
“Este concierto es diferente, es para gozarlo, para silbarlo, no es el típico concierto clásico porque su idioma es el que todos conocemos: nuestra cultura y sus costumbres”, señala en entrevista Edicson Ruiz, contrabajista venezolano sobre el concierto que presentará con la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) este 15 y 16 de julio en la Sala Nezahualcóyotl (Avenida Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria, CDMX).
El músico que fuera, en 2001, el becario de la Academia Orquestal de la Orquesta Filarmónica de Berlín, interpretará el “Concierto para contrabajo”, de su compatriota Efraín Oscher; después, la pianista Gabriela Montero tocará su “Concierto latino” y finalmente la OSM cerrará con “La consagración de la primavera”, de Stravinski.
“La pieza que tocaré es sobre lo que siempre nos ha caracterizado: la pachanga, la rumba, el chachachá. Esto no es nada ajeno, es algo propio y la convocatoria es para que la familia se dé ese manjar y gustazo de presenciar un espectáculo donde difícilmente se ve a un contrabajo hablando nuestro idioma”, indica Ruiz.
El contrabajista narra que es la primera vez que trabaja con Carlos Miguel Prieto y con la OSM, lo cual celebra ya que siempre soñó colaborar con la agrupación.
“Mi maestro Klaus Stoll de la Orquesta Filarmónica de Berlín venía trabajando con la OSM, quise retomar sus pasos y me emocioné mucho cuando hablé con Prieto porque ha apoyado a los compositores como Gabriela Ortiz, Arturo Márquez, Pacho Flores y con la juventud de las Américas; además conocí a su papá en Caracas, entonces es un sueño realidad tocar con ellos y poder regresar a México después de 13 años”, señala.
Sobre el “Concierto para contrabajo” que interpretará, Edicson Ruiz lo definió como un monumento latinoamericano.
“Efraín Oscher se basó en la danza latina, en el primer movimiento usa una guaracha, evocando ‘Yo quiero ser como Ariel’, obra de Billo’s Caracas Boys de los años 60, a eso le fusiona con el rock latino de Carlos Santana y se va al sur con el segundo movimiento: a una milonga argentina transformada con un bandoneón como Piazzolla”, detalla.
Es una pieza marcada por la música barroca del viejo mundo, añade. “Eso es parte del proyecto: unir a la música barroca, la afinación del contrabajo, con nuestras danzas modernas globales y actuales”.
En el tercer movimiento del “Concierto para contrabajo” se mezcla el guaguancó cubano y la recreación de tambores de San Millán en la celebración venezolana de San Juan Bautista.
“Es una fiesta en donde la comunidad afrovenezolana se tira de cabeza a las calles a bailar tambor, se trata de un pajarillo que defiende los llanos venezolanos y lo que hace Oscher es fusionarlo con el flamenco, con Paco de Lucía en varias cadencias y armonías que dejan entrever al alma llanera que es el segundo himno nacional de Venezuela”, comenta.
El concierto del sábado 15 de julio será a las 20:00 horas y el concierto del domingo 16 de julio será a las 12:00 horas.
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