Opinión

El falso vuelo de las Águilas y un regalo para los Jefes

Desde la mañana del lunes los encabezados no hablan de otra cosa que del Super Bowl inédito entre Filadelfia y Kansas City, y como suele suceder los protagonistas que llegan al gran juego son vistos como máquinas arrolladoras e indestructibles que prometen una batalla épica.

En una parte tienen razón, pues lograron sortear todos los obstáculos hasta el Juego por el Vince Lombardi, sin embargo, cuánto de verdad tienen sus argumentos.

Comencemos por las Águilas y su gran campaña del 2022 que les permitió ser el equipo mejor sembrado de la NFC. Hasta ahí todo de acuerdo, pero de verdad las Águilas son tan sólidas como lo marcan sus estadísticas de la temporada. Sin pretender ser un aguafiestas, digamos que en la parte final de la campaña las cosas no fueron tan claras como lo han hecho creer.

Fletcher Cox de las Águilas de Filadelfia

Fletcher Cox de las Águilas de Filadelfia

Especial

Ciertas dudas

En sus tres últimos juegos del calendario, la apabullante defensiva de Filadelfia realmente no lució como tal, al grado de que el ataque de los Vaqueros (en una de sus mejores demostraciones) les anotó 40 puntos en la semana 16 y Nueva Orleans, que está en plena reestructuración y sin un quarterback establecido, les ganó en la semana 17. Sólo hasta la semana 18 y ya con Jalen Hurts en los controles cerraron ganando a un equipo bueno, a secas, como los Gigantes.

Ya en la postemporada, las Águilas, hay que decirlo, tuvieron la suerte de enfrentar a esos mismos Gigantes de Nueva York, que ciertamente no contaban con un ataque de miedo, en la etapa divisional.

Una semana después, y aunque habrá más de uno que se molestará, las Águilas de Nick Siriani, se enfrentaron a unos 49ers sin quarterback, es decir, a un equipo que por más brillante plan de ataque que tuviera, no iba a ejecutarlo como tal sin su pasador titular.

Simplemente no hay que engañarnos, cuando San Francisco perdió a Brock Purdy apenas en la segunda jugada del encuentro todo sabían que el juego estaba más que puesto para Filadelfia; sólo era cuestión de tiempo para que la defensiva de los 49ers se doblara al tener que estar más tiempo del debido en campo, además de la desconcentración de todo el equipo al ver que su hombre más importante estaba fuera del juego.

A veces los comentaristas o medios exageran y no han faltado encabezados que de manera rimbombante dicen: “Filadelfia aplastó a San Francisco”, “Las Águilas acabaron con la magia de Purdy”. Por favor, por favor, obvio, si el rival no tiene ofensiva, si no cuenta con su hombre más importante (en el futbol americano el QB es la pieza clave) está perdido.

Nadie acabó con ninguna magia, sencillamente Purdy ni siquiera jugó. Nadie puede decir que participó en dicho partido cuando apenas y estuvo en dos jugadas. Eso es ridículo.

La entrada de Josh Johnson, el cuarto quarterback y quien se la ha pasado en equipos de práctica, no era ni siquiera una opción. No nos hagamos, la defensiva de las Águilas detuvo a un ataque mermado, sin su líder, a una ofensiva incapaz de ejecutar el plan de juego de Kyle Shanahan porque sencillamente no había quien lo hiciera. En pocas palabras, un ataque manco, como un boxeador con una mano fracturada sobre el ring o un caballo con la pierna lastimada en una carrera. Así que entonces en dónde esta la poderosa defensa de la Águilas, que de cierta manera ha tenido un camino a modo hasta el Super Bowl.

Sin duda, enfrentar a una ofensiva completa como la Kansas City hará que las cosas sean muy diferentes a lo que vimos de éstas Águilas en la postemporada.

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Sin QB, poco se puede hacer

Y a la mente me vienen algunas situaciones que bien pueden demostrar lo anterior. En los playoffs de 2005, los Bengalíes contaban con una gran ofensiva con Carson Palmer como su quarterback, eran los favoritos para llegar lejos en la postemporada.

No obstante, en la ronda de Comodines de playoffs contra los Acereros, apenas en la segunda ofensiva de Cincinnati, Palmer fue seriamente lesionado de la rodilla por el liniero defensivo de Pittsburgh Kimo Von Oelhoffen. Palmer salió del juego y los Acereros ganaron de manera fácil. Sin quarterback, difícilmente se logrará algo.

En la temporada de la pandemia de Covid en 2020, en el juego entre Nueva Orleans y Denver, los Broncos tenían a sus tres quarterbacks infectados por el virus y la NFL decidió que el juego no podía posponerse, así que la Liga obligó a los Broncos a jugar sin un mariscal de campo en forma, Aquella tarde, Denver alineó a Kendall Hinton, un receptor de la escuadra de prácticas, como su pasador. El resultado era de esperarse, una paliza a favor de los Santos.

Conclusión: Sin un mariscal de campo titular, y más aún si se ausenta por lesión ya en el juego, será muy complicado para su equipo lograr algo en el encuentro.

Así que, a pesar de que Filadelfia es un buen equipo, su verdadera prueba de postemporada será la ofensiva de Kansas City en el Super Bowl.

Sin excusa

En lo que se refiere a la manera en que se definió el resultado entre Kansas City y Cincinnati, no hay duda de que se habría decidido en tiempo extra de no ser por el error mental del ala defensivo Joseph Ossai al aventar a Pat Mahomes ya fuera de la línea lateral. No hay excusa, la tontería de Ossai puso en bandeja de plata el intento de gol de campo para los Jefes.

La realidad es que de haber llegado al tiempo extra, cualquiera podría haber ganado; tanto Bengalíes como Jefes tenían argumentos para triunfar, pero fue una lástima que se definiera por el error de un jugador, se diga lo que se diga.

Ahora, ya con los rivales definidos del Super Bowl 57 en Arizona, las apuestas podrían inclinarse hacia las Águilas dado su “arrollador paso en playoffs”, sin embargo, me atrevo a decir que la ofensiva comandada por un Mahomes ya completamente repuesto de su lesión en el tobillo, no será pieza fácil para la defensa de las Águilas.