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Las cactáceas pasaron del rechazo a ser extraídas para su venta ilegal: Joel Flores

Nuestros científicos. Hay una colecta desmedida con fines comerciales que está provocando destrucción de su hábitat; la familia Cactaceae es uno de los grupos de plantas más amenazado del país, por lo cual es muy importante tomar las medidas necesarias para la conservación de esta familia, principalmente, dice el investigador del IPICYT

El cactus barril
El cactus barril El cactus barril (La Crónica de Hoy)

El Desierto es un ecosistema que hace unos años se consideraba un espacio carente de vida y de interés, pero su riqueza biológica se ha ido conociendo detalladamente en las últimas décadas y ahora se experimenta un nuevo problema: la extracción y tráfico ilegal de cactáceas. Así lo explica el doctor Joel Flores Rivas, líder del Consorcio de Investigación, Innovación y Desarrollo de las zonas Áridas (CIIDZA) el investigador del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), fundado en San Luis Potosí, quien dijo que hasta ahora se han identificado 141 especies diferentes de cactus en el territorio de San Luis Potosí. 

Ingeniero Forestal egresado de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Flores Rivas ha mantenido el interés en los ecosistemas áridos de América del Norte desde hace más de dos décadas. En 1993 realizó una estancia de investigación en la Universidad de Nuevo México, en Albuquerque, y al regresar ingresó a trabajar como Asistente de Investigación en el Laboratorio 

de Ecología de la Facultad de Ciencias Forestales, UANL. 

En julio de 2001 obtuvo el grado de doctor en Ciencias, con especialidad en Ecología y Manejo de Recursos Naturales, por el Instituto de Ecología, que al igual que el IPICYT es uno de los Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El desierto, presente en la demarcación política del estado de San Luis Potosí, es en realidad  una porción de un ecosistema mucho más grande, que es el Desierto Chihuahuense, territorio de 507 mil kilómetros cuadrados, compartido entre México y Estados Unidos. De esta totalidad, la región de mayor riqueza de cactáceas es San Luis Potosí, con las 141 especies ya señaladas.

La rica biodiversidad del desierto chihuahuense contradice la idea de que los desiertos son tierras estériles y desprovistas de manifestaciones de vida. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF por sus siglas en inglés), en el Desierto Chihuahuense viven 350 de las mil 500 especies de cactáceas conocidas en el mundo. La rica diversidad nativa de esta región incluye 333 especies de aves, 23 especies de peces y 76 especies de reptiles y anfibios. 

“Este desierto debe conservarse por los innumerables recursos naturales que posee; además, manejarse de manera sustentable, minimizar en lo posible los impactos negativos sobre el ecosistema, ya que existe una gran riqueza de valores biológicos, culturales, estéticos y espirituales, razón suficiente para respetarlo y conservarlo”, reflexiona en voz alta Joel Flores Rivas, quien es investigador Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), de Conacyt.

Adicionalmente a su trabajo como investigador del IPICYT-Conacyt, el doctor Flores Rivas es editor asociado de la revista Botanical Sciences. Como resultado de sus estudios ha publicado 80 artículos en ciencias relacionadas con los ambientes áridos, historia natural, estudio científico de las semillas, conservación de especies, bosques, maderas, cambio global y estudios científicos interdisciplinarios.

Sus  artículos han sido citados más de 800 veces y han sido publicados en revistas científicas especializadas como Journal for Nature Conservation, PLoS One y Scientific World Journal.

Una de sus preocupaciones sobre el sutil equilibrio que se mantiene en los ecosistemas áridos es la ola de extracciones ilegales y colectas excesivas de algunas plantas del desierto, principalmente de cactáceas que se venden como objetos ornamentales, sin reflexionar sobre el impacto que generan en todo el entorno con el que éstas conviven.  

“Hay una colecta desmedida con fines comerciales que está provocando destrucción de su hábitat, la familia Cactaceae es uno de los grupos de plantas más amenazado del país, por lo cual es muy importante tomar las medidas necesarias para la conservación de esta familia, principalmente”, agrega.

El Coordinador del CIIDZA pone en contexto que el Desierto Chihuahuense está entre las 37 regiones del mundo que cuentan aún con algunas extensiones considerables de áreas silvestres poco perturbadas.  Subraya que ese desierto posee un tamaño similar al de España, por poner una referencia.

“Además de ser el desierto más extenso de Norteamérica, es del que menos sabemos sobre su biodiversidad y relaciones ecológicas. Las fronteras de esta gran región ecológica varían según los criterios con que se delimite. Suele considerarse que se extiende desde el suroeste de los Estados Unidos de América, en Arizona, Nuevo México y Texas hasta los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí, en México, aunque algunos investigadores incluyen también a los estados de Querétaro, Guanajuato e Hidalgo”, indica el Investigador del IPICYT.

El Desierto Chihuahuense, por su rica biodiversidad y alto número de especies vegetales y animales endémicas, es considerado una de las tres ecorregiones desérticas más importantes del mundo, sólo comparable con el desierto de Namibia, en África, y el del centro de Australia.

Como consecuencia de la heterogeneidad de ambientes en este desierto, su flora abarca 3 mil 500 especies aproximadamente. Entre las familias de plantas más sobresalientes por su diversidad se encuentran Asteraceae (familia a la que pertenecen los girasoles), Poaceae (familia a la que pertenecen los pastos), Fabaceae (familia a la que pertenecen los mezquites y demás leguminosas) y Cactaceae (familia a la que pertenecen los cactos).

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