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Aumenta la tensión diplomática entre México y Estados Unidos por tráfico de armas

El Gobierno mexicano ha confiscado cerca de 50 mil armas de contrabando, siendo un 70% provenientes de Estados Unidos, por lo que AMLO exigió una explicación directa al gobernador de Texas, Greg Abbott

De las 50 mil armas confiscadas durante el sexenio de AMLO, el 70 % proviene de Estados Unidos y la mitad de estas de Texas, según afirmó este martes el presidente

De las 50 mil armas confiscadas durante el sexenio de AMLO, el 70 % proviene de Estados Unidos y la mitad de estas de Texas, según afirmó este martes el presidente

EFE/José Méndez

Al exponer datos sobre el tráfico de armas durante su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, reveló que el Gobierno mexicano ha logrado confiscar cerca de 50 mil armas de contrabando, siendo un 70% provenientes de Estados Unidos. De este porcentaje, resalta el hecho de que la mitad tiene origen específico en el estado de Texas.

La revelación no solo pone de manifiesto la magnitud del problema del tráfico de armas, sino que también añade un nuevo elemento de tensión en las relaciones entre México y Estados Unidos. Por ello, López Obrador exigió una explicación directa al gobernador de Texas, Greg Abbott, con quien ya ha tenido desacuerdos notables debido a políticas antiinmigrantes.

"¿Qué me responde a esto el gobernador de Texas? La mitad de todas las armas que entran de Estados Unidos a México provienen de Texas”, remarcó.

Este no es el primer paso del presidente mexicano en la lucha contra el tráfico de armas. En agosto de 2021, el gobierno demandó a 11 empresas estadounidenses fabricantes y vendedoras de armas, acusándolas de negligencia por facilitar que estas caigan en manos de criminales mexicanos.

La tensión entre ambos países se incrementa debido a factores adicionales, como el creciente tráfico de fentanilo y los niveles récord de migración. Además, las elecciones presidenciales simultáneas en 2024 añaden una capa adicional de complejidad a la relación bilateral.

La canciller mexicana, Alicia Bárcena, también ha hecho notar la gravedad de la situación. En una reunión en Washington en enero pasado, advirtió sobre la presencia en México de armas de uso exclusivo del Ejército de Estados Unidos. Sin embargo, el embajador estadounidense, Ken Salazar, negó que estas armas fuesen propiedad de las Fuerzas Armadas.

El presidente, además de abordar la cuestión del tráfico de armas, criticó a los políticos estadounidenses por proponer el cierre de la frontera común en caso de un aumento en la migración irregular. También expresó su desacuerdo con la sugerencia de designar a los cárteles mexicanos como terroristas, lo que podría llevar a una intervención militar.

En este contexto, el mandatario mexicano hizo un llamado a no tomar estas amenazas "baladronadas" demasiado en serio, insistiendo en que es temporada de elecciones y sugiriendo que estas declaraciones podrían tener motivaciones políticas. 

“Esas baladronadas de amenazar y que van a intervenir y que van a tomar medidas unilaterales, no hay que tomarlas muy en serio porque es, insisto, temporada de elecciones”, puntualizó.