Escenario

Ecos de Disidente en el Indie Rocks: te escuche decirme Hasta Siempre

La banda tapatía se presentó una vez más en la Ciudad de México, demostrando porqué son uno de los proyectos más emblemáticos que tiene el país

Dos hombres tocando la guitarra en un concierto
Dos hombres tocando la guitarra en un concierto Dos hombres tocando la guitarra en un concierto (La Crónica de Hoy)

Disidente es una banda peculiar. La única en su generación. Mientras la mayoría de los proyectos de su generación estaban influenciados por el mal llamado “happy punk” y el punk rock californiano de finales de los noventa, la banda tapatía, se hallaba más cerca de Nirvana o de Black Sabbath, que de The Offspring, Greend Day o Blink-182.

Hoy, después de cuatro discos de estudio y un sonido e identidad propia, visitan la Ciudad de México una vez más, para confirmar que son una banda con un legado irreprochable.

El Foro Indie Rocks! es pequeño, apenas unos cuantos metros cuadrados albergan a decenas de fanáticos hambrientos de algo que ya es muy complicado ver en las bandas locales: rock en su más puro estado. La espera antes de la tormenta es amainada por el playlist que contiene canciones de Rage Against The Machine, Stone Temple Pilots, Queens of The Stone Age y Pearl Jam. Que nos recuerda años distintos, épocas más simples donde con una guitarra y voz potente eran suficientes para domar a las masas.

Y es que, Disidente, fue concebido a través de ello, de una inspiración procedente de: guitarras estruendosas, baterías potentes y una visión pesimista sobre el mundo. Es por ello que hoy no es de extrañar que la mayoría del público que se amotina frente al escenario se vea adulto, una audiencia que maduró con su banda y que hoy le sigue siendo fiel, a pesar de que los años de adolescencia hayan quedado atrás, ellos siguen aquí, aguardando de pie.

Toda una generación que vivió bajo la zozobra de un futuro incierto. Eso es lo que ha dibujado Disidente en su música a lo largo de los años, un grito agónico que sólo este rock (su rock) es capaz transmitir.

La cerveza fluye de a poco, el público desespera, 21:05, la luz se apaga y resuena en todo el auditorio un sintetizador inconfundible: Baba O’ Riley, de The Who es el preámbulo perfecto para lo que se viene. Alejandro Mendoza, voz y guitarra de la banda, luce conmovido, su puño señala su corazón, a modo de atesorar este momento, donde los cientos de fanáticos ensordecen el lugar sin cesar, antes de que siquiera hayan tocado una nota.

“Tú no eres hoy”, es la encargada de abrir la noche. Seguida de “Igual que tú”, un himno rebelde, donde la locura se desata, todos saltan, todos cantan, mientras que el escenario parece derrumbarse por momentos. En el momento más álgido de la canción se une un viejo conocido para cantar –gritar– el coro, Normand Olea, bajista de la extinta banda Hummersqueal, provoca una ovación difícil de describir. Nostalgia, el aire de esta noche se llena de nostalgia.

Los clásicos y canciones emblema de cada disco llegan de a poco. Es inevitable comparar sus primeras composiciones a las más recientes, existe una madurez innegable. “Montaña pt. I” y “Decidir”, suenan diametralmente distintas una de otra, demostrando que Disidente es un ente vivo que ha crecido y que hoy, se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera.

“Ayer” y “Antes de dormir”, son momentos personales, donde la unión con el público se hace emotiva, algunos rostros se descomponen de la emoción, en otros fluyen algunas lágrimas, en definitiva uno de los momentos más emblemáticos de la noche, una antesala del manicomio que se viene para el final.

22: 48, y suena “Bulldozer”, como si de un tambor de guerra se tratara, Disidente sabe bien lo que espera la multitud para el final. Los valientes que se encuentran al frente empiezan a hacer un círculo para el tradicional mosh pit, un baile que a ojos ajenos luce violento, pero que es una simple síntesis y catarsis de la emoción que dan noches como esta. “Escala de violencia”, sirve a modo de requiem, Alejandro se inmola al público que no podría haber pedido un cierre más inolvidable.

Disidente hace un rock que está en peligro de extinción. Estamos en una realidad donde es común seguir las tendencias para poder subsistir, los tapatíos se mantienen fieles a lo que suenan y a lo que hacen. Y se agradece, tener bandas cómo estás le hace bien a la música.

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