
Investigadores y estudiantes de la Universidad de la Sierra Juárez (Unsij), en Oaxaca, identificaron en los bosques del norte del estado la presencia de un insecto llamado Mosca Sierra (Zadiprion falsus Smith), que llegó como especie invasora a esa región y ya afecta 340 hectáreas de pinos en el distrito de Ixtlán de Juárez. Los árboles invadidos mueren si durante tres años seguidos las larvas de la mosca consumen todo su follaje.
Los científicos estiman que este insecto puede llegar a afectar 14 mil hectáreas de bosques que son cuidados por comunidades y pueblos indígenas y que aportan ingresos económicos para las familias porque una parte de ellos son usados para la extracción ordenada de madera, mientras que otra parte es conservada para captura de carbono y venta de bonos de carbono a empresas que emiten gases de efecto invernadero. La región de Ixtlán de Juárez ha recibido diferentes reconocimientos internacionales por su manejo sustentable de bosques.
En entrevista telefónica con Crónica, el líder de la investigación, Mario Ernesto Suárez Mota, explicó que la investigación busca en este momento la ruta migratoria del insecto, que ya se había registrado en bosques de Chihuahua, Durango, Sonora, Jalisco y Michoacán.
Uno de los casos de afectación grave de la Mosca Sierra ocurrió en 2016, cuando ese insecto dañó 10 mil hectáreas de bosques en el municipio de Yécora, Sonora. El primer reporte de esta Mosca Sierra en la Sierra Juárez de Oaxaca se generó en junio de 2017.
Hasta el momento la investigación no tiene apoyo financiero del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), lo cual sería necesario para conocer la filogenética o perfil genético de este insecto, de cuyo género existen cinco especies diferentes.
“Estamos trabajando con nuestros propios recursos. Lo primero que estamos intentando responder es la ruta por la cual llegó el insecto y la velocidad de dispersión. Eso lo estamos haciendo investigadores de la Universidad de la Sierra Juárez, junto con estudiantes de ingeniería forestal y ciencias ambientales de esta universidad”, indicó el doctor Suárez Mota.
“En una siguiente etapa de investigación, con más recursos, podríamos hacer estudios de filogenia para saber cuál es la especie en particular que está atacando a los bosques en la parte norte de Oaxaca pues la Mosca Sierra es un género que tiene cinco especies y sería muy útil conocer cuál es la que está actuando aquí”, explicó el doctor en Ciencias Biológicas.
“Nuestro principal objetivo es analizar cómo esta especie se está distribuyendo a la par de sus especies hermanas, porque pertenece a un género de cinco especies cuya actividad es defoliar árboles, particularmente pinos. No tenemos hipótesis de cómo pudo llegar hasta la Sierra de Oaxaca. Hemos registrado que viene por una cadena montañosa, siguiendo bosques de pino”.
Otra parte no menos importante del proyecto es el estudio de la especie, ya que aún se desconocen ciertos aspectos de su biología. “Realizamos colectas de pupa y las mantenemos en laboratorio hasta verlas crecer y a partir de ahí conocer el número de huevecillos que depositan y tener una estimación de cuántos insectos podemos encontrar por cada metro cuadrado”.
La metamorfosis de la Mosca Sierra transcurre de huevo a larva, pupa y adulto. La fase de pupa se lleva a cabo en el suelo, pero al eclosionar (abril y mayo) y entrar a la fase adulta, la especie emerge para depositar sus huevecillos en el follaje de los pinos, que en lugar de hojas tienen acículas, que son delgadas fibras verdes a través de las que el árbol respira.
Cuando los huevecillos eclosionan las larvas consumen el follaje del pino y pueden dejarlo sin una sola acícula (hoja de pino). A principios de otoño, las larvas se dejan caer al suelo y durante el invierno forman un capullo.
“Si este proceso, en el que las larvas consumen todas las acículas, se repite tres años consecutivos el árbol muere”, indica el investigador de la UNSIJ y jefe de la División de Estudios de Posgrado.
De acuerdo con la Agencia de Noticias de Conacyt, las investigaciones futuras incluyen una evaluación del área de las zonas afectadas mediante el uso de vehículos aéreos no tripulados y técnicas de teledetección con el apoyo de alumnos de licenciatura y maestría en ciencias ambientales.
El estudio también estimará el efecto que podría ejercer el cambio climático en la distribución geográfica de las especies arbóreas afectadas en tres escenarios de tiempo: pasado (hace 30 mil años), presente y futuro (2018-2100) en la Sierra Juárez.
En otras regiones del país donde se ha reportado la presencia de esta plaga —Sonora, por ejemplo—, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) utiliza para su control un producto biológico hecho a base de los hongos Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae, que trabajan por medio del contacto con las larvas de la mosca y una bacteria (Bacillus thuringiensis) que ingiere el insecto.
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