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El callejón Santa Escuela, que está cerca del mercado La Merced, se convirtió en una terminal de autobuses “pirata” que brinda viajes al sureste de la República.
Las líneas que ofrecen sus servicios son Turipaquetes, Viajes Exprés, Viajes Leo, Viajes Chiapas, Viajes Aury, Viajes Romo, Viajes Primi, TLA, Camiones Estrella del Sureste, Viajes y Turismo, Aje Tours y Cristóbal Colón.
En el lugar, al menos una decena de hombres de origen chiapaneco venden boletos a bajo costo y aseguran que cuentan con seguro de viajero, aunque esto sólo es de dicho, ya que en los tickets no hay ninguna leyenda en la que se especifiqué los beneficios de viajar con ellos.
Incluso, para ganar clientes, los sujetos informan de las desventajas de viajar con las demás líneas que se encuentran en el lugar, esto debido a que algunos de los camiones han sido interceptados en la carretera por delincuentes que despojan de sus bienes a los pasajeros.
Hace tres meses, contó Filomeno, un autobús de Viajes Romo fue baleado en Cumbres de Maltrata. El vendedor aseguró que hubo más de 10 muertos tras el incidente; no obstante, los operadores de dicha línea negaron el deceso de pasajeros y dijeron “los asaltos en la carretera son muy comunes”.
Pero ésta no es la única central de autobuses clandestina que hay en la zona. Más adelante, sobre la calle de Emiliano Zapata, a escasas dos calles de la primera, hay un predio en el que se ofrece servicio de estacionamiento público pero también funge como paradero de camiones.
Para ir a Chiapas, el costo del viaje redondo es de 600 pesos, llegando a la capital Tuxtla Gutiérrez.
Por lo que, si se quiere llegar a Escuintla, Comitán, San Cristóbal de las Casas y Villa Flores los precios pueden variar.
Sin embargo, si se quiere cruzar la frontera de Guatemala y Belice, el precio es de 800 pesos ida y vuelta. El costo del pasaje también depende del servicio del autobús, ya que hay algunas líneas que ofrecen servicio de lujo para mayor comodidad del pasajero.
En ambos sitios es común ver a indocumentados que llegan a la Ciudad de México de El Salvador, Nicaragua, Perú, Honduras, Costa Rica, Panamá y los países fronterizos para hacer escala y después partir al norte y así poder cruzar “hacia el otro lado”.
Incluso en el parque de La Soledad, que se encuentra a un costado del callejón Santa Escuela, hay campamentos improvisados para quienes, después de un largo viaje, quieren llegar a descansar.
Casas de campaña hechas con cajas de cartón, lonas de plástico, cuerdas y alguna que otra cobija dan asilo a los indocumentados.
El peligro para los pasajeros comienza una vez que salen de la terminal, ya que el sitio está resguardado por al menos 10 policías de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina que a diario pasan a cobrar “la cuota de vigilancia”.
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