Opinión

Medio mundo a las urnas (2)

En una contienda electoral en democracia y máxime en una competida, lo deseable sería que los electores tuvieran frente a sí ideas y propuestas sobre proyectos y objetivos de las partes contendiendo a efecto de mejor conducir a un país.

El voto además de informado sería razonado en ese escenario ideal. Desafortunadamente, muy a menudo por no decir siempre, lo que los ciudadanos están teniendo frente a sí se asemeja más a campañas publicitarias del tipo publicidad comercial en la que se aspira prácticamente a la felicidad a cambio de optar por tal o cual producto.

Y eso no es lo peor, si no la plena disposición de los actores políticos a vender falacias e incluso a hacer pasar mentiras o distorsiones por verdades o hechos reales, a fin de persuadir a los ciudadanos a votar, apelando no a la razón, sino a las emociones, incluyendo el miedo, el agrado o la repulsión, como lamentable parece estar ocurriendo con los partidos de oposición en México que ante su incapacidad para ganar en las preferencias de los ciudadanos de cara a los comicios del próximo 2 de junio frente a sus rivales en el gobierno, estarían más interesados en manchar el proceso electoral, intentando sembrar dudas sobre la legitimidad y desacreditar a quienes encabezan dichas preferencias. Una especie de juego aventurado que no conviene sino a intereses particulares.

En la colaboración anterior, nos referimos a la importancia del año en curso en virtud de que casi la mitad de la población mundial estará votando en comicios en sus respectivos países para elegir primeros mandatarios, miembros del congreso, autoridades provinciales y locales, entre otras, en las que depositará su confianza, esperando que sus dirigentes electos ayuden a sus sociedades no sólo a sortear los vendavales de las crisis recurrentes que viene experimentando el sistema internacional en su conjunto, y de regiones y países en lo particular, sino a aspirar a mejores condiciones de vida. En varias de estas disputas se estarán dirimiendo proyectos distintos de nación, como ocurrirá en varios países, incluyendo México; en otros se tratará de refrendar o no liderazgos añejos como en el caso estadounidense o ruso para mantener o alterar el curso de la nave en las turbulentas aguas internacionales.

A pocas semanas de iniciado el 2024, algunos procesos electorales ya han tenido lugar o están en curso en regiones remotas como el centro y sur de Asia. En algunos países es posible observar la rebeldía de los ciudadanos frente al poder tradicional que ejercen los militares para favorecer o perjudicar candidatos dependiendo de sus inclinaciones. En uno de ellos, el candidato principal de la ahora oposición, se encuentra en prisión cumpliendo una sentencia, acusado de delitos en el ejercicio del cargo de primer ministro apenas en 2022, sin que ello haya afectado la posición de partido, el cual lidera las encuestas de salida en las elecciones recientemente celebradas, sin que hasta el momento quede claro cuándo se anunciará el triunfo electoral de su formación política.

Entre abril y mayo, India se abocará a elecciones generales que será interesante observar dada la magnitud del despliegue electoral de la democracia más grande del mundo, y en las que el partido en el gobierno, el BJP (Bharatiya Janata Party), se perfila para continuar en el poder, de la mano de la enorme popularidad de la que goza su primer mandatario, Narendra Modi, quien como se sabe de acuerdo a ejercicios demoscópicos cotidianos, es el dirigente mundial más popular, por encima del presidente López Obrador. Modi con un índice neto de +60 frente a +30 de AMLO (Global Leader Approval Rating Tracker, Morning Consult, pro.morningconsult.com).

Sin duda una de las elecciones que genera las más grandes incógnitas, es la presidencial estadounidense, la cual tendrá lugar hacia el mes de noviembre, no sólo por tratarse de un país de esa magnitud e importancia, sino porque constituye una especie de revancha de los comicios presidenciales de 2020 que en el marco de complejidades mayúsculas dentro y fuera de Estados Unidos dieron como vencedor al actual presidente norteamericano frente a su rival sentado en ese entonces en la silla presidencial de la Casa Blanca. Este año los papeles parece que se repetirán si bien a la inversa. Ese país se encuentra todavía en una etapa de definición interna de candidatos entre los dos partidos políticos principales, pero las preferencias electorales parece que pondrán en la papeleta electoral a los dos viejos rivales -en sentido amplio- del 2020.

De acuerdo con la práctica política prevaleciente, hacia el verano es muy probable que los dos candidatos se postulen definitivamente a la presidencia por sus respectivos partidos. De momento ambos encabezan las preferencias en los procesos de elección primaria si bien la discusión política está centrada en la salud mental del presidente en funciones y de los escándalos legales en los que se ha visto envuelto su contrincante más conspicuo.

Otro proceso electoral de interés es el ruso, cuyas elecciones presidenciales están programadas para mediados de marzo, antes del inicio de la primavera. Y cabe mencionar la estación, pues es improbable que en ese país suceda una primavera democrática, al estilo de ciertos países europeos tras el colapso de Unión Soviética a finales del siglo XX. Por el contrario, y con el trasfondo de la guerra con Ucrania, el actual presidente ruso parece encaminado a lograr su reelección. De acuerdo con especialistas, el esfuerzo bélico del gobierno en funciones concita un importante apoyo en su favor. Es cierto que participarán candidatos opositores, entre ellos uno que ha sobresalido por su programa pacifista y antigobiernista, Boris Nadezhdine. No obstante, son pocos los que le atribuyen posibilidades de ganar y diversas voces se cuestionan la veracidad de su proyecto opositor. De manera que el mandatario ruso renovaría su mandato, considerado por muchos autoritario, en las urnas, en un proceso parecido a lo que sucede y sucedía en regímenes autoritarios con una fachada democrática.

Boris Nadezhdine, candidato opositor ruso

Boris Nadezhdine, candidato opositor ruso

EFE

Volveremos al tema.