El organismo, reconocido internacionalmente como referente en el cuidado de la diversidad biológica, es una iniciativa que ha consolidado el biólogo José Sarukhán, miembro de El Colegio Nacional

El próximo 16 de mayo se cumplen 30 años de vida de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Dedicada a reunir, generar, integrar y sintetizar información sobre la biodiversidad mexicana, su propósito es proporcionar información sólida, confiable y actualizada a quienes generan políticas públicas. Como lo ha señalado su coordinador nacional, el colegiado José Sarukhán, desde un inicio la Comisión asumió la responsabilidad de hacer accesible a la sociedad la información que recaba, puesto que en su mayoría proviene de instituciones públicas y, por ende, debe ser accesible para todos, con la idea de que sólo una sociedad bien informada y sensibilizada podrá desarrollar y fortalecer una cultura de aprecio y valoración del capital natural.

En 1992, en el contexto de la celebración del Convenio sobre la Diversidad Biológica en Río de Janeiro, ratificado por todos los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (excepto Estados Unidos), México se colocó a la vanguardia mundial al instaurar un organismo compilador de la información existente acerca del conocimiento de la biodiversidad de nuestro país. Así, la CONABIO nació como una institución intersecretarial tutelada por el presidente de la República, integrada por 10 secretarías: Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Bienestar, Economía (SE), Educación Pública (SEP), Energía (SENER), Hacienda y Crédito Público (SHCP), Relaciones Exteriores (SRE), Salud y Turismo (SECTUR).

A lo largo de tres décadas, la Comisión ha construido un puente entre los ámbitos académico, gubernamental y de la sociedad civil, gracias a la colaboración de diversos actores que intervienen en sus procesos. En la CONABIO participan miles de investigadores de cientos de instituciones nacionales y extranjeras que comparten y generan información científica; personal técnico especializado que aporta día con día su conocimiento y experiencia; representantes de diversas instituciones públicas, privadas y organismos de la sociedad civil, nacionales y extranjeros, que suman esfuerzos e impulsan iniciativas a favor de la naturaleza; miles de personas que aportan información valiosa de las especies de plantas y animales a través de la ciencia ciudadana; comunidades rurales e indígenas que mantienen y comparten el conocimiento ancestral; y fotógrafos de naturaleza que capturan con amor la riqueza natural de México para difundirla en el mundo.

La creación del Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad de México (SNIB) es uno de los logros más destacados de la Comisión, como lo subrayó Julia Carabias Lillo, bióloga y también miembro de El Colegio Nacional, en el contexto del 20 aniversario del organismo. El SNIB es una base de datos sobre la diversidad biológica mexicana con información de millones de especímenes. Además, la bióloga menciona otros logros importantes como “la ubicación espacial de esta información en mapas, lo cual permite, entre otras cosas, detectar áreas de prioridad para la conservación o áreas carentes de información que deben ser estudiadas; el desarrollo de sistemas de percepción remota y análisis de geomática con diversas aplicaciones prácticas, por ejemplo, la alerta temprana de los incendios forestales; el seguimiento de especies invasoras introducidas en los ecosistemas; el análisis de riesgo por la liberación de organismos vivos modificados; la predicción de áreas de distribución de vectores de enfermedades vinculadas al cambio climático; el monitoreo de la cobertura vegetal y del cambio de uso de suelo en tiempo real; el fomento de prácticas productivas sustentables que conserven la biodiversidad y favorezcan la conectividad; además de numerosas publicaciones, entre ellas, la evaluación nacional del capital natural, única en su género”* .

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La CONABIO se ha convertido en un referente en reuniones y en organizaciones mundiales dedicadas al tema de la biodiversidad; ha sido asesora e inspiradora de organismos nacionales e internacionales. También es formadora y capacitadora de gente con conciencia del valor fundamental del capital natural del país: investigadores, políticos, funcionarios, autoridades, estudiantes, agricultores, comunidades campesinas, pescadores, artesanos, a los que se les ayuda y enseña a proteger y usar de manera sustentable su entorno natural.

Para celebrar la trayectoria de esta institución y el esfuerzo de las miles de personas involucradas a lo largo de su historia, El Colegio Nacional y la CONABIO coordinan la mesa 30 aniversario de la CONABIO. En ella participarán, además de José Sarukhán, Enrique Graue, rector de la UNAM; Alicia Bárcena, ex secretaria ejecutiva de la CEPAL; Enrique Provencio, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM; Alejandra Rabasa, miembro del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (CeIBA); Jorge Soberón, investigador y profesor distinguido de la Universidad de Kansas; y Sir Robert T. Watson, profesor emérito de la University of East Anglia. Conversarán sobre las tres décadas de historia de esta institución que llamó la atención de Barack Obama al señalar, en su informe anual de 2011, que Estados Unidos necesitaba un instituto similar a la CONABIO.

*Carabias, J. (17 de marzo 2012). “Conabio, 20 años”. Reforma.