Opinión

Cruzar (muchas veces) el rubicón

Ya son más de cuarenta meses. Lo escucho con frecuencia en voz de amigos, lo leo en los escritos periodísticos y lo presencio en los debates públicos. Son ecos de frases como esta: “Si cruza esa línea, ya entramos en otra cosa”; “si se atreven a aprobar esta o aquella reforma, nos colocaría en un escenario muy diferente”; “si López Obrador es capaz de tal cosa, habremos traspasado una frontera”. Usted lectora, lector ¿cuántas veces ha escuchado enunciados como ese? “Aquellos hechos marcan un punto de inflexión en la circunstancia mexicana, hay un antes y un después”.

CUARTOSCURO

CUARTOSCURO

Daniel Augusto

Y en las últimas 72 horas este fraseo tópico se ha multiplicado a la “n” como producto de la nueva andanada presidencial contra el periodista Carlos Loret. Otra vez resuena la frase: “El presidente ha cruzado una raya, inconcebible e inaceptable”.

Se trata de “Cruzar el Rubicón”, ese tipo de fronteras más o menos definitorias y más o menos imaginarias, el fatídico salto a ese río italiano que, desde las Galias, Julio César atravesó cometiendo una ilegalidad flagrante para desatar una guerra cruenta y sin remedio, contra la república, en Roma.

Y si: el presidente de nuestra república y su coalición han tomado decenas de acciones y decisiones que de muchas maneras alteran la ley, lesionan al orden democrático y desatan de modo irrevocable conflictos en muchas áreas relevantes. Si esto es así, entonces ¿cuándo cruzaron el Rubicón?

México se quedó huérfano de la Comisión que debe velar por los derechos humanos por una acción tres veces ilegal perpetrada por la mayoría en el Senado. La principal obra de infraestructura del país en varias décadas, fue cancelada sin fundamento, arguyendo una consulta popular que no fue organizada por autoridad alguna, sin padrón, sin contraste de argumentos y sin vigilancia alguna, fuera del propio aparato gubernamental. Y allí están las permanentes decisiones que militarizan decenas de áreas propias del gobierno civil. Por voluntad del presidente, ahora es el ejército el encargado directo de la seguridad pública en todos los niveles de gobierno (nacional, estatal y municipal) y de un modo inconstitucional, se ha convertido en el mando de la guardia nacional, de la administración de puertos, aeropuertos y otros sistemas vitales del país, incluyendo la ejecución de las obras de infraestructura más grandes que están en marcha además de la construcción de sucursales para la distribución de programas sociales. ¿Cuándo fue, insisto, que México cruzó su Rubicón?

Respuesta: hace mucho y eso explica que indicadores tan consistentes como el de The Economist, hayan descatalogado a nuestro país dentro de las democracias (así sea imperfectas) y que el mundo nos vea deslizándonos, directo, hacia un tipo autoritarismo bananero.

En una discusión a finales de 2021 (https://tinyurl.com/bdftmmde) el IETD documentó cuando menos 30 “cruces” autoritarios que ya incorporaban, por ejemplo, el decreto presidencial del 22 de noviembre de ese año, que metió al país en un estado de excepción administrativa y que relevaba al gobierno de sus obligaciones para presentar trámites, licencias, estudios, requisitos sanitarios, ambientales y de transparencia en las obras más grandes de infraestructura que son la prioridad del Presidente.

El viernes pasado, López Obrador volvió a cruzar otra línea roja, rayando en la comisión de un delito y en contra de Loret de Mola. En su conjunto, decenas de eventos y episodios, el gobierno federal protagoniza la regresión política más seria en casi cuarenta años, cruzando decenas de veces nuestro propio Rubicón.