Los problemas actuales en la dirección del CIDE son un reflejo del control que desea tener Conacyt sobre todo el sistema de ciencia. “A lo largo de los últimos tres años hemos visto un trabajo continuo para apoderase de todos los elementos de decisión y así tener un control total y absoluto del sistema”, señaló José Franco, ex coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, una de las organizaciones diezmadas por ese control, señala el astrofísico.

Añadió que otros Centros Conacyt ya han sido objeto de este autoritarismo, incluyendo también otros programas como las Cátedras Conacyt y las becas en el extranjero. “No obstante, a pesar de las mentiras y amenazas que usan para amedrentar, la mayor parte de la comunidad científica se opone a esta visión centralizadora y caprichosa de Conacyt y no desea someterse al arbitrio totalmente ideologizado sobre qué se debe investigar”.

CENTROS CONACYT.

Recordó que en los últimos tres años se han llevado a cabo cambios en los Centros Conacyt, algunos de manera natural, pero en otros casos hay maniobras de imposición autoritaria como en el CIDE.

Los dos casos más emblemáticos son el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), donde a sus ex directores se les “inventaron supuestas denuncias con las cuales los amenazaron y obligaron a renunciar”. Al principio del sexenio fue turno de Beatriz Xoconostle en el CICY, cuyas diferencias sobre el tema de transgénicos con la directora de Conacyt, Elena Álvarez-Buylla, son bien conocidas; posteriormente, el ex director del INAOE, Leopoldo Altamirano, sufrió la misma suerte por no alinearse con la dirección actual de Conacyt.

“En esos dos casos, las renuncias y los cambios en la dirección de los centros públicos se dio bajo amenazas y con denuncias inventadas por Conacyt”, apunta Franco, quien recuerda que en el CIDE se puede observar una operación similar en la renuncia de Sergio López Ayllón, quien dejó la dirección prematuramente bajo presiones, para ser ocupada de forma interina por José Romero Tellaeche.

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POLÍTICA DE CIENCIA.

La desarticulación institucional va más allá de los Centros Públicos de Investigación, advierte el ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias –institución que padece sus propios estragos por desdén de Conacyt–, y ha sido parte de la política científica en este sexenio, como se vislumbró desde el periodo de transición y al inicio de esta administración, cuando se intentó aprobar una propuesta de Ley de Ciencia y Tecnología, promovida por la senadora Ana Lilia Rivera, aunque gestada en Conacyt.

Desde esa propuesta de ley se pretendía centralizar la toma de decisiones y eliminar todos los organismos colegiados del sistema, como el Foro Consultivo, la Coordinación de Ciencia y Tecnología de la Oficina de la Presidencia, la Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología, el Consejo Consultivo de Ciencias, la Cibiogem… “Debido a la fuerte oposición, no avanzó la propuesta de ley y eso originó un ataque directo y cada vez mas fuerte al FCCyT, el cual se convierte en la primera instancia atacada con mentiras y amenazas para desprestigiarla y hacerla desparecer; posteriormente se han generado otros ataques a diferentes grupos y se ha manipulado la información, lo cual muestra claramente que se quiere tener un control total de los Centros Públicos de Investigación y del quehacer de todo el sistema de ciencia, tecnología e innovación. En esa misma línea, la forma de controlar ha sido desarticular todas las instancias colegiadas e imponer a directores que actúen de manera obediente y totalmente controlada desde la dirección general de Conacyt”.

De manera similar, a los cargos directivos de Conacyt han llegado personas de todo tipo, agrega, pero el personal experimentado y con ética profesional termina abandonando la dependencia. En el caso de los centros, Conacyt apoya a los personajes sumisos con ambiciones directivas, como en el CIDE.

La percepción que se tiene de Conacyt, tanto a escala nacional como internacional es muy negativa: “no representa ni respeta a su comunidad, sino pretende que ésta se someta a sus caprichos. Alardea que tiene la autoridad, el poder y los fondos, y han manejado su gestión de manera facciosa y abusiva”.

Esa ambición centralista de la dependencia que no permite espacios para disentir no sólo busca el control, sino que además ejerce acciones punitivas de venganza, como ha sido el caso de los 31 señalados por la FGR y Conacyt, enfatiza el investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM. “Es triste, pero todo indica que la ética y la legalidad no le importan y su única finalidad es el control total del sistema de ciencia, tecnología e innovación actual y, con el control de becas y posgrados, el que se genere para el futuro”.

Ese “futuro” quedaría perpetuado para los próximos años a través de la Ley General de Ciencia y Tecnología. “No dudo que muchas personas del sistema de ciencia hayan planteado sus ideas y aportaciones al Anteproyecto –como ha señalado Conacyt–, la duda es si las van a tomar en cuenta o si sólo han hecho una simulación como ya ha pasado anteriormente”.

Para fines prácticos ya soy director general: Romero

Aunque la decisión final se daría a conocer el próximo 29 de noviembre y pese a todas las manifetaciones de rechazo en su contra de parte de la comunidad que busca dirigir, el director interino del CIDE, José Romero, ya dio por hecho que se mantendrá al frente de la institución.

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Durante una reunión con integrantes del Sindicato de trabajadores del CIDE realizada vía digital, leyó la pregunta “¿Ya lo podemos considerar como director?”, a lo que respondió:

“Pues en mi opinión sí, salvo que el Presidente de la República no esté de acuerdo con el nombramiento, la propuesta, que haga la directora de Conacyt, eso se hará en la carta que se dará en los próximos días. Pero para fines prácticos, sí”.