Escenario

Urresola lleva a Cannes la lucha de un coro de mujeres contra una petrolera

COBERTURA. El corto, de media hora, combina una base documental, actores no profesionales y localizaciones reales con un dispositivo de ficción y una protagonista de 91 años

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Fotograma del cortometraje Cuerdas que llegó al Festival de Cannes.

Fotograma del cortometraje Cuerdas que llegó al Festival de Cannes.

ESPECIAL

A punto de empezar a rodar su primer largometraje, la directora vasca Estíbaliz Urresola presentó este martes en Cannes su corto Cuerdas, sobre una coral de mujeres que planta cara a una gran empresa petrolera.

El corto, de media hora, combina una base documental, actores no profesionales y localizaciones reales con un dispositivo de ficción y una protagonista de 91 años, Begoña Suárez, que ha enamorado a los responsables de la Semana de la Crítica.

“Es una maravilla, nos hemos enamorado de ese personaje de 90 años que canta en una coral”, dijo a Efe Ava Cahen, la responsable de esa competición. “Se habla de política y de lucha social, pero se hace a través del cuerpo, de la experiencia y de lo vivido, es conmovedor”.

Rodado entre las localidades de Muskiz (Vizcaya) y Llodio (Álava), el corto gira en torno a un dilema que debe afrontar la coral, aceptar la ayuda de una empresa contaminante de la región para garantizar su continuidad como formación o arriesgarse a desaparecer.

Urresola dijo a Efe que descubrió esta historia en unas jornadas de ecofeminismo en Bilbao y que a partir de ahí se introdujo en la realidad de la comarca minera del norte de Vizcaya y la lucha vecinal por los derechos de salud y medioambiente.

“Es una zona que ha sido muy castigada, primero por la minería y la explotación de recursos naturales y ,cuando terminó aquello, se instaló una empresa (petrolera) que azota la salud de los habitantes”, explica.

Lo que más le emocionó, asegura, fue “ver a mujeres que pasada una edad son sujetos de actos políticos en la lucha y defensa de sus derechos, cuando normalmente en la gran pantalla se retrata a las mujeres mayores desde la estigmatización, la enfermedad y la desconexión de la realidad”.

Urresola eligió a Begoña Suárez como protagonista porque era la presidenta de una asociación vecinal en la vida real y también cantaba en dos coros.

“La figura del coro me parecía muy potente, muchas mujeres una vez han terminado sus responsabilidades de cuidado en la familia acceden a estos espacios de empoderamiento y aprendizaje, que les permite viajar, hacer amigas y encontrar su propia voz entre iguales”, señala.

Suárez, que acompaña a Urresola en Cannes, no se había puesto nunca delante de una cámara pero dice que ha sido una experiencia maravillosa. “Nunca soñé venir a Cannes, soy un ama de casa, no soy actriz”, dijo a Efe.

Pero además de ama de casa, Suárez preside la asociación Encartaciones Vivas que lucha por la defensa de los derechos de salud y medioambiente ante el impacto de Petronor y conoce bien el conflicto que se plantea en el corto. “Los que están trabajando ahí están bien, pero los demás…”, deja caer.

Dentro de tres semanas Urresola empieza el rodaje de 20.000 especies de abejas, un drama sobre una familia durante un verano en el cual descubren que el pequeño empieza a hablar de sí mismo en femenino.