar las cosas y decidimos caminar por otro lado, hay gente que se aguanta, decide no moverse, y para mí de eso iba.

También de ese pequeño espacio que existe en la toma de decisión de las mujeres. Mis personajes femeninos tienen un pequeñísimo espacio donde deciden qué sigue con sus vidas. No es que cambien, asumen la decisión y para mí es este retorno trastocado con la añoranza y con el punto de inflexión de decidir. Como un truco de magia: girar la tuerca y se acomoda de otra manera el mundo.

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Nudo mixteco tiene que ver con la condición femenina, ¿qué tan importante fue la visión de mujer escritora y directora para tu película?

Tienen que ir cambiando las narrativas, desde dónde las abordamos, cómo las vemos y quiénes son las protagonistas de nuestras historias. Estamos acostumbradas y acostumbrados a ver personajes femeninos como víctimas o con un destino impuesto.

Con la escritura de Nudo mixteco me centré en ese pequeño espacio de decisión que tienen los personajes femeninos, para asumir y decidir sobre su destino. Esta libertad también permea a todos los personajes de la película, sin importar su género. Por ejemplo, el personaje de Esteban, en el momento más complicado y violento, se detiene a en los patrones que le ha impuesto el machismo.

Las decisiones de las mujeres de Nudo mixteco de asumir las riendas de su destino impacta directamente en su cuerpo, ahora ellas pueden decidir a quién amar y en qué condiciones.

SOBRE APRENDER A SOLTAR PARA CRECER

Siempre ha dirigido proyectos que son escrito por ella, pero no está cerrada a la idea de dirigir historias ajenas, sin embargo, comenta que deberían tener algunas características personales, al respecto dice “la historia es lo que me mueve, tiene que conectar y la pueda considerar mía, no importa si no la escribo yo, es como ver una película que viene del otro lado del mundo pero te conecta y que de alguna manera te sientes ligada a esa historia, es eso, como realizadora lo que me interesa es que sienta la química, que sea mi voz ahí. Que preste mi imaginación, mis ojos, mi trabajo reflejado en la pantalla. A veces es difícil, veo a compañeros que abordan cualquier tipo de historia y francamente no tengo esa capacidad, sí tengo que estar íntimamente llena con lo que se cuenta”, enfatizó.

“He aprendido a soltar, a no generar expectativas, me sirve estar en mi comunidad, en este momento de mi vida me siento más cómoda acá con el éxito que ha tenido Nudo mixteco, creo que me centra, me da tierra, el cine no es la vida, es solo un medio para expresarnos y que en ese medio está nuestro corazón, hay detrás el trabajo de mucha gente, y respeto eso”, señaló.

El filme se presentó por primera vez en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

El filme se presentó por primera vez en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

CORTESIA

“He aprendido a creer mucho en el equipo, vengo de un lugar donde me enseñan a trabajar en equipo, que entre todos sacamos adelante el proyecto. Es lo que me ha enseñado el cine, que las cosas no son verticales como lo entendemos en la industria de otro tipo. Para mí es algo donde confluyes con gente creativa y llevas a cabo una historia y en esa historia todo el mundo está involucrado. Lo que espero es contar las historias con la gente que se necesita de manera colectiva, lo que hacemos es gracias a todos”, concluyó la directora y actriz Ángeles Cruz.

En el filme también cambian los tonos, es amorosa, es divertida, hay una violencia latente…

En todas las historias hay una gran desesperanza, donde la decisión que tomaste no te va a dejar contento. En la primera historia María decidió abandonar a Piedad pero regresa a remover la tierra y vuelves a dejar todo pisoteado; la historia de Esteban y Chabela juega más con los tonos del pueblo, es lo que pasa en las asambleas de mi pueblo: estamos enfrascados y enojados hablando de algo y de repente sale un comentario donde nos botamos de risa.

Finalmente, la historia de Toña se sigue repitiendo, del 100% de mujeres que conozco por lo menos 80% ha sido agredida sexualmente por una persona cercana a su familia y me parece patético que haya un silencio cómplice de todos. Hay que nombrarlo, hay que decir “te voy a cortar la verga” porque hay que decirlo. Yo no analizó nada cuando estoy escribiendo, cuando me alejó empiezo a ver que todavía me tiene agarrada esa historia que en La tiricia no solté, sigue comiéndome la cabeza. Es un tema que me sigue preocupando, entonces sentí que necesitaba ese grito al final.

RETOS DE FILMAR EN PROVINCIA

“Estar en provincia es más complicado para saltar a la gran industria, no vamos a negar que sigue siendo un asunto centralista, hay un mayor desarrollo en el centro del país. Eso por un lado, por otro la cuestión educativa, por decir algo, donde vengo solo está hasta el nivel de secundaria, de ahí tienes que migrar para seguir estudiando. Pareciera que una historia de éxito viene acompañada de una historia de equidad y no es verdad. Es la parte que más me cuesta, salir de mi comunidad para hacer lo que yo quiero, me hubiera gustado que estuvieran las mismas oportunidades aquí”, comenta acerca de cómo fue posicionarse dentro de la industria cinematográfica nacional.

¿Cómo participó Villa Guadalupe Victoria con Nudo mixteco?

Mi primer pitching es en mi comunidad, si los convenzo ya puedo hacer el proyecto. En el caso de Nudo mixteco expuse que quería hacer una película pero no como los cortos; antes venía una semana, ahora será un mes y eso implica que cambie la rutina de la vida comunitaria: durante el rodaje habrá espacios públicos cerrados, no van a poder hacer ruido, ser muy claros de lo que implica para nuestra vida comunitaria.

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Después, toda la comunidad se integra al proyecto. En los departamentos de arte, fotos, vestuario, en la cocina, en la seguridad están implicados todos y hay gente que ha ido ascendiendo porque ha ido aprendiendo a hacer los oficios del cine. Mi comunidad es mi mejor set, voy con los ojos cerrados porque sé que siempre alguien me salvará el pellejo. Me pasó en La tiricia: necesitaba un campo de flores y tres días antes hubo una helada que lo marchitó. Me avisaron al día siguiente, volteo con mi hermano, que estaba siendo ayudante en las locaciones, y le digo: “Pues no sé cómo le vas a hacer, yo para mañana necesito un campo de flores” y seguí desayunando. Al otro día había un campo de flores: habían ido a recoger flores a otros pueblos y las había sembrado. Ésa fue una de las primeras pruebas de con quién estaba trabajando. La comunidad para mí es eso.

¿Crees que en tu comunidad se esté fraguando un grupo de personas que quiera seguir tus pasos y hacer cine?

El arte nos toca a todos y algunos nos pasamos de largo, pero todos tenemos ese gusanito. Hay una anécdota buenísima: tengo un apodo en el pueblo, me dicen Topo porque me escondía en los hoyos de los árboles, entonces llega un chamaquito de diez años y me dice: “Oye tía Topo, ¿tú qué haces? Porque yo veo que el Carlos carga su cámara, la Lola mueve las camionetas, el Raúl hace el café, pero a ti no te veo hacer nada: te acercas, nos dicen chistes, te pones a ver la telecita y aplaudes y ya”.

Le expliqué: “Un día me puse a escribir una historia, esa historia se empezó a mover y junté dinero para hacer una película. Ellos están contando esa historia que un día se me ocurrió y yo los coordino.” Me dice el niño: “Tú eres la jefa”. ”No, no soy la jefa, entre todos hacemos la historia”. “¿A poco si escribo una historia ya voy a ser cineasta?” Le dije: “Pues sí, si escribes una historia puedes hacer una película.”

Entonces surge la inquietud: como yo lo hago y soy de la comunidad, ven que es fácil y posible, lo podemos hacer cualquiera de nosotros. Esa cosa es maravillosa.

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Mencionaste antes a Yolanda Cruz e Ignacio Ortiz, y lo importante que ha sido que abrieran brecha para las historias de las comunidades en la cinematografía mexicana. ¿Piensas que Nudo mixteco también abre brecha para mujeres y hombres de las comunidades que están intentando hacer cine?

Sería echarme demasiadas porras. La ventaja de los lugares o de las puertas que está abriendo Nudo mixteco es que ahora están volteando a ver a las realizadoras y realizadores que desde sus comunidades están haciendo sus historias.

Es como cuando sigues trazando una veredita por la que ya pasaron otras personas; yo estoy filmando mis historias gracias a otros cineastas que despejaron el camino, a eso se agrega Nudo mixteco.

Es importante que el mundo vea nuestra diversidad. De repente siento que la industria cinematográfica, con toda esta parafernalia de las plataformas de streaming, ha empezado a hacer más de lo mismo, como si fuera una maquila; de pronto todas las series se parecen y todas las películas se parecen. Está padre que lleguen historias distintas, filmadas de manera diferente y con otros puntos de vista, porque esto va a enriquecer a todo el mundo, incluso a la propia industria cinematográfica.

NOMINACIONES AL ARIEL: 8

Mejor Película

Mejor Dirección: Ángeles Cruz

Mejor Actor: Noé Hernández

Mejor Coactuación Femenina: Aída López

Mejor Guión Original: Ángeles Cruz

Mejor Edición: Miguel Salgado

Mejor Sonido: Pablo Tamez (sonido directo), Rodrigo Castillo Filomarino (diseño sonoro, mezcla de sonido)

Mejor Ópera Prima

PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia (Mejor Guión y Premio del Público)