Escenario

‘Welcome al norte’: Cuando se conoce Tijuana se llora dos veces

CORTE Y QUEDA. La nueva película de Gustavo Loza llegó a las salas de cine con una entrañable comedia protagonizada por Silverio Palacios

cine

Fotograma de ‘Welcome al norte’.

Fotograma de ‘Welcome al norte’.

CORTESIA

Los contrastes culturales dentro de un mismo país suelen ser vastos. La vida de cada habitante, la riqueza cultural de cada estado y las actitudes o formas de pensar enriquecen la identidad no sólo de uno sino del ser mexicano. Pero ¿qué sucede con aquellos prejuicios que también existen en los pobladores acerca de esas marcadas diferencias entre todos? La nueva cinta de Gustavo Loza (¿Qué culpa tiene el niño?, Atlético San Pancho) busca mostrar esa diversidad qué nos caracteriza, llevándonos de sur a norte en una travesía titulada Welcome al norte.

La historia se centra en Polito (Silverio Palacios), gerente de una sucursal de mensajería y paquetería en Izamal, Yucatán, que busca recibir un ascenso para obtener plaza en el paraíso de Cancún. Sin embargo, ante la desesperación de lograrlo, comete un grave error que lo llevará a cambiar de aires, pero hacia el norte del país, llevándolo a Tijuana. Solo y lleno de prejuicios, Polito se muda a la que, en su mente, es una tierra llena de delincuentes y pandilleros.

Sin embargo, la compañía del Spooky (Ricardo Abarca), su colega y amigo, así como de sus nuevos colegas de trabajo Caro (Isabel Burr), el Zarigüeya (Héctor Jiménez), el Tambo (Paco Rueda) y la infame Big Mom (Raquel Garza) le mostrarán que el norte no es como lo pintan, formando así lazos fraternales donde los mitos y prejuicios quedarán de lado, cambiando su perspectiva mientras enfrenta ese choque cultural interesante donde el vocabulario, las costumbres y la vida es muy diferente. 

Lee también

‘Welcome al norte’ explora Tijuana desde una amistad que rompe estereotipos

Alinne Fragoso
Fotograma de 'Welcome al norte'.

Welcome al norte es una comedia familiar basada en el exitoso filme francés Bienvenue chez les Ch’tis, dirigido y protagonizado por Danny Boon, donde también se exploraban las diferentes caras de un país y sus respectivas áreas tan lejanas en cultura como en distancia. La versión mexicana respeta esta parte, llevándonos desde Yucatán hasta Baja California, las dos penínsulas más lejanas de la República Mexicana que contrastan por muchas razones, no sólo por la geografía misma, siendo la guía del filme.

El primer vistazo lo tenemos en Izamal donde Polito y su familia, con un muy marcado acento yucateco, ofrecen un breve vistazo de su vida en el sur. Pero es Tijuana y el cambio de perspectiva del protagonista lo que desarrolla no sólo un arco interesante, sino también cómo la vida de estos norteños cambia ante las formas, creencias y actitudes de su jefe a través del lenguaje, las ‘bombas’ o la música, mientras las divisiones entre norte y sur se desvanecen poco a poco.

Las actuaciones son uno de los ingredientes que luce mejor en el relato. Si bien Silverio Palacios tiene una adecuada manera de dar en el clavo con esa comedia de choque cultural, remite un tanto a su papel en Acorazado (Curiel, 2010). Pero son los secundarios los que hacen la diferencia. Desde su esposa, interpretada por Amorita Rasgado, quien consigue una química especial con el protagonista, hasta Abarca y Burr, cuya subtrama amorosa y su comportamiento ofrecen un carisma idóneo donde uno se olvida de las ideas preconcebidas de violencia y crimen, destacando una secuencia donde Loza se burla justo de esos estereotipos exagerados.

Lee también

Silverio Palacios reflexiona sobre las consecuencias de la obsesión en ‘La trágica historia del Doctor Fausto’

Mayumi Suzuki
“hay destinos que no son para ti. La obsesión puede traer grandes consecuencias y hay que responsabilizarse sin quejas”

La oferta musical también nos da una gama de la multiculturalidad buscada, representada por diferentes melodías e incluso una musicalización correcta que ayuda al sentido de sátira del filme. Sin embargo, Welcome al norte también cae en lugares comunes donde los clichés y sus representaciones se presentan como un arma de doble filo. Hay identidades casi caricaturescas que se despegan de la comedia ‘realista’ pero también consiguen momentos donde ese estereotipo se rompe y se olvida a partir de cierta exageración, rompiendo los paradigmas sociales y volviéndolo algo mucho más humano aunque no tan memorable

Los vestuarios también son bastante adecuados y forman parte del gran caleidoscopio que buscan enseñar a través de este relato, mismo que peca de sentirse un tanto forzado, improvisado, donde la edición no ayuda a que por momentos se sientan como un cúmulo de sketches bien ejecutados. Esto hace que la historia de repente pierda el foco adecuado y así la fuerza del mismo mensaje, aquel que radica en la integración y tolerancia así como en los lazos que van más allá de la sangre o el territorio. A pesar de sus problemas narrativos, cumple como un buen entretenimiento de buenas intenciones que destaca por no ser una comedia más del montón al querer mostrar rincones y relatos más allá de los romances burdos habituales.

Se dice que cuando un foráneo llega a Tijuana chilla dos veces, la primera es cuando llega y la segunda cuando se va de ahí. Welcome al norte es una de esas cintas donde el norte y esa mirada amable de un México no tan conocido se convierte en un paraíso, un lugar, como muchos otros en un país diverso, que logra mostrar su belleza a pesar de todo, haciendo un llamado a la inclusión y tolerancia como raza más allá de las convenciones cinematográficas del relato presentado. Sí, uno llora de risa, pero también de cariño, pues la fraternidad se cierne sobre las diferencias en un país que necesita aceptar las mismas para crear su identidad mexicana.

‘Welcome al norte’: Cuando se conoce Tijuana se llora dos veces Video