Opinión

Candil de la calle, oscuridad de la casa

Candil de la calle, oscuridad de la casa

Candil de la calle, oscuridad de la casa

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El Secretario de Relaciones Exteriores comunicó, como presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la culminación de su VI Cumbre con la declaratoria de 44 elementos, entre los que destaca la creación de un fondo contra desastres naturales para hacer frente a los efectos del cambio climático con un aporte inicial de 15 millones de dólares para ayudar, especialmente, a los países con menor desarrollo económico.

El 28 de julio de 2021, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mediante acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación, desapareció el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), que fue creado en el gobierno de Ernesto Zedillo en 1996 para ayudar a las poblaciones afectadas por fenómenos naturales. En esta fecha se abroga el similar de 2010 en el que se emitieron las reglas generales del mencionado fondo y se establece un mecanismo para garantizar que las obligaciones contraídas se cumplan con cargo a un saldo de 8.7 mil millones de pesos.

El FONDEN era uno de los fideicomisos públicos no entidad satanizado y el instrumento financiero Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) que permitía disponer de recursos económicos para enfrentar los efectos negativos de los ciclones, huracanes, sismos y cualquier otro fenómeno natural, con independencia de lo asignado anualmente en el presupuesto de egresos de la Federación. La atención de desastres es un gasto no previsible.

Una estrategia financiera inteligente, por eso fue aceptada por unanimidad en el seno de la CELAC, es la creación de fondos (ahorros destinados a un fin específico) para contar con recursos suficientes en caso de que se presente una eventualidad. Los mapas de riesgos naturales y peligros identifican probabilidades de ocurrencia de un fenómeno, pero es imposible determinar la magnitud de los daños que pueden provocar.

Antes de la desaparición del FONDEN, los recursos económicos estaban disponible conforme a reglas de operación, que aplicaba la Coordinación Ejecutiva del SINAPROC, y establecían los requisitos objetivos -no de índole política- para acceder a la ayuda y los procedimientos para ejercerlos.

Las entidades federativas y municipios menos desarrolladas del país y aquellos que sufren mayores desgracias por su ubicación en zonas de riesgo eran las más beneficiadas con la existencia del FONDEN, cuyos recursos procedían de transferencias anuales del presupuesto federal. La existencia de este fideicomiso provocaba que todos aportábamos vía el pago de contribuciones a enfrentar las emergencias de quienes sufrían una desgracia derivada de un desastre natural. Era un mecanismo de solidaridad.

México muestra su solidaridad con los países del CELAC más desfavorecidos y expuestos a los fenómenos naturales con el impulso del mencionado fondo y su aportación al mismo, que si bien sólo representa alrededor el 3 % del saldo para la liquidación de las obligaciones del FONDEN, es un buen comienzo. Candil de la calle.

El presidente López Obrador, cuando defendió la torpe estrategia de Eréndira Sandoval de la desaparición de los fideicomisos públicos no entidad como parte de la austeridad anoréxica, declaró: "¿Por qué vamos a desaparecerlo (al FONDEN)? Porque hay elementos suficientes para sostener que era una especie de caja chica; bueno, ni tan chica para funcionarios que compraban de todo sin licitar. Miles de millones de pesos en catres, láminas de zinc, en todo, a precios elevadísimos, hay gente que vivía de venderle a Gobernación, que hacían buenos negocios”, (Expansión, 7-10-20). Oscuridad de la casa.

Latinoamérica y el Caribe tendrán un mecanismo institucional para ayudar a los gobiernos a afrontar los daños de los desastres naturales. Las entidades federativas y los municipios mexicanos están sujetos a lo que los diputados asignen anualmente en un gasto imprevisible. Seguramente la SHCP cuando ocurra una desgracia hará algunas transferencias selectivas, cuando haya un compromiso del presidente con un gobernador o un grupo poblacional, pero la pregunta será: ¿de que ramo, unidad responsable, programa o proyecto lo obtendrá? Esto no es el camino para un gobierno honesto y ordenado, más se asemeja a uno para el clientelar y corrupto.

El huracán Grace y el desbordamiento del Río Tula nos recordaron, como si hubiera necesidad de hacerlo, que estamos expuestos a las eventualidades y a los gastos públicos imprevistos. La falta de recursos económicos garantizados en un mecanismo financiero verificable objetivamente proviene de una concepción errónea de la funcionalidad de los fideicomisos públicos no entidad.

Paradójicamente, en la estrategia de atención a un mismo problema económico y social, en el seno de la CELAC se propone la creación de un fondo. Entonces, para la promoción personal en el ámbito internacional, un fideicomiso público no entidad si es el medio jurídico idóneo para canalizar nuestra solidaridad, que en realidad es muy pequeña en términos financieros. Puro faroleo. Candil de la calle, oscuridad de la casa.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

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