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Silvana Lázaro y ‘Canción de invierno’: Deconstruir los estereotipos en el cine sobre la sexualidad femenina

ENTREVISTA. El nuevo estreno de Mandarina Cine y ópera prima de la cineasta mexicana se puede disfrutar desde el 4 de agosto en salas selectas

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Fotograma del filme

Fotograma del filme

Cortesía

Con una trayectoria que abarca cortometrajes independientes, Silvana Lázaro Rosales ha demostrado una versatilidad excepcional en su trabajo. Su capacidad para tejer historias profundamente emotivas mientras juega con la estética visual ha dejado una marca distintiva en cada una de sus creaciones.

La idea de Canción de invierno surgió mientras la directora estaba en el proceso de escritura del guion para su tesis de universidad. Por un lado, Silvana se basó en sus propias experiencias y, por otro, se propuso retratar otra forma de lidiar con el dolor de un rompimiento amoroso, así como deconstruir muchos de los estereotipos que existen en la pantalla grande sobre la sexualidad femenina, en cómo se filma el cuerpo de las mujeres o incluso el tratamiento de la amistad entre un chico y una chica.

En entrevista con Crónica Escenario la cineasta relató lo siguiente, “todos mis proyectos son diferentes, fueron parte de mi proceso académico y algo que quería experimentar en el cine era probar diferentes cosas porque una vez que te integras al mercado laboral es difícil mantenerte fiel a ti mismo y no caer en lo que te piden las productoras, y de los proyectos anteriores a comparación de este es una mezcla de ficción y documental y es algo que me interesaba hacerlo intencionalmente en esta película.”, comentó Silvana, también directora del cortometraje Memorias del table dance.

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Como todo proyecto estudiantil tiene sus limitantes y esos momentos en los que choca con pared, pero con la visión correcta, todo puede ser bien encaminado, “el presupuesto siempre es una limitante grande, pero lo hicimos bastante bien con esa limitante, como cualquier otra ópera prima y por ese lado de alguna manera se traduce en tiempo, filmamos en veinte días que es muy poco para lo que un largometraje toma, generalmente duran de cuatro a seis semanas y me hubiera gustado tener más tiempo haciendo otras cosas, pero es importante tener en mente lo que puedas hacer con los elementos que tengas disponibles”, recordó.

Su enfoque inclusivo y su compromiso con la representación auténtica se reflejan en sus personajes y tramas, lo que ha resultado en una conexión profunda con una amplia gama de audiencias. “Quiero que llegue a audiencias jóvenes, tiene una nueva mirada generacional a ciertos temas, es una perspectiva diferente, que abra la conversación sobre machismo, sexualidad, feminismo, porque a final de cuentas es importante que el cine se preste para abrir conversación y tener otras representaciones”, afirmó.

A final de cuentas es muy honesta e íntima para mí, pero aun con eso, no es la historia de mi vida, pero si tiene que ver con un momento específico, de alguna manera cuando tenía 16 años me hubiera gustado ver algo más libre sin estereotipos tan marcados, y ahora que veo mi película que la filmé cuando tenía 23 años pienso que de alguna manera es el reflejo de una mirada de esa generación, solemos ver proyectos muy juveniles que los dirigen gente de 50 años y pues la mirada cambia y la manera de llevar a cabo ciertos temas se queda en la intención, en mi filme la fotógrafa, las directoras de arte y las productoras pasábamos por ese tipo de procesos y nos permitió reflejarlo, es algo muy honesto hacia nuestro público.”, reflexionó Silvana Lázaro Rosales.

Toda parte del filme tiene un porqué, nada es al azar, desde la preproducción sabía dónde quería encaminar a sus actores y el significado que la musicalización tendría para darles voz, “La música fue un largo trabajo porque se hicieron once canciones originales y dos covers, desde el guion estaba marcado que iba a ser esencial, entre los actores y yo mostrábamos las referencias porque conectarás, cada uno tiene su propio género, entre experimental o algo más indie rock depende el personaje que esté en cuadro para que les permitiera entrar en papel, fue un experimento interesante que acompaña a la película y evoluciona con ella”, explicó.

Es la segunda colaboración con la actriz Ruth Ramos quien también estuvo en su cortometraje Crónica Marciana en el 2017. “Ruth es una amiga muy cercana, tuvimos la suerte de conocernos cuando ella estaba haciendo su carrera y yo estaba haciendo la mía, de alguna manera ha sido bonito acompañarnos en el descubrimiento de quienes somos como artista, como colaboradoras, hacer esto con ella fue increíble porque es comprometida y talentosa y me gustaría seguir colaborando con ella y con quien se cruce no estarán decepcionados y con lo que entrega a cámara, ahora que vamos a sacar la película es un viaje en el tiempo muy específico y ojalá eso se transmita a la audiencia.”, concluyó.

Es por todo lo anterior que Canción de invierno es una propuesta fresca y original sobre la juventud, la sexualidad, la amistad y el contexto fronterizo del norte del país. Un viaje en carretera se transforma también en un viaje interno a la psique de nuestro personaje principal, donde los sueños y las memorias envuelven al espectador para desatar sus propias vivencias. El duelo tiene la posibilidad de ser un proceso de sanación, transformación y de búsqueda interna, de deconstrucción y aventura.

Podrás disfrutar del nuevo estreno de Mandarina Cine, la ópera prima de Silvana Lázaro: Canción de invierno a partir del 4 de agosto del 2023 en salas selectas.