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El desencuentro entre Rusia y los países bálticos

 Fueron parte de la Unión Soviética luego del triunfo contra Hitler; la disolución de la URSS los regresó a su vocación europea y los alineo en la OTAN

Países bálticos

Riga, Letonia

Especial

Los países bálticos, Estonia, Lituania y Letonia, son actualmente estados independientes con fuerte vocación europea. Durante el siglo XX y en el arraque del XXI, su colindancia con el trerritorio ruso ha marcado su devenir: quedaro integrados a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas después de la Segunda Guerra Mundial, esto como parte del intento de José Stalin de crearse "colchones" entre las potencias europeas y el centro de su imperio comunista. 

A diferencia de Hungría, Polonia u otros países, Stalin optó por una anexión de los países balticos, sobre todo por su posición septentrional estratégica, las salidas portuarias y el hecho consumado de que las tropas rusas se habían estacionado allí en un número muy importante durante su avance a Berlín entre 1944 y 1945.

Además, desde ese tiempo era clara la vocación antirusa que rondaba en el alma báltica, muy orientada a integrarse a Europa.

La disolución de la URSS en 1989 generó la independencia de los países bálticos que inmediatamente retomaron su vocación europea y se fueron alineando a la OTAN hasta ser admintidos como miembros con plenos derechos. 

Hoy, bajo la dirección de Kallas, Estonia es uno de los aliados más firmes de Ucrania. La mujer de 46 años es objeto de esta orden de detención que implica una nueva amenaza de Putín contra miembros de la OTAN. 

Medios de comunicación estadunidenses han anunciado que Vladimir Putin está planeando doblar el número de tropas estacionados en las fronteras con los páise Bálticos y con Finlandia, otra nación con la que Moscú ha tenido frecuentes desencuentros.