Cultura

“Todos eran mis hijos”: Narración desde la misoginia y la nula transformación

La adaptación del clásico de Arthur Miller se desenvuelve en tres horas cuya  poca evolución y la harta misoginia resultan desgastantes · La obra se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico

De Teatro y Otros Convivios

El elenco está encabezado por Arcelia Ramírez.

El elenco está encabezado por Arcelia Ramírez.

Luis Quiroz

Situar al elenco desde distintos ángulos del foro y un poco a manera de teatro arena, rodear el escenario con sillas que ocupan público y elenco, son algunas de las formas con las que la obra “Todos eran mis hijos”, busca entrelazar las presencias, incluirnos como espectadoras (es).

En la dramaturgia, por ejemplo, como otro gesto de aproximación, se cambiaron los nombres, que en el texto original son estadounidenses, por castellanos para su representación en este montaje. ¡Y qué bueno!, negarse a adecuar los textos, por más clásicos que se les considere, atenta contra la vida del arte dramático, contra su naturaleza de “aquí y ahora”, lo que no se transforma perece. Respetar de manera purista un clásico sería como sacar a pasear a un muerto, por más santo que se le considere.

Lee también

“Hotel Juárez”, un retrato de las violencias que sufre México

reyna paz avendaño
: Una escena de la obra de teatro.

Y bien, si es vital tomarse los riesgos que la transformación implica, mis constantes cuestionamientos son: ¿Por qué no cambian el discurso misógino, la forma en que se describe y narra a las mujeres? ¿Es muy osado para una obra multipremiada? ¿Es una herejía contra un autor (Arthur Miller) premiado con el Príncipe de Asturias? ¿Se prefiere ir a la segura con la misoginia que siempre da risa? ¿O es que enserio no se dan cuenta de que hay misoginia?

Cualesquiera que sean las respuestas, son preguntas que se han ignorado en la puesta en escena, por lo que escucharemos constantes narrativas y chistes, en torno a las mujeres, vistas como objeto de deseo, al servicio del otro y como propiedad de alguien. La histeria, la domesticación, la belleza desde la hegemonía, y la locura ante una circunstancia desesperante, son las respectivas primicias de las cuatro mujeres que aparecen en escena, hay apenas guiños de insípida autonomía que se asoman a manera de transformación, pero, contrario a ello, los personajes femeninos no se transforman, terminan como comenzaron, distinto a los masculinos, cuya trama los lleva al cambio constante.

Elenco

Brenda Contreras Paredes
Así vemos la trágica actuación de Arcelia Ramírez, genuina y apasionante, como todo su trabajo, pero enganchada en un solo estado anímico, decisión no de la actriz, por su puesto, sino de la dirección. Ante un tema altamente sensible como la desaparición de un hijo, las formas son complejas, pero no necesariamente lineales.

Lo anterior no descarta el hecho de estar ante un texto sólido, con información dosificada e incitante intriga, un gran elenco y un trabajo de escenografía e iluminación muy conciso y contundente, además de integrador. La iluminación oscurece a la par de las circunstancias, y el público es llevado a ese ambiente íntimo propio de la trama, no obstante, para tres horas de propuesta, la poca evolución y la harta misoginia resultan desgastantes.

“TODOS ERAN MIS HIJOS”

Dramaturgia: Arthur Miller
Dirección: Diego del Río
Elenco: Arcelia Ramírez, Pepe Del Río, Ana Guzmán, Gonzalo de Esesarte, Fabiola Villalpando, Nicolás Pinto, Angélica Bauter, Evan Regueira y Eugenio Rubio.

COORDENADAS

Lunes y martes 20:00 hrs.

Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn, Ciudad de México.

Localidades: $310

*Twitter: @andantaymala