
Pedro Valtierra (Fresnillo, 1955) pertenece a la generación de fotógrafos que durante guerrillas, partidos de futbol o manifestaciones cargaban no sólo con su cámara, llevaban un laboratorio de revelado e impresión. Así lo narra el autor de la famosa fotografía donde mujeres chiapanecas empujan a los militares durante el movimiento zapatista de 1994, la cual es una de las 35 imágenes que se reúnen en el libro Pedro Valtierra, de la colección Círculo de Arte de la Secretaría de Cultura.
“Yo vengo de medios en los que no había muchos recursos. En unomásuno, que nació en 14 de noviembre de 1977, compraban una lata y hacíamos las cargas de rollo, entonces, te daban poca película; no podías hacer muchas fotos, te decían: no tomes tantas imágenes, cuida el material, y tú mismo no podías tomar rollos y rollos porque no había tiempo de revelar tanto”, recuerda.
Valtierra narra que efectivamente tomaba pocas fotos, las revelaba él mismo en algún cuarto oscuro improvisado y el resultado son algunas imágenes hoy icónicas del movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994 en Chiapas y del fin de la Revolución Sandinista en 1990 en Nicaragua.
“Cuando fui a Nicaragua, o incluso en un partido de futbol, tenías que llevar tu laboratorio, entonces improvisabas en el baño un cuarto oscuro, llevabas la ampliadora, la charola, tanque para revelar, ahí imprimías y llevabas un transmisor y los viejos faxes de los años 70 para mandar al periódico las fotos”, comenta.
El fotógrafo mexicano indica que viene de la cultura en donde se cuida mucho la toma que enfocas desde tu cámara, “y eso es importante para la formación, te enseña a cuidar el material y a seleccionar bien lo que vas a hacer”.
Sobre las fotos del libro, añade, fueron tomadas todas con rollo y los negativos originales los resguarda. “Corresponden a mi trabajo en Nicaragua, en abril y julio de 1979 como corresponsal, ahí cubrí el final de la guerra”.
De ese momento histórico Valtierra capturó una Plaza Revolución atestada de gente, el escritorio de Somoza, la reunión entre Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez, Tomás Borge y Daniel Ortega. “Justo de esa foto, Ramírez, que hoy es un gran y destacado escritor, hizo apenas un ensayo”, comenta.
En el apartado de imágenes dedicadas al movimiento zapatista de 1994, Pedro Valtierra se sorprende de la constante aparición de mujeres en las tomas.
“Me he dado cuenta hasta ahora, me ha tocado estar en lugares donde la mujer tiene una participación muy importante, en Nicaragua, en África y en el caso de Chiapas, la presencia de la mujer es muy fuerte, creo que la mujer es tan capaz como los hombres”.
Hay una fotografía de Valtierra —e incluida en el libro— en donde mujeres zapatistas sostienen un palo en señal de defensa de su territorio; están formadas de una manera que indica espera de alguna amenaza.
“Esa fotografía es en Altamirano, Chiapas. Se dijo que iba a ir el ejército a la comunidad, nosotros como reporteros, fuimos en el jeep del periódico a buscar temas porque nos habían dicho que en Altamirano habían descubierto un armamento y una casa de seguridad de los zapatistas. En el camino nos encontramos a estas mujeres caminando, que iban para allá porque ya habían detectado que el Ejército entraría ahí. Ellas cerraron el camino de terracería y se pararon ahí para evitar la entrada de los militares a la comunidad”, recuerda.
VIDA COTIDIANA. La invitación a Pedro Valtierra para realizar este libro editado por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura fue a través del también fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio, editor de la colección Círculo de Arte.
“Me invitó para estar dentro de la colección. Él tenía la idea, platicamos, hablamos de las posibilidades que teníamos de publicar fotos. Le di muchas fotos y salió este libro. De él fue la idea de que las imágenes estuvieran en blanco y negro para darle más fuerza a mi trabajo, para lograr una mejor propuesta estéticamente hablando”, destaca.
En las imágenes de esta publicación, aunque muestran la violencia de los conflictos armados, también se evidencia la vida cotidiana de los pobladores.
“Como fotógrafo y periodista no siempre mi trabajo está vinculado a la nota, a lo noticioso, también es hacer un poco de contexto de la gente. En el caso de Chiapas no había mucho que retratar más que las incoherencias de Samuel, del gobernador y los comisionados. Tú salías a la calle a retratar la vida cotidiana, la presencia del ejército que modificaba la conducta de la gente en su día a día”, indica.
Valtierra enfatiza que la idea no es sacar de contexto a los lectores, sino darles el contexto de la noticia. “Lo que hacemos mucho en periodismo es que nos vamos con la foto de la nota pero hay que dar contexto”.
Por último, añade que el trabajo del periodista y fotógrafo es contar lo que sucede.
“No estoy de acuerdo con la idea de que la foto genera violencia. La pobreza genera violencia y nosotros nada más estamos contando lo que pasa. Me acuerdo que nos decía el expresidente Vicente Fox: hay que contar buenas noticias. A la prensa nos echan la culpa de todo, yo soy un fotógrafo que hace periodismo y la foto ni el periodismo se hicieron para contar cosas bonitas, es el espejo de nuestra realidad”, indica.
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