Los misiles que China ha instalado en el archipélago Paracel han revolucionado los ánimos en la región; seguramente porque, precisamente, estas islas no son las únicas que China se disputa desde hace tiempo con otras naciones.
Probablemente, el ejemplo más conocido es el de las islas Diaoyu, como las llaman en China, o Senkaku, su nombre en japonés, o Tiaoyutai, como son conocidas en Taiwán. Estos tres países se disputan desde hace décadas estas islas ubicadas en el mar de China, muy cerca de las islas del sur de Japón, que es quien las administra desde que las recibiera de los Estados Unidos en 1972. Por tanto, Japón posee los derechos de pesca en la zona, principal motivo de la disputa.
El último episodio polémico respecto a estas islas se produjo en septiembre de 2012, cuando Japón compro tres islotes, en disputa, a su entonces propietario privado, una transacción que desató las enérgicas protestas de China y Taiwán.
El pasado año, China instaló también construcciones de gran tamaño en los pequeños islotes y arrecifes Spratly, construcciones que incluyen pistas de aviación y edificios militares, convirtiéndolos en verdaderas islas artificiales. Las Spratly se encuentran al sur del archipiélago Paracel, muy cerca de Filipinas, y China se disputa su soberanía con nada más y nada menos que Filipinas, Taiwán, Vietnam, Malasia y Brunéi.
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