Escenario

Adiós a Vicente Fernández, “El Sinatra de las Rancheras”... “El ídolo de México”

ESPECIAL. Este domingo falleció el icónico cantante cuya historia queda enmarcada con letras de oro en la música popular mexicana. Fue un intérprete que salvó su lado más polémico con el sentimentalismo de sus canciones

Luto música

El intérprete falleció la mañana del domingo a causa de una falla multiorgánica, según desvelaron los doctores.

El intérprete falleció la mañana del domingo a causa de una falla multiorgánica, según desvelaron los doctores.

ESPECIAL

“Los años son para vivirlos no para contarlos”, decía Vicente Fernández, leyenda de la música ranchera en el libro anecdótico Pero sigo siendo el rey, que lanzó en el 2013 con el apoyó de su nuera, la periodista Mara Patricia Castañeda. Los obituarios, obligados a cerrar las cuentas, sellan la historia de "El Charro de Huentitán" en 81 años, en los que se convirtió en la máxima figura de la música ranchera mexicana.

“Lamentamos comunicarles su deceso el día domingo 12 de diciembre a las 6:15 am. (Hora de México). Fue un honor y un gran orgullo compartir con todos una gran trayectoria de música y darlo todo por su público. Gracias por seguir aplaudiendo, gracias por seguir cantando. #ChenteSigueSiendoElRey”, con estas palabras despiden a Vicente Fernández en sus cuentas oficiales.

Su historia musical impactó a todo el continente americano, desde Sudamérica hasta los Estados Unidos, en donde se le llegó a comparar con las voces más icónicas. Fue el diario The Houston Chronicle, de Texas, los que llevaron a ocho columnas el 11 de octubre de 1991 la crónica del concierto en el histórico Hofheinz Pavilion titulada como “El Sinatra de las Rancheras”.

Para ese año el nombre de Vicente Fernández ya estaba consolidado en la historia de la música popular mexicana, pero no había tenido una comparación de ese alcance. Con su característico traje de charro, sombrero ancho y un impecable acompañamiento de mariachi, ha actuado en los más grandes y prestigiosos escenarios del mundo. Ha sido nota de ocho columnas en el Auditorio Nacional y en la Plaza De Toros México, el Madison Square Garden y el Radio City Music Hall de Nueva York.

Vicente Fernández es el último gran descendiente de la música ranchera, de una estirpe que incluye a Pedro Infante, Javier Solís, Tito Guízar, Miguel Aceves Mejía, Antonio Aguilar, Jorge Negrete y José Alfredo Jiménez, cuyas letras se han convertido en un legado de la cultura del charro: “Porque le puso letra a nuestras emociones, porque musicó nuestro fracaso, porque supo vengarnos de los malos amores, por Chavela Vargas, por Lola Beltrán, por Vicente Fernández…”, dijo Joaquín Sabina para honrar a Chente el día que se despidió de los escenarios..

De hecho, muchos consideran a Vicente Fernández el cuarto “gallo” entre los cantantes de México. Los otros tres son considerados los más grandes cantantes mexicanos de todos los tiempos. Pero todos ellos murieron jóvenes – Jorge Negrete a los 42 en 1953, Pedro Infante a los 39 en 1957 y Javier Solís a los 35 en 1966.

“Ni Solís, Infante o Negrete tuvieron la fortuna de enfrentarse a las leyes del tiempo. Vicente los superó y no hay alguien que lo sustituya. Su voz está intacta a los 80 años y no podemos saber si Infante, por ejemplo, continuaría igual a la misma edad. Este es un mérito grande de Vicente: permanecerá como el número uno”, dijo Martín Urieta, compositor mexicano que ha firmado 25 canciones hechas famosas por Vicente Fernández.

“CUANDO CREZCA VOY A SER COMO ELLOS”

Vicente Fernández nació el 17 de febrero de 1940 en el pueblo de Huentitán El Alto, Jalisco, lugar que le dio su mote. Es hijo del ranchero Ramón Fernández y de Paula Gómez Ponce de Fernández, quienes siempre lo apoyaron desde niño cuando soñaba con dedicarse a la música: “Desde lo que puedo recordar, cuando yo tenía 6 o 7 años, iba a ver las películas de Pedro Infante y le decía a mi mamá ‘cuando yo crezca voy a ser como ellos’”. A los 8 años recibió su primera guitarra y comenzó a estudiar música folclórica.

Se puso a cantar en restaurantes y bodas, además de vender lechuguillas de tequila hechas en su casa y con 14 años Vicente también ganó un concurso amateur de canto en Guadalajara y para 1960 recibió la oportunidad de mostrarse en un programa de televisión llamado La Calandria Musical, transmitido en la capital de Jalisco.

Para ganarse la vida trabajó como albañil, personal de limpieza, mesero. Era ese el empleo que más le gustaba, porque mientras servía los platillos a los clientes, también les regalaba canciones. Los aplausos y las propinas se multiplicaban, pero la posibilidad de vivir solo de la música se le escapaba. 

En 1963 se casó con María del Refugio “Cuquita” Abarca Villaseñor, su vecina en Guadalajara.

En 1963 se casó con María del Refugio “Cuquita” Abarca Villaseñor, su vecina en Guadalajara.

ESPECIAL

A principios de 1963, su madre falleció de cáncer, nada volvió a ser igual y Vicente maduró de un golpe, tenía apenas 23 años. En diciembre de ese mismo año se casó con María del Refugio “Cuquita” Abarca Villaseñor, su vecina en Guadalajara, con quien tuvo cuatro hijos: Vicente, Gerardo, Alejandro y Alejandra. Además comenzó a trabajar en el cabaret El Sarape, donde consiguió un sueldo como cantante.

Un año más tarde se unió a un par de grupos de mariachi populares en la época como el Mariachi Amanecer de Pepe Mendoza, y el Mariachi de José Luís Aguilar (Felipe Arriaga), por lo que se mudó definidamente a la Ciudad de México y posteriormente, a través de la emisora de radio XEX-AM pudo llegar a audiencias más grandes y alcanzar fama local. Por ese entonces actuaba regularmente en el programa de radio, de música de mariachi, Amanecer Tapatío. Arriaga y otros influyentes amigos lo animaron a mudarse a la Ciudad de México.

A finales de 1965 comenzó a hacer visitas a las diferentes compañías discográficas. Siempre era rechazado, pero empezó a rondar por los entonces Estudios CBS, con la esperanza de obtener una audición. Eventualmente Fernández pudo meter un pie en la XEX, la estación número 1 de México. A través de la XEX pudo llegar a audiencias más grandes y empezar a construir fama local.

Y es que el 19 de abril de 1966, la trágica muerte de Javier Solís, por complicaciones durante una operación de la vesícula, abrió un espacio para un nuevo artista masculino en la ranchera. Era la tercera vez en trece años que México perdía un héroe nacional. Pero ocho días después de la muerte de Solís, las cosas cambiaron para Vicente Fernández y muchas de las mismas compañías discográficas que lo habían rechazado sólo unos meses antes, lo empezaron a llamar. Allí estaba Vicente, listo para dejar una marca indeleble en la historia de la música latinoamericana.

“A mí, Dios me dio un arma: cantar, pero cuando, aparte de ser pobre, no se ha estudiado, es más difícil. Estudié hasta el quinto año de primaria, pero aprendí de la vida lo que en la escuela no podría, quizá, en 20 años”. Incluso recuerda que una vez por esos años le preguntaron “¿oye, Chente, de Vicente Fernández, Pedro Infante, Javier Solís y Jorge Negrete, para ti cuál es el mejor?”, su respuesta fue: “El mejor no sé, pero el más vivo se llama Vicente Fernández”.

Se presentó en el Teatro Blanquita y en verano de ese año firmó un contrato con CBS México (actualmente Sony Music) y grabó su primer disco. “Tu camino y el mío”, “Perdóname” y “Cantina del barrio” fueron sus primeros éxitos. Luego siguieron otros, como “Soy de abajo”, “Ni en defensa propia” y “Palabra de rey”. México tenía su cuarto gallo.

UNA ÉPOCA CON "PALABRA DE REY"

La década de los 70 fue una época triunfal para él. Su primer álbum fue titulado La voz que estabas esperando, esa voz que incluso en sus momentos de mayor potencia parecía acariciar y que hizo a millones en el mundo sentirse orgullosos de ser mexicanos y/o latinoamericanos. Sus siguientes álbumes, con títulos como “El rey”, “El hijo del pueblo” y “Para recordar”, se vendieron como pan caliente.

Después llegaron discos como Palabra de rey, Vicente Fernández y Ni en defensa propia, que lo llevaron a Televisa, a programas en vivo con Raúl Velasco, que le dieron proyección internacional. No conforme con cantar y grabar, Fernández extiende su trabajo hacia el cine, en 1971. Aparece en su primera producción mexicana, Uno y medio contra el mundo. Tres años después, protagonizó su primer hit cinematográfico, La ley del monte. El disco de la música de esta película también se convierte en un hit.

A principios de los setenta, Fernández estaba en la cumbre del éxito, produciendo álbumes de altas ventas como El Ídolo de México, El Rey, El Hijo del Pueblo, La Ley del Monte y Para Recordar, con canciones que se convertirían en parte del repertorio de todos los mariachis. Viendo hacia el futuro, en 1975 Fernández sube al escenario a su hijo Alejandro, de cuatro años, y cantan juntos por primera vez.

Hasta entonces, el vocalista de mariachi era un hombre fuerte, un macho de pelo en pecho que no mostraba debilidad, mucho menos sobrio. Hoy en día, esa música es asociada con corazones rotos y amores no correspondidos, pero fue Fernández quien en 1976 le presentó al público ese tipo de canciones rancheras. La más icónica de esa nueva etapa de la música mexicana es “Volver, volver”, una composición de Fernando Z. Maldonado. Esta canción lo convirtió en una estrella internacional y así empezó su inolvidable e impresionante lista de éxitos.

El tema

El tema "Volver, volver", fue el que le dio alcance internacional.

ESPECIAL

A principios de los 80, los medios de la música, en México, acuñaron un nuevo apodo para Fernández, “El Ídolo de México”, y se le quedó. Con su éxito creciente, Fernández se dedica a hacer giras y grabaciones con regularidad.

“Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”, una frase que comenzó a usar en los años 80 en sus extensas presentaciones. En esos años volvió a dar voz a los temas de José Alfredo Jiménez y pasó largas giras en Sudamérica, principalmente en Colombia.

En 1980 había generado suficiente dinero como para comprarse un terreno de mil 230 acres cerca de Guadalajara. Allí erigió lo que sería su fortaleza: el rancho Los tres Potrillos, centro de su vida personal y profesional. Allí reunía a la familia y grababa sus canciones. Allí fue donde convenció a su nieto Alex de que siguiera sus pasos en el mariachi tradicional y le grabó su primer disco. Es una finca activa y es el refugio de los Fernández. Fue además el lugar donde esta leyenda de la música mexicana pasó sus últimos años de vida.

También en los 80 Vicente conoció a la segunda mujer más importante de su vida. Se trata de su hija Alejandra, que era en realidad su sobrina biológica, ya que nació en 1984 de una hermana de su esposa. Los Fernández terminaron adoptándola y los tres potrillos la llaman hermana. Desde entonces, y hasta que comenzaron a nacer los nietos, eran una sólida familia de seis.

En 1983 presentó su álbum 15 Grandes con el Número Uno del que se vendió más de un millón de copias y un año más tarde ofreció un concierto histórico en la conmemoración de la independencia de México, en la Plaza de Toros a la que acudieron más de 54 mil personas, según las cifras oficiales.

Para 1987 destaca el lanzamiento de Dos Corazones, un álbum a dueto con Vikki Carr con quien también se presentó en diversos escenarios y dos años después el álbum Por tu maldito amor que también rompió récords de ventas.

CONSAGRADO POR JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ

En los años 90 volvió a dar voz a los temas del llamado Hijo del Pueblo, con el disco Las Clásicas de José Alfredo Jiménez, el mejor compositor de canciones rancheras también de México, y durante la década cosechó éxitos con canciones como “Qué de raro tiene”, “Lástima que seas ajena”, “Aunque me duela el alma”, “Me voy a quitar de en medio” y las clásicas de “Acá entre nos” y “Mujeres divinas”, escritas especialmente para Vicente, por parte del compositor Martín Urieta.

Canciones como “Aunque me duela el alma” (1995), “Me voy a quitar de en medio” (1998) y “La mentira” (1998) - el tema principal de la telenovela del mismo nombre- se convirtieron en clásicos. Posteriormente realizó una serie de homenajes, primero a Los Dandys y luego a Agustín Lara; lanzó otros discos inéditos como La tragedia del vaquero y de éxitos como The Living Legend (La leyenda viviente). Su último gran éxito lo obtuvo en el 2007 con el disco Para siempre y su sencillo “Estos celos”, además de una colaboración a dueto con Tony Bennet.

A pesar de que se le conoce como el rey de la música ranchera, Fernández ha escrito unas cuantas canciones, pero prefiere dejar ese importante quehacer a los expertos. “Siempre he dicho que no hay grandes compositores, sino grandes canciones”, dice Fernández. “Y nunca he dicho que soy compositor. Es un trabajo muy difícil, sin embargo, algunas ideas e inspiraciones me han llegado y cuando eso sucede, corro a tomar una pluma y escribir unas cuantas frases”.

Vicente permaneció en las listas de popularidad con dos paquetes de grandes éxitos. Historia de un Ídolo Volumen I, en el 2000 que incluye: “Lástima que Seas Ajena”, “Me Voy a Quitar de en medio” y “Nos estorbó la ropa”. También recibió el Premio Billboard a la música latina por el álbum de grandes hits del año. Historia de un Ídolo Volumen II, en el 2001 e incluye: “El Rey”, “De qué manera te olvido” y “Volver, volver” alcanzó el número 2 en la famosa revista de música Billboard.

En sus conciertos épicos destaca que reunió a más de 220 mil personas en el Zócalo el 14 de febrero de 2009.

En sus conciertos épicos destaca que reunió a más de 220 mil personas en el Zócalo el 14 de febrero de 2009.

ESPECIAL

En sus conciertos épicos destaca que reunió a más de 220 mil personas en el Zócalo el 14 de febrero de 2009, cuando fue el cierre del Festival Bésame Mucho. Actualmente, es el cantante más reconocido de música ranchera, y ha vendido poco más de 65 millones de copias en todo el mundo.

A diferencia de Frank Sinatra, dice que no se retirará más de una vez y no esperará a no entregar lo mejor de sí a sus seguidores. “No parece que tengo la edad que tengo. Quizás porque vivo y trabajo en mi rancho y llevo una vida sana”, dice Fernández. “La gente me ha dado tanto y mi amor por ellos es tan grande que he pensado cuidadosamente en el día de mi retiro”.

“Un artista necesita retirarse con mucha dignidad, en el mero momento, como yo empecé a cantar tres horas en cada presentación, yo no quise que algún día el público me dijera ‘no pues ya canta menos’ o ‘ya no canta’”, con estas palabras Vicente Fernández anunció su despedida con un concierto en el Estadio Azteca llamado Un azteca en el Azteca.

“Yo quise retirarme con mis plenas facultades como todos ustedes me conocen. Mi voz está bien descansada. Cuando escucho el aplauso del público no sé de dónde viene la voz, pero la tengo durante tres horas. Tendrás que preguntarle a Dios para averiguar por qué me bendice cada vez que canto”, expresó el intérprete en una entrevista.

Aunque su último concierto fue en el Estadio Azteca de Ciudad de México, en 2016, su última presentación en vivo se dio realmente el 15 de noviembre de 2019 en Las Vegas, donde compartió el escenario de los Latin Grammy con su hijo Alejandro y su nieto Álex.

OTROS PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS 

A lo largo de su vida, Fernández fue mucho más que un artista. Entregó decenas de becas, hizo innumerables donaciones, tenía y patrocinaba decenas de fundaciones e hizo activismo a favor del Partido Demócrata y los inmigrantes latinos, entre otras cosas. “Es una forma muy pequeña de pagar la deuda que tengo con la gente”, explicaba al hablar de su lado filantrópico y político.

Para Vicente Fernández el mejor reconocimiento que puede recibir es el aplauso del público, sin embargo, como un ícono de la música ranchera, las diferentes organizaciones de la industria, nacionales e internacionales, han distinguido el trabajo de quien esta noche se despide de los escenarios.

En 1991, después de lanzar álbumes con gran renombre como Por tu maldito amor y otros discos compilatorios, Chente demostró su influencia musical con el mencionado disco Vicente Fernández y las clásicas De José Alfredo Jiménez, que le valió el premio Billboard y el Latin America Music Awards, como Artista Masculino Regional Mexicano del Año, que ganó en 1993 y 1994 con Lástima que seas ajena y Aunque me duela el alma.

Otro de los grandes reconocimientos que ha obtenido, es su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, que recibió en 1998 y con la cual rompió el récord de mayor asistencia a esta ceremonia en Los Ángeles.

También recibió el premio Billboard a la música latina por el álbum de éxitos Historia de un ídolo volumen II, presentado en 2001. Un año después, Fernández fue reconocido por la Academia Latina de la Grabación como Persona del Año gracias a sus logros artísticos y por su donación al Fondo Nacional de Becas para Hispanos.

Otro de los grandes reconocimientos que ha obtenido, es su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, que recibió en 1998.

Otro de los grandes reconocimientos que ha obtenido, es su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, que recibió en 1998.

ESPECIAL

El Charro de Huentitán obtuvo en el 2010 finalmente un premio Grammy anglo, al Mejor Álbum Ranchero por Necesito de ti, el primero en sus más de cuatro décadas de carrera musical durante la edición 52 de esos galardones. Ese mismo año obtuvo el Premio Lo Nuestro como Mejor Artista Ranchero del Año y el Billboard en las categorías de Top Álbum Latino, Artista del Año Masculino y Álbum Regional Mexicano del Año en Solista.

Durante el 2012, de nueva cuenta el Billboard lo galardonó con los premios de Artista del Año, Tema del Año y Disco del Año. De nueva cuenta en el 2015, "El Charro de Huentitán" volvió a recibir el Grammy por su disco Mano a mano: tangos a la manera de Vicente Fernández, el segundo en toda su trayectoria.

Además tiene 51 álbumes que figuran en la Asociación de la Industria de Grabación de América (RIAA) con registros de oro, platino y ventas multiplatino y el 23 de marzo fue proclamado como el Día de Vicente Fernández, en Las Vegas, Nevada, después de recibir el galardón Diamante por su carrera artística en aquel país.

Aunque solo dos de los hijos de Alejandro, Camila y Alex, han seguido los pasos del abuelo como intérpretes, los Fernández están involucrados en las distintas actividades de la familia. Los negocios son muchos, pero también sus descendientes. A Vicente lo lloran su viuda, sus cuatro hijos, sus nietos - cinco de Alejandro, cuatro de Vicente y se desconoce si Gerardo y Alejandra han tenido descendencia- y sus cuatro bisnietos.

“NO FUI UN SANTO”: EL LADO POLÉMICO DE SU VIDA

El artista también vio en esa década el lado más oscuro de la fama. Comenzaron a salir rumores de relaciones extramaritales: “Si escribiera una biografía con todo lo que me ha pasado en la vida, mi esposa, Cuquita, se divorcia inmediatamente”, reconoció el cantante en la presentación del mencionado libro Pero sigo siendo el rey.

También recibió críticas por sus actuaciones en actividades políticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en especial durante la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari, quien gobernó México entre 1988 y 1994.

En España las autoridades iniciaron en 2013 una investigación sobre blanqueo de dinero del narcotráfico colombiano a través de distintos eventos: determinaron que los narcos colombianos pudieron blanquear hasta cinco millones de euros en la gira de despedida del charro mexicano, aunque no se determinó la implicación de Fernández en este caso.

Él también ha hecho comentarios polémicos, como cuando en su concierto de despedida en México en 2016, ante más de 100 mil personas, dijo lo siguiente en caso de encontrarse un día cara a cara con Donald Trump: “Le voy a escupir la cara y le voy a mentar la madre”. Fernández ya en 2016 había publicado un corrido con el que mostraba su apoyo a la entonces candidata demócrata Hillary Clinton. “Señora Clinton, estoy aquí para pedirle que cuando llegue a la presidencia no se olvide de todos mis hermanos mexicanos y latinoamericanos”.

Tampoco escondía, para decepción de muchos de sus seguidores en Venezuela, su admiración por el fallecido Hugo Chávez, a quien visitó en Miraflores en 2012 y con quien cantó Lástima que seas ajena, uno de sus grandes éxitos.

Recientemente protagonizó dos episodios. El primero de ellos al afirmar que rechazaba recibir un trasplante de hígado por si el donante era “homosexual o drogadicto”: “Me quisieron poner el hígado de otro cabrón y dije: 'no amigo, yo no me voy a ir a dormir con mi mujer con el órgano de otro güey (otro tipo), ni sé si era homosexual o drogadicto", dijo.

Más recientemente, en enero de 2021, recibió fuertes críticas por un video que muestra el momento en que toca el pecho de una joven seguidora mientras posaban juntos para una fotografía. Las imágenes se difundieron vía Tik Tok por la cuenta @trplexxx, y en él se puede ver cuando tres fans se acercaron al cantante para tomarse una fotografía; sin embargo, Vicente colocó la mano en el seno derecho de una de ellas al momento de posar para la toma. La joven se mantuvo inmóvil ante los tocamientos del cantante. Más tarde se sumaron otras mujeres que aseguraron también haber sido acosadas en su tiempo por el intérprete.

Descanse en paz, una de las máximas leyendas de la música mexicana.

Descanse en paz, una de las máximas leyendas de la música mexicana.

CORTESÍA/Lulu Urdapilleta