Escenario

Fervor y sabor en el primer Flow Fest

Ozuna cantando en concierto
Ozuna cantando en concierto Ozuna cantando en concierto (La Crónica de Hoy)

Llegó el primer festival de reggaetón a la Ciudad de México, con el Coca Cola Flow Fest que inundó los rincones del Foro Sol, con la música de Daddy Yankee, Nicky Jam, Wisin, Plan B y Sebastián Yatra, entre otros exponentes del género urbano.

Desde las seis de la mañana varias jovencitas se encontraban a las puertas del Foro Sol coreando las canciones de sus ídolos. “Criminal, tu estilo, tu flow, baby muy criminal”, repetían una y otra vez “No importa el frío, amo a Ozuna”, decía María y Alejandra, que viajaron desde Chihuahua a la CDMX para asistir al festival. 

Pasado el mediodía finalmente las puertas de acceso se abrieron para las miles de personas que disfrutan del perreo. Niños, veinteañeros y treintañeros fue el público asistente que mostraba su cara de emoción al ver la rueda de la fortuna que les permitía tener una vista panorámica del festival, y la “carta del perro” donde se enseñaban los pasos más atrevidos, movimientos de cadera y como “darle hasta abajo”. 

Algunos otros calentaban motores alimentándose en las camionetas de comida, muy al estilo gringo, que satisfacían a los paladares más exigentes con hot dog gourmet.  

Mientras los más abusados decidieron correr al escenario principal, para ocupar las primeras filas, y ver lo más cerca posible a los exponentes del reggaetón. Las bocinas que comenzaron a retumbar en el pecho del público indicaba el inicio del show.

El dúo encargado de abrir el escenario principal fue Adexe y Nau, que animó a los más pequeños que llegaron al evento en compañía de sus padres, que no paraban de bailar con ellos: “Jefa no se perrea así”, le decía un niño a su mamá.

Al caer la noche, los millennials bailaban con más fervor, no les importaba los 5 grados centígrados que marcó el termómetro, algunos incluso se paseaban por el festival sin ninguna prenda extra que los cubriera del frío.

El festival encontró su clímax con la llegada de Daddy Yankee, al prender los ánimos de todos con el clásico de clásicos llamado “Gasolina”, que desató el mayor coro de la noche y con “Despacito”, el festival se convirtió en una gozadera de baile, donde inclusive extranjeros intentaban mover la cadera, “trato de bailar como latina”, dice Jonhy un inglés que está de vacaciones en la Ciudad. 

Un evento que duró más de 10 horas, sin duda cumplió lo prometido, el perreo más intenso y diversión sin ningún contratiempo, dejando a los miles de asistentes en la espera del próximo año, para volverse a reunir y bailar hasta el amanecer.

lrc

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