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Brasil pide pena máxima para 40 acusados de intentona golpista contra Lula

Solicita 30 años de cárcel por el asalto a sedes de los tres poderes en enero pasado; exigen “pena ejemplar” por buscar “implantar un régimen autoritario”

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Policías enfrentan a bolsonaristas, el pasado 8 de enero

Policías enfrentan a bolsonaristas, el pasado 8 de enero

EFE/ Andre Borges

La Procuraduría General de Brasil solicitó este lunes la pena máxima de 30 años de cárcel para los primeros 40 acusados de participar en el asalto a las sedes de los tres poderes de la nación durante el intento de golpe de Estado del pasado 8 de enero.

Se trata de "asociación criminal armada", "abolición violenta del Estado democrático de derecho", "golpe de Estado", "daño calificado y grave amenaza" y "deterioro de patrimonio público", que, según el Código Penal, en conjunto "llegan a 30 años de reclusión", que es la pena máxima contemplada por las leyes del país, dice el documento remitido a la Corte Suprema.

La Corte Suprema aceptó las denuncias presentadas contra 1,290 personas, que en su mayoría participaron directamente en los violentos sucesos, cuando miles de activistas de la ultraderecha asaltaron simultáneamente las sedes de la Presidencia, el Parlamento y el propio tribunal.

La mayoría de los participantes estaban alineados ideológicamente con el exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, cuyo resultado electoral se negó a reconocer.

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Exigen pena ejemplar

La Procuraduría argumenta que debido a la gravedad de los crímenes y el contexto multitudinario en el que ocurrieron, la pena a aplicarse a los acusados debe ser ejemplar. Buscan que se aplique una sentencia contundente ante un intento de implantar un régimen autoritario en lugar de un Gobierno elegido legítimamente.

La Corte Suprema de Brasil continúa las averiguaciones sobre estos sucesos y tiene entre los investigados al propio expresidente Bolsonaro, quien es sospechoso de haber alentado la asonada al desconocer la victoria de Lula y sembrar dudas sobre la limpieza y transparencia del proceso electoral del año pasado.

El país sudamericano vive momentos de tensión y enfrentamiento político debido a la polarización entre los partidarios de Lula y Bolsonaro. Los hechos ocurridos en enero representan un capítulo oscuro en la historia reciente de Brasil y han generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional.