
Los objetos de la vida cotidiana son elevados a arte, pues reflejan y dan forma a los deseos e identidad humana, es lo que muestra la exposición Apariencia desnuda: El deseo y el objeto en la obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons, que reúne la obra de estos dos artistas en el Museo Jumex.
En conferencia de prensa, el curador de la exposición, Massimiliano Gioni, señaló que la exhibición se conforma por 80 piezas entre las que destaca la serie completa de los legendarios ready-mades de Duchamp, de su edición de 1964, así como las obras de Koons: Rabbit, Ballon Dog, Moon, Play-Dob y obras seleccionadas de sus series The New. La exposición permanecerá abierta del 19 de mayo al 29 de septiembre de 2019.
A pesar de que la obra de ambos artistas se desarrolla en diferentes épocas, ambos encuentran en un mundo dominado por la producción industrial, la posibilidad de aproximarse al arte a través de lo que nos rodea para plantear nuevos discursos sobre el deseo, el objeto y el yo, definidos a partir de lo que consumimos.
Massimiliano Gioni señaló que estos artistas poseen puntos en común, como las referencias a la infancia, la interpretación del deseo, los alter ego, la identidad, lo lúdico, así como la participación del espectador en la obra.
El estadunidense y actual artista vivo más caro, Jeff Koons, resaltó que la vida es la interacción de un individuo con el mundo exterior y cómo se afectan; asimismo mencionó que el trabajo de Duchamp le comunicaba generosidad, lo que le permitió darse cuenta de que la jerarquía se desmantela en el arte; de que todo lo que ya está hecho, comunica; y de que lo único que debe hacerse es abrirse al mundo que te rodea; complementó este reconocimiento al trabajo de Marcel Duchamp con la idea de que todo es un juego y puede ser abordado “al entender que un urinal puede ser una obra de arte, el mundo entero se abre a una infinidad de posibilidades y nuestra vida diaria se transforma en una aventura.”
Al hablar sobre el urinal de cerámica blanca vidreada que posa al revés con la firma de Marcel Duchamp en óleo negro, La fuente, Koons señaló que el contacto con ésta y todas las piezas incorpora un diálogo que revela sensaciones ocultas “cuando veo el trabajo de Duchamp nos abre a que todo ahora es una posibilidad. Es una sensación sensual y estimulación sexual simplemente darse cuenta que todo es una oportunidad”. También agregó la importancia de que genera un diálogo en torno a la aceptación “Si te aceptas a ti mismo, puedes aceptar a los demás. Para mí ése es el mensaje del arte”.
Explicó cómo los objetos que rodean a una persona la definen, y mencionó que éstos y el uso que les damos son el espejo de nuestra identidad: “Revelan algo de nosotros mismos, quiénes somos y para quiénes somos”.
La aceptación mencionada por Koons refiere a la que cada persona debe tener consigo mismo al momento de acercarse al arte, sin sentir culpa o pena sobre quiénes son, de su historia o pasado. Habla de un arte con significado propio que provoque emociones e involucre al espectador, evadiendo lo que él considera “intimidante” y en lo que engloba conocimientos específicos que requieren de una formación, tales como las corrientes artísticas, los periodos históricos, las técnicas o estructuras de las piezas que normalmente encontramos en los museos. Así, el autor hace una invitación encaminada a que el espectador disfrute de las obras según su contexto y desdibuje los límites del arte. “Quería que la gente se aceptara y, por supuesto, estaba tratando de aceptarme a mí mismo para sentir la fuerza y la alegría, y aceptar que el cenicero que tenían mis abuelos podría traerme la misma emoción que un Michelangelo.”
Los cuestionamientos a los que conduce esta exposición muestran los objetos exteriores como una metáfora para la gente; para quienes aportan y construyen el arte “creo que el arte es la esencia del potencial del espectador”, señaló el artista explicando que la habilidad de entender e interpretar las obras es lo que verdaderamente las construye en sí mismas, las cuales, a su vez, deben despertar emociones en quien las contempla “lo que es precioso es que se puede excitar al espectador y estimularlo, y ese estímulo es donde el espectador puede encontrar el arte.”
Esta experiencia comienza en la plaza del museo, ya que posada en un banco de cojín rosado, la escultura creada por Koons en inspiración de una figura de porcelana y recreada en 14 metros de nailon inflable, La bailarina sentada, recibe a los visitantes del Museo Jumex para que se encuentren con la exposición que reúne piezas de más de 30 colecciones de Europa y América Latina.
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