“La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara es ese enorme sueño donde el pensamiento, la cultura y la literatura de todas las naciones convergen, se reconocen y dialogan en un solo lenguaje. La FIL Guadalajara es ese sueño que alguien se atrevió a soñar y que nos heredó para seguir construyéndolo”, expresó Marisol Schulz Manaut, directora general de la FIL Guadalajara, durante la entrega de la Presea Sor Juana Inés de la Cruz otorgada por la Universidad del Claustro de Sor Juana.

En su discurso, la también editora habló de los sueños que desbordan y que dejan una marca indeleble, por ejemplo, recordar los inicios de la feria cultural más importante del país y las aportaciones de su creador: Raúl Padilla López (1954-2023).

Schulz Manaut mencionó que el sueño de Padilla López se gestó desde la Universidad de Guadalajara en 1987.

“Hay sueños que duran una noche y hay otros que duran toda la vida. Hay una persona que hace 38 años soñó con que Guadalajara estuviera en la palestra cultural internacional con una feria de libro que, en su primera edición, no gozaba de buenos vaticinios”, dijo.

Ese fundador y creador de espacios como el Centro Cultural Universitario, el Conjunto Santander de Artes Escénicas, la Cineteca y el Museo de Ciencias Ambientales, proyectó a Guadalajara, a través de la FIL, como ciudad capital de la cultura, lo que, para muchos en un inicio, representaba un gasto más que una inversión al desarrollo de la sociedad.

“Muchas veces nos preguntan cuál es el éxito de la FIL, y puedo decir con convicción que ha sido la constancia y la visión de una persona que supo idear y llevar a cabo proyectos de gran envergadura, así como conjuntar el esfuerzo de miles de personas que lo apoyaron a realizarlos”, indicó la directora de la feria.

Schulz Manaut también reconoció el apoyo de la Universidad del Claustro de Sor Juana a la FIL.

“Se volvió una aliada incondicional para consolidar uno de los premios más importantes para la literatura escrita por mujeres y que ha reconocido el trabajo literario de grandes autoras en nuestra lengua, me refiero al Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz”, destacó.

Algunas ganadoras de ese premio han sido: Elena Garro, Laura Restrepo, Claudia Piñeiro, Cristina Rivera Garza, Gioconda Belli, Almudena Grandes, Fernanda Trías, Daniela Tarazona, y María Ospina Pizano.

“Recibo esta presea en nombre de todo el equipo que me honro en dirigir y en memoria del fundador de la feria, Raúl Padilla López, a quien cito: ‘Porque ahí donde cualquier libro hace que dos personas se encuentren, existe también la posibilidad de un mundo mejor’”, expresó.

FIL, UNA ESPERANZA

En la ceremonia de entrega de la presea, Carmen Beatriz López-Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, señaló que festejar a la FIL significa ser conscientes de los beneficios que aporta y de por qué es un acto de esperanza.

“En espacios como la FIL podemos recuperarnos del olvido, de la indiferencia, del desasosiego, de la apatía porque reconocemos, en el encuentro con aquellas personas que son ejemplo e inspiración, nuestra vida se enriquece, nuestro ser se acrecienta. Al escuchar, al leer las historias de otras personas, al conocer las expresiones de otras culturas, de otros pueblos, descubrimos también los ecos y reverberaciones que nos conforman”, dijo.

López-Portillo indicó que la feria evidencia la necesidad de permitir nuevas ideas, crear espacios abiertos a nuevas interpretaciones y escapar de la comodidad.

“La FIL se ha convertido en un espacio ejemplar donde el saber y las ideas fluyen y acrecientan nuestra comprensión, nuestro entendimiento, nuestra libertad. Quiero subrayar que la FIL es uno de los espacios de defensa de la libertad de pensamiento y de expresión, de respeto de las conciencias, y es por ello que valoramos y aplaudimos su existencia” afirmó.

Por último, la rectora señaló que la feria es uno de los espacios en los que, gracias a la cultura, se fortalece el ejercicio democrático.

“La FIL es un espacio de esperanza para hacer del futuro porvenir. Y eso significa tener la capacidad, la inteligencia, el deseo, la voluntad y la fuerza de transformar esta realidad seca, desquiciada, crítica por las contradicciones que la habitan y que la tornan destructiva”, finalizó.