Nacional

El hijo desobediente se escuchó en Huamantla

© Felipe Calderón dio apoyos a adultos mayores © Llama a respaldar la reforma hacendaria

Ayuda. Felipe Calderón saluda a un anciano durante su gira por Tlaxcala. (La Crónica de Hoy)

Entre las porras y los vítores que le prodigaba la muchedumbre, la atención de Felipe Calderón y su equipo más cercano fue atraída de inmediato hacia el lugar donde sonaron los acordes de El hijo desobediente, que desde hacía muchos meses no le habían tocado en público.

En su camino hacia la salida del salón de usos múltiples de Huamantla, Calderón se veía emocionado. Y como en días pasados, se acercó a saludar de mano y de beso a los asistentes que le pedían una foto con él, lo mismo que a quienes aprovechaban para darle papeles con peticiones para resolver problemas de drenaje, agua, becas.

Como en días pasados, también fue reforzada la seguridad del jefe del Ejecutivo y, además de las vallas metálicas que lo separan de los asistentes, se formó otra que lo acompañó en su recorrido: la que conforman los elementos del Estado Mayor Presidencial.

Poco antes, frente a un numeroso público, habló de las bondades de la reforma hacendaria que por la mañana había enviado al Congreso de la Unión.

Acompañado por la titular de la Sedesol, Beatriz Zavala y del Comisionado Nacional de los Pueblos Indígenas, Luis H. Álvarez, así como por la responsable del Indesol, Lydia Madero, hizo un llamado a la solidaridad de todos los actores políticos, sociales y empresariales a aprobarla para reducir la desigualdad en el país.

Subrayó que la fraternidad y la caridad son valores y virtudes más poderosos que cualquiera otros. Y al entregar apoyos a las personas mayores de 70 años les aseguró que “no son dádivas, ni regalos, sino una decisión tomada por el Congreso” para saldar la deuda social que con ellos se tiene.

Ante miles de personas de la tercera edad traídas de varias regiones de Tlaxcala, aseguró que, a final de cuentas, “dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, atender al enfermo o desvalido, son tareas y fuerzas poderosas capaces de mover a la sociedad y la humanidad, y por eso deben ser reconocidas y apoyadas”.

A los gritos de algunas personas de que con 55 pesos diarios no se puede sobrevivir, Calderón respondió: “Para eso queremos la reforma, eso tiene solución”.

El mismo tono de discurso sostuvo en su visita a Hidalgo, donde reiteró la necesidad de apoyar la reforma hacendaria a pesar de las diferencias de religión o signo político.

Ahí, las porras fueron, primero, para el gobernador Miguel Osorio Chong y luego para el presidente Calderón. En el evento en el que se inauguró la autopista Pachuca-Tulancingo y que se vio amenazado por una ligera lluvia, el Jefe del Ejecutivo fue recibido por un animoso diputado federal panista, Daniel Ludlow, quien le anunció: “Ya le dieron entrada, Presidente”. Se refería a la reforma hacendaria. Por respuesta, el diputado recibió un lacónico: “Está bien. Ahora la cosa es ponerse a trabajar”.

Copyright © 2007 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México