Han pasado 72 horas desde que impactó el huracán Otis en Guerrero, en particular el Puerto de Acapulco y en los municipios más pobres del estado, en estos últimos la ayuda no llega, parece que las autoridades federales, la estatal y municipal los han olvidado, pues nadie se ha acercado para saber sus necesidades inmediatas, si hay víctimas, desaparecidos, nada.

“El gobierno se está enfocando en la zona turística, están olvidando las zonas rurales, la otra cara de Acapulco”, dice con desesperación una habitante de la colonia Jacarandás, en el municipio de Iguala, quien señala que “el techo de las casas en este poblado son de aluminio y el día que pegó el huracán se desprendieron y parecían hojas de papel volando, al otro día tuvimos que ir a buscar las láminas para empezar a reconstruir nuestras casitas, aquí no ha llegado la ayuda”, comenta con angustia María.

La madrugada del miércoles Acapulco y otros municipios de la costa fueron devastados por el huracán Otis que llegó en categoría 5, y a tres días de aquella noche y madrugada de pesadilla, la huella de la devastación es evidente, con una zona hotelera arrasada, con casas y comunidades destruidas; sin energía eléctrica, sin servicio de telefonía, sin gasolina y con escasez de comida.

En esta destrucción los pobladores de las zonas más pobres acusan a los gobiernos federal y estatal de tenerlos olvidados, ya que solo los visitan cuando buscan el voto cuando se acercan periodos electorales, pero en tragedias como ésta no existen para ninguna autoridad.

ABANDONADOS

“En las zonas rurales no está llegando la ayuda, la gente está desesperada, muchos empiezan a caminar sobre las avenidas para ver si consiguen alimentos o bien, encontrar algo que hayan dejado quienes saquearon tiendas de conveniencia o supermercados.

Pobladores denuncian que dada la desesperación que hay por la desorganización al no llegar la ayuda, ya saquearon una fábrica de chiles  de la empresa La Costeña, y es que no hay nada, todo ésta destruido”, menciona uno de los habitantes de esta comunidad que dice haber perdido todo en su casita.

Guerrero se quedó sin luz, y es que se cayeron las torres que soportan el cableado que conecta con la red que enlaza con las zonas urbanas y las rurales.

La zona turística está como si fuera escenario de guerra, con saqueos por parte de los mismos pobladores que aprovecharon la falta de seguridad en los supermercados, tiendas de autoservicio para saquearlos, ante la incapacidad de las autoridades para dar respuesta a la emergencia y llevar despensas y agua.

ABUSOS

La Secretaría de Gobernación informó que han entregado 7 mil 500 despensas y 7 mil litros de agua, pero esto no ha sido suficiente para auxiliar a los miles de damnificados.

La zona hotelera ha sido calificada como zona cero por la devastación que causó Otis, y es que imágenes que circulan en redes sociales dejan evidencia de los daños, con hoteles, negocios y restaurantes de la zona Diamante destruidos.

Habitantes de la colonia Jacarandas, en Acapulco, han denunciado que además del abandono por parte de las autoridades se han cometido abusos por algunas personas que cuentan con alimentos y que los venden a precios exageradamente altos. “El medio kilo de huevo lo están vendiendo a 100 pesos, al igual que el kilo de azúcar”, eso ya es lucrar con el dolor de la gente.