“La cantidad de millones que se derrocha en ferias de arte que duran 1 o 2 días es absurdo, es demasiado. Para experiencias tan cortas creo que la virtualidad es mucho más interesante, además generan menor huella de carbono porque no movilizas tanta gente y capital, y este planeta ya no nos está aguantando”, opinó el escultor colombiano Joaquín Restrepo, en entrevista por su exposición virtual Amor Fati, con la que pretende abrir la puerta a otros a artistas que aún no exploran estas herramientas.
“Es un poco aprender nuevas herramientas, poder mostrar mi obra en esta época y mostrar que si soy capaz de desarrollar todo este proyecto yo solo en mi casa, imagina lo que se podría hacer con equipos de trabajo más grandes, si varias galerías se juntaran y formaran una verdadera Feria Virtual de Arte”, agregó.
Para esta exposición, Restrepo digitalizó esculturas nuevas que tenía dispuestas para exponer este año, las montó en un escenario virtual e hizo mezclas con sonido binaural —el cual crea una sensación de ubicación espacial—.
“Una manera de digitalizar es en scanners 3D, pero como todo estaba cerrado usé un Kinect del Xbox. Lo puedes modificar y conectar a la computadora, —una especie de jaqueo— y ya luego encima de los modelos se generan texturas, para que parezca hierro, bronce, cerámica. Es un juego porque en el mundo digital los materiales no existen”, dijo el artista.
La exposición se navega con un par de “joysticks”, uno controla la perspectiva y otro el desplazamiento. Si te acercas a las esculturas hay unas pequeñas “i” que despliegan textos. Una sola de las esculturas está animada: una menina que se encuentra al fondo a la derecha y que gira para que nunca puedas verle el rostro.
“El espacio es una mezcla entre edificio de oficinas, fábrica abandonada, especie de iglesia y es la única parte de la expo que llaman el objeto encontrado. Partí un poco de cómo se hace en el mundo real, que vas a exponer en un sitio y vas viendo cómo pueden dialogar tus obras con el espacio. Me sentía como haciendo trampa si yo diseñaba completamente el espacio”, expresó.
Explicó que en el mundo virtual el control de la experiencia es absoluto, y este ejercicio es un primer paso para realizar proyectos más agresivos y ver cómo esto modifica la obra.
“En este caso ves las mismas esculturas que puedes ver en el mundo real, lo que estoy haciendo es digitalizándolas, pero la ideas es comenzar a generar obras que solo puedan existir en mundo digital. Al crear obras virtuales lo que tienes que generar son imposibles fiscos, eso me parece interesante, tienes para jugar con sonidos y la atención completa de la persona, además de otros temas de realidad aumentada”, ahondó Restrepo.
“Esto fue a modo de ejercicio, porque creo que cuando sucede una pandemia o evento que sacude el mundo tienes que encargarte de salir distinto, los artistas debemos ser muy versátiles y expandirnos a las nuevas herramientas. Hay artistas digitales haciendo cosas maravillosas, pero artistas más tradicionales que hacen escultura, instalaciones o performance muchas veces no ven en el mundo virtual una manera de generar lenguaje, y creo que hoy es tan accesible que todos deberíamos estar produciendo cosas en él. Es una forma de tener acceso real a obras de arte 24 horas, todo el tiempo, y finalmente es el futuro. Es una forma de poder estar en todos lados al mismo tiempo”, concluyó.
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