Escenario

‘90 días para el 2 de julio’, la historia de una relación secreta que tiene a la política como un gran closet

ENTREVISTA. El guionista y cineasta Rafael Martínez, y su elenco conformado por Luis Arrieta, Danae Reynaud y Armando Espitia, nos dan detalles del filme que llegó este jueves a salas nacionales

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Fotograma de ‘90 días para el 2 de julio’.

Fotograma de ‘90 días para el 2 de julio’.

CORTESIA

Después de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICG), llega a salas selectas la ópera prima del guionista y realizador egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Rafael Martínez García, 90 días para el 2 de julio, donde plantea la relación secreta entre el candidato conservador Andrés Ortega, que está a punto de conseguir la gubernatura de su estado, y Luis, un joven ingenuamente enamorado de él. Pero esta doble vida presenta un severo riesgo, por lo que Luis es recluido en una pequeña casa de la que no puede salir hasta después de las elecciones.

Crónica Escenario charló con los protagonistas de este relato de amor ingenuo y desaforado, Luis Arrieta, Danae Reynaud y Armando Espitia, así como con el director acerca de un filme que involucra tópicos como el aislamiento y las dobles vidas, todo grabado en una sola locación.

Martínez García ha declarado que se considera más un guionista que un director, especialmente con este proyecto que fue su primer largometraje: “Ha pasado tanto tiempo desde que filmé esta ópera prima, pero creo que siempre me consideraré más escritor que realizador. Esto se debe a que escribo más que las veces que dirijo. Estar en un set detrás de la cámara es algo que hago menos que lo otro, que normalmente lo hago todos los días y que me permite tener una mayor confianza en esa labor”, dijo.

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El filme es protagonizado por Armando Espitia y Luis Arrieta.

“En la dirección, apenas estamos construyendo esa seguridad. Sigo llenándome de herramientas para ello, pero es cierto que también poco a poco estoy disfrutando más esta labor gracias a la consciencia que he adquirido de que, a final de cuentas, es el mismo trabajo de narrar una historia con las herramientas del cine en el papel y detrás de la cámara. En sí, me asumo como un contador de historias en general, me gusta pensar que las decisiones que tomo desde la silla de director son narrativas para contar un relato”, agregó Rafael.

La cinta depende mucho del trabajo actoral, pues los protagonistas se encuentran en un solo set, con una intimidad notoria en la que destaca la química entre ellos. Para Reynaud y Espitia, era similar a volver a casa con un amigo. “Siento que con Rafa, además de ser su actriz, también soy su lectora y espectadora desde hace tiempo. Ver su evolución comienza desde que lo conocí e hicimos El amor dura 3 meses. Sin embargo, también he visto el resto de sus proyectos y es bonito conocer al artista y la persona, todo lo que cuenta y habla”, mencionó Danae.

“He podido ver los dos siguientes largometrajes que ha hecho y que aún no salen a la luz y noto como permanece en el mismo buen tenor como guionista. Es raro ver que en México existan realizadores que tengan tantos proyectos. Realmente es un ejemplo a seguir, es una voz que quiere seguir hablando de lo que siente, piensa y observa de la vida, lo que se me hace muy chido. Poder ver el crecimiento de esa voz es un gusto”, añadió la joven actriz, guionista y directora.

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“A mí me sorprende la variedad de temas y géneros que le gusta abordar”, explicó Armando. “Conociéndolo más personalmente como colega y amigo, el poder averiguar cómo se enuncia a través de las historias, aunque no sean suyas necesariamente, mostrando una capacidad de conexión profunda entre quién es él o lo que le importa de la vida en ese momento en que escribe las mismas, me parece sorprendente. Al final, Rafael se convierte también en un maestro, ayudando e inspirando mucho a aquellos que quieren hacer un guión o producir sus propios proyectos. Creo que es por eso que seguimos trabajando juntos frecuentemente”, afirmó el actor.

Luis Arrieta colabora por primera vez con Martínez García en 90 días para el 2 de julio, metiéndose en el rol de Andrés, un personaje conflictuado que es el elemento clave para tocar el tema de las dobles vidas y el poder. “Lo que más me gusta de este papel es la lucha que tiene. Es muy rico cuando interpretas a alguien que no sabe lo que quiere hacer realmente”, comentó.

“Si bien Andrés sí ama a Luis, los ideales junto con los factores sociales y políticos no le permiten entregarse. Eso enriquece mucho el trasfondo para crearlo y trabajarlo con Rafael fue algo sorprendente. Es un director que abre espacios para escuchar, colaborar y construir juntos. Esto me dio un terreno fértil para trabajar alejado del miedo de ser vulnerable pues te permite entrar como actor a donde tengas que entrar y te sientas seguro”, expresó.

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Otro factor perceptible y clave es el encierro de los personajes, tanto simbólico como real, debido a que todo fue grabado en una sola locación usualmente en interiores. “La casa donde Andrés pone a Luis es como un ‘closet’, pues ahí va y es quien no puede ser afuera porque el entorno le dice que no puede hacerlo y se lo creyó, que es parte de la tragedia del político. Si bien él ama, de cierta forma tóxica, a Luis, me parece que no puede liberarse de los prejuicios para poder mostrar esa relación abiertamente con alguien de su propio género”, expuso el guionista y director del filme.

“A mí me gusta pensar que Luis estaba muy joven, salía apenas al mundo de la vida romántica homosexual y que justo por amor se regresa al closet. Me hizo pensar en todas las cosas que hacemos en el nombre de ese sentimiento, donde cedemos en ciertos momentos muchas cosas ante nuestra pareja por ese sentir y de pronto mutilamos algunas partes de nosotros. Y a nivel de símbolo, el encierro también resuena con ciertos ecos de lo que vivimos en la pandemia”, manifestó Espitia.

A pesar del encierro, también existen factores del exterior que juegan un papel interesante en la narrativa de 90 días para el 2 de julio. “En el caso de Martha Claudia (Moreno), Greta (Cervantes) y yo, creo que fue como traer el afuera a esta casa. Eso me parece interesante del guión, pues Luis está en ese mismo espacio pero los que venimos de afuera traemos nuestros universos bien diferentes entre sí que le planteaban una convivencia distinta. Curiosamente, más que querer sacarlo de allí, todos acabamos entrando en este espacio vacío, llenando esa casa con pedacitos del exterior que cada uno aporta”, enunció Danae.

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Finalmente, el director y los actores hablaron de esa intimidad casi teatral que logra capturar este relato de amor, inocencia y mentiras. “Creo que hay muchas cosas que se trabajan que no se ven pero se sienten. El factor de que nos cobijó Rafa como una familia me parece que se transmite a la cinta. Es difícil de explicarlo, pero me parece que tiene que ver con el tacto de él como director y el gran guión que escribió”, reflexionó Arrieta.

“Mucho tiene que ver la confianza en todos los sentidos. Estoy muy agradecido con todo el cast y el equipo por esa seguridad no sólo en mí, sino en el texto y sus personajes, así como en el crew. Fue algo muy recíproco que, desde el principio, resultó en una intimidad muy genuina entre todos. Se ensayó mucho, se indagaron y exploraron todas las situaciones posibles para lograrlo y el resultado ahí está en la película”, concluyó Martínez García.