
Hernán Cortés no quemó las naves que usó para llegar a tierras veracruzanas en 1519, el conquistador español las hundió y es poco probable que sus tropas hayan reutilizado parte de esos barcos para construir los navíos con los que entró a México-Tenochtitlan en 1521 y derrotó a los mexicas.
¿Qué se conoce de los barcos en los que Cortés arribó al país y qué se sabe de aquellas naves que construyó entre febrero y marzo de hace 500 años para sitiar la hoy Ciudad de México? El historiador e integrante del proyecto de arqueología subacuática que busca los barcos de Cortés, Eduardo Cruz Soto, despeja algunas dudas.
“Según las fuentes históricas habían 2 o 3 tipos de barcos: las naos, las carabelas y los bergantines; todos de una forma no tan grande, según algunas investigaciones actuales. No tenemos realmente el tamaño de los barcos, pensaríamos que estarían entre 20 y 40 metros como máximo y que cada uno podría cargar como máximo a 100 personas contando a los marineros”, detalla el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Cruz Soto indica que los barcos de Cortés eran unas “cáscaras de nuez” no tan grandes como los barcos que aparecen en las películas porque ésos corresponden al siglo XVIII.
–¿En cuántos barcos llegó Cortés?
–Alrededor de 12 según los documentos de Bernal Díaz del Castillo y López de Gómara quienes incluso nos dicen los nombres de los diferentes capitanes. Se tratan de 11 a 12 barcos, no tenemos bien a bien la información, tampoco podemos saber cuántos hombres traían, en algunas fuentes se mencionan 500, 450 y en otras hasta 700.
Después de la derrota de las tropas españolas en la llamada Noche Triste (1520), Cortés se refugió en Tlaxcala donde planeó la construcción de bergantines que navegaron por Texcoco para entrar a la Ciudad de México en 1521.
–¿Eran iguales los barcos construidos y los barcos en que llegó Cortés?
–Habría solamente adaptaciones al tamaño porque los españoles estuvieron navegando y pudieron revisar cómo eran los diferentes lagos por los que tendrían que pasar. Recordar también que Cortés traía a sus propios carpinteros, ellos buscarían la madera más útil en todos los montes, principalmente en Veracruz, territorio que ya habían cruzado, y en Tlaxcala.
“Esos barcos serían más navegables y fueron pensados en que tal vez se utilizaría más el remo y algunas velas; no podríamos pensar en un barco de 40 metros, podríamos pensar de 20 metros máximo, justamente porque los canales en que se transportaban los mexicas eran canales donde pasaban canoas”.
A la pregunta de si los españoles reutilizaron partes de las naves que hundió Cortés en 1519, el historiador expresa que no.
“Hay una gran discusión histórica sobre ese tema. Tomemos en cuenta que la parte de la clavazón (la herrería) pudo reutilizarse, sin embargo, pienso que no fue el caso de la madera porque transportarla desde Veracruz implicaría bastante tiempo y esfuerzo, sería más fácil ir cortando árboles y rehacer algunas partes. No podríamos pensar que todo lo que sacó Cortés de los barcos lo reutilizó”.
–¿Los indígenas aprendieron a construir barcos?
–Como tal no se tiene esa información, lo que sí puedo decir es que había un carpintero: Martín López, quien llevaría esta fase de construcción, pensando que la construcción se llevaría completamente por lo españoles porque tenían clara la tecnología, ellos la traían, aunque hubieran tenido trabajadores indígenas no nos apuntan las fuentes históricas que ellos también hubieran aprendido a construir barcos.
Los únicos vestigios, hasta el momento, hallados de la época de la Conquista son cuatro anclas y restos de madera barrenadas en aguas de la costa veracruzana. "No hay como tal más vestigios de México acerca de estos barcos españoles del siglo XVI", expresa Cruz Soto.
Los barcos del siglo XVI se hacían con maderas de roble, encino y pino. En México, los españoles buscaron esas maderas, en especial, encino y pino en las costas de Veracruz.
El Dr. Chris Horrell tomando medidas del ancla para hacer un plano y establecer su tipología (Jonathan Kingston-Nat Geo)
Los españoles tardaron entre medio año y un año para construir los barcos con los que entrarían a la ciudad de Tenochtitlan hace 500 años, periodo breve ya que eran navíos pequeños y sin la tecnología para cruzar el Atlántico.
Después de la caída de Tenochtitlan y Tlatelolco, los barcos ya no fueron usados en la Ciudad de México porque inició la desecación del lago. “Cortés buscó hacer barcos en Oaxaca, en un puerto seguro del cual salir”, expresa el historiador.
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