Academia

Este sexenio, Conahcyt empobreció el financiamiento de la investigación

Hubo poco financiamiento y sólo a través de los PRONACES, cuyos criterios de selección no fueron transparentes 

Adiós al Cona(h)cyt

Desde el principio de este sexenio la dirección del actual Conahcyt afirmó que sus antecesores cometieron corrupción, pero no lo demostró con pruebas.

Desde el principio de este sexenio la dirección del actual Conahcyt afirmó que sus antecesores cometieron corrupción, pero no lo demostró con pruebas.

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Este lunes y martes se llevan a cabo las Jornadas PRONACES 2019-2024, el programa de financiamiento de investigación que se llevó a cabo por el presente gobierno a través del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación (Conahcyt). Más allá de sus resultados, los detalles y desglose de su financiamiento, así como los criterios para seleccionar a los beneficiarios no quedan claros o, en su defecto, quedan en la opacidad.

Con motivo de las Jornadas PRONACES y los vítores lanzados por la directora de Conahcyt –Elena Álvarez-Buylla–, “Crónica” hace una revisión sobre los PRONACES, bajo la premisa de que en este gobierno se financió el menor número de investigaciones científicas en los últimos sexenios.

Tras la extinción de los fideicomisos, los montos financieros para la investigación en México fueron cada vez más escasos y sólo a través de los exiguos Programas Nacionales Estratégicos (PRONACES): si un investigador (a) nacional buscó en los últimos seis años financiamiento para su proyecto y no le fue otorgado en su institución académica, compitió ferozmente por los pocos recursos de este programa, cuyos criterios de selección fueron su más notable dolencia.

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DESDE EL ESCRITORIO DE ÁLVAREZ-BUYLLA.

Rafael Bojalil, investigador de la UAM, fue director Adjunto de Planeación y Evaluación de Conacyt al inicio del sexenio, cargo que ocupó sólo por tres meses. En 2021, me dijo en entrevista que desde el principio de su administración se observaba cómo Álvarez-Buylla imponía su propia visión, no en términos del desarrollo de la ciencia, sino de qué sí y qué no se debe de trabajar. “El ejemplo más claro son los Programas Nacionales Estratégicos, cuyos temas ella los decidió en su escritorio, así como quienes los iba a dirigir (…)”.

En los PRONACES, los temas “están seleccionados por un grupo muy reducido de personas”, señala el documento “Propuestas y reflexiones sobre el futuro de la política de CTI en México” –publicado por la AMC-UdG. “Seguramente algunos de los temas escogidos así son pertinentes, pero la forma de hacerlo no lo es. Es importante que el nuevo órgano rector de las actividades de CTI sí escuche a la comunidad y establezca diálogos que respeten los requerimientos específicos de las entidades”, añade el artículo “Del desmantelamiento a la reconstrucción del sistema de CTI”, escrito por Gabriela Dutrénit, Martín Puchet y Julia Tagüeña.

“Los PRONACES me gustaban”, dice Dutrénit en entrevista. “Siempre estuve a favor de definir sectores estratégicos y enfocar los esfuerzos, orientados a los problemas nacionales”, añade la investigadora de la UAM Xochimilco. No obstante, la forma en que se definieron los programas ya no convenció a la especialista en política científica: “el tema es quién los define los temas estratégicos, lo cual debe ser por especialistas y que no se entreguen a los amigos o conocidos. Debe haber convocatorias de pares más serias de lo que hubo”.

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666 EN 6 AÑOS.

En seis años se autorizaron 666 proyectos y tuvieron una inversión de apenas mil 700 millones de pesos (“no es cuestión de mucho dinero, sino de convicciones…”), dijo Álvarez-Buylla en el encuentro realizado en el Centro de Convenciones del Estado de México, donde investigadores (as) beneficiados con este programa expusieron en qué gastaron los “recursos sagrados del pueblo de México”.

La agenda de los PRONACES se concentró en 10 temas: Agentes tóxicos y procesos contaminantes, Gestión del ciclo socio natural del agua, Educación, Energía y Cambio Climático, Salud, Seguridad humana, Sistemas socioecológicos y sustentabilidad, Soberanía alimentaria, Cultura, Vivienda y Hábitat. “Cada uno de estos temas se concreta en las convocatorias de Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia (PRONAII)”, explica Tomás Maya, estudiante de doctorado del Cinvestav, quien ha seguido de cerca el desarrollo de este programa.

En resonancia con los datos oficiales (666), el académico apunta que, contrario a los esfuerzos de desarrollar investigaciones regionales, la gran mayoría de proyectos se limitaron a la Ciudad de México, Jalisco, Estado de México y San Luis Potosí, con más del 40% de proyectos realizados en sus territorios, en tanto que estados Aguascalientes no cuenta con ningún proyecto.

Los resultados de los PRONACES mostrados en el portal del Conahcyt, añade, revelan que, salvo la temática Salud, un gran porcentaje de resultados se presentan como seminarios, webinarios, revistas, etc. “Esto evidencia una baja incidencia real de los programas y un retroceso en la descentralización de la investigación científica poniendo en duda el éxito del programa”.

Más allá de la falta de transparencia del proceso o su éxito académico, el hecho es que la investigación financiada este sexenio, a través de Cona(h)cyt, ha bajado este sexenio. Conforme datos del Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECITI) 2021-2024 presentados recogidos en el Quinto Informe de Gobierno, los proyectos de investigación apoyados han ido en picada: mil 734 en 2019, 758 en 2020, 832 en 202, 576 en 2022 y 388 en 2023.

“Con base en datos del Quinto informe de gobierno ha tenido una caída drástica en los últimos 5 años, pasando de 2,680 proyectos financiados en 2017 a tan solo 576* en 2022, un 79% menos”, escribió hace un año en X Fabián Rosales, académico del INAOE.

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SECRETARÍA DE CIENCIA Y ROSAURA RUIZ

Hace unos meses, en entrevista, Rosaura Ruiz –próxima secretaria de Ciencia– me dijo que el próximo gobierno evaluaría los diversos programas gestados por Conahcyt.

Los PRONACES, señaló, se evaluarán, puesto que el próximo gobierno realizará una planeación sobre los problemas estratégicos del país, que pueden coincidir con estos programas. “Pero hay que revisar y ver cómo se van a unir, se tiene que evaluar todo y ver cómo podemos mejorar la producción científica de México”. Aunque la directora de Conahcyt ya se adelantó.

Durante las Jornadas… en San Pedro Totoltepec Álvarez-Buylla saludó a la representante de Ruiz y dijo que, en la próxima secretaría estarán “a cargo de darle continuidad a esta gran obra del pueblo de México”.

No obstante, Ruiz ha expresado sus dudas sobre los mecanismos de los PRONACES. En la primera reunión de transición que tuvieron ambas científicas con sus equipos en julio pasado, la bióloga cuestionó al equipo de la ecóloga, quien solicitó el desglose del programa presupuestario F003, que tiene la etiqueta de “Pronaces” y que refiere un 5.2% del presupuesto del Ramo 38 (Conahcyt), que, sin embargo, incluye las convocatorias de otros programas de financiamiento de ciencia básica y frontera –si es que los hubo. Cuestionó además ¿cuántos proyectos en total son los que se han apoyado entre 2020 y 2024 con el F003?, así como el desglose de todos los proyectos beneficiados –mismos que no han sido públicos–, para saber “¿cómo van?” y con el objetivo de analizar si seguirán.

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