Escenario

Ángeles Cruz: “Mantenernos de pie cuando nos atraviesa el rayo, esa es la serenidad”

COBERTURA. ‘Valentina o la serenidad’, el segundo largometraje de la cineasta oaxaqueña se presentó el la 21 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia y compite por el mejor Largometraje Mexicano

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La cineasta mixteca Ángeles Cruz junto a el elenco y la producción de ‘Valentina o la serenidad’ en la 21 FICM.

La cineasta mixteca Ángeles Cruz junto a el elenco y la producción de ‘Valentina o la serenidad’ en la 21 FICM.

Lucero Díaz

Valentina, una niña de siete años que vive en Villa Guadalupe Victoria, Oaxaca, tras la muerte de su padre pone todo su empeño en creer que él está vivo. Es un viaje que transita desde las profundidades de la pérdida a la aceptación dolorosa de la muerte, esa es la premisa del nuevo y segundo largometraje de la realizadora Ángeles Cruz, Valentina o la Serenidad, mismo que se encuentra en plena competencia de la vigesimoprimera edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.

Valentina o la serenidad, tiene como tema central la muerte y el duelo por el que pasa la joven Valentina, pero también tiene dentro de su universo otras temáticas importantes y de alguna manera relacionadas como la pérdida de la identidad cultural tanto sonora como con la jarana mixteca como con lingüística como la falta de interés por la lengua mixteca.

La directora Ángeles Cruz junto con las actrices Miriam Bravo, Danae Ahuja Aparicio, la productora Isis Ahumada, Alejandra Hernández compositora de la música original de la película y el fotógrafo Carlos Correa, se reunieron con la prensa en marco de la 21 FICM, con el claro objetivo de esclarecer dudas y poder profundizar brevemente en la película.

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Fotograma de ‘Valentina o la Serenidad’.

Valentina o la serenidad se rodó en la comunidad de Villa Guadalupe Victoria que es la comunidad de la cual soy originaria, llamamos a Isis Ahumada para que nos ayudara en la producción, se hicieron talleres, se hicieron talleres para el casting, Miriam me ayudó en estos talleres, hicimos los talleres en conjunto y ahí encontramos a Danae Ahuja que es nuestra protagonista y que es de la comunidad”, dijo la cineasta oaxaqueña Ángeles Cruz.

El tema de la muerte y el universo que lo rodea es el génesis del filme, sobre todo porque es un tema que a los niños nunca se les comunica de frente, principalmente porque se generaliza con la idea de que al ser infantes no comprenderán el tema o se les trata de ingenuos.

Valentina o la serenidad empieza con el guion, para mí se va construyendo desde la primera idea y fue desde el miedo, en el 2020 a mí me entró un pánico por perder a alguien amado y la única pérdida que yo había tenido era mi papá a las nueve años en un accidente, entonces fue donde conecté y en lugar de irme a esconder como hice de niña pues escribí un guion que es Valentina, en ese sentido tenía la necesidad de hablar de la muerte desde este lugar, desde la la niña, desde los niños, desde la infancia, desde el silencio que es parte también de mi cultura, creo que era entender, digamos, yo ya había estado en ese lugar,, no me quedé con eso, fui a entrevistar a niñas y a niños de mi comunidad que estaban atravesando o que habían atravesado por el mismo proceso de duelo y era la primera vez que ellos lo hablaban, entonces quiere decir que eso no se habla en las casas, que damos por obvio que los niños ahí están y que no van a entender dada”, recordó la realizadora mixteca.

Ángeles Cruz en la presentación de ‘Valentina o la serenidad’

Ángeles Cruz en la presentación de ‘Valentina o la serenidad’

Cortesía FICM

“Es esa construcción en el guion y ya después lo que suma cada quien, lo que suma todo el equipo, porque estamos hablando de personas creativas que cada una viene a darle algo más a la película, la película en el guion era una parte que conectaba con mi infancia y conmigo misma, en la película Danae se adueñó de Valentina, se hizo cargo de ella con sus propias expresiones, Alejandra con su perspectiva, Miriam, Carlos y todo mundo suma a que esta historia llegue”, agregó la cineasta.

Por su parte la actriz Miriam Bravo, que en el filme de vida a la madre de la pequeña Valentina compartió que el gran secreto de este filme radica en el respeto y la contención:

Para mí para poder hacer el viaje emocional del personaje de Valentina tratamos de compartirle las herramientas posibles y evidentemente con la guía de Ángeles poder llegar a momentos emotivos, más tensos dentro de la historia y siempre con una contención hacia el caso de de Danae y en el caso mío tengo la fortuna de haber vivido el proceso desde el guion, irlo conociendo y como ir madurando como eran estos personajes, ir encontrando a esta madre mixteca que está viviendo también un proceso de duelo, pero que finalmente es madre y sigue atendiendo a su familia y sigue siendo práctica, entonces fue un viaje muy hermoso de mucho respeto y mucha contención en los momentos de las escenas delicadas”, compartió Miriam Bravo.

Ángeles Cruz junto a las actrices Miriam Bravo y la joven Danae Ahuja Aparicio, protagonista del filme.

Ángeles Cruz junto a las actrices Miriam Bravo y la joven Danae Ahuja Aparicio, protagonista del filme.

Lucero Díaz

Creo que a veces en el cine queremos atropellar, queremos atropellar todo lo que esté a nuestro paso y yo quería que Danae no se traumara con la historia que estábamos contando, no violentarla a ese nivel sino irle explicando poco a poco, despacito, cada secuencia, el guion se lo fuimos platicando para los momentos en que necesitábamos, en un principio se le decía ‘piensa que se murió, pero no es cierto’, entonces la ventaja de Danae es que es una persona, una niña muy empática y que puede entrar en la ficción de una manera muy natural, como un juego, por eso era divertido, pero evidentemente siempre tratar de que lo más importante era cuidarla, no nada más físicamente sino también su alma, no enfrentada a algo doloroso que no pudiera contener sino en ese sentido poco a poco ir pidiendo cosas muy específicas”, añadió la cineasta.

El cambio de visión sobre las infancias donde ya se considera la opinión infantil en múltiples temas y cobra cierta relevancia el valor de la palabra de un infante, así como que no se le infantilize cada vez se están llevando con mayor frecuencia a las pantallas.

Pues yo pienso que a lo mejor son coincidencias. Estamos viendo películas que se gestaron tal vez en el 2020, tal vez en la pandemia, donde nos enfrentamos a revalorar nuestra vida, revalorar las cosas que tenemos, revalorar nuestros afectos y pienso que el cine en mi caso es una oportunidad de tocar temas que me que me importan, no lo pensé en realidad decir voy a hablar sobre niñas o sobre niños, es una historia que vino, que se colocó, que se impuso en mi pensamiento y que compartí, es muy bonito porque fue un guion que me costó muchísimo trabajo por la situación que estábamos pasando sin pensarlo, sin pensar o decir, voy a hablar del duelo, voy a hablar de la pérdida, voy a hablar en mi caso perdí a mi papá, entonces eso eso se lo puse a Valentina, no es autorreferencial, pero sí le preste muchas cosas”, afirmó la cineasta.

Danae Ahuja Aparicio en la presentación de ‘Valentina o la serenidad’

Danae Ahuja Aparicio en la presentación de ‘Valentina o la serenidad’

Cortesía FICM

“Cuando yo comparto este guion con Isis, ella se acaba de pasar por lo mismo, acaba de perder a su papá y cuando compartimos este guion con otros amigos y amigas estaban pasando como un momento difícil y siento que eso evidentemente, también es un crew muy respetuoso, un equipo de personas muy respetuosas, que cuando vimos a Danae y a las niñas y a los niños evidentemente había una cosa de cuidado y contención. Creo que deberíamos de hacer eso mismo siempre, ese mismo respeto no nada más a las niñas y a los niños sino también como adultos respetarnos muchísimo, a mujeres a hombres, a la gente que forma parte de nuestros equipos de trabajo, deberíamos de tratarnos así, porque nos rompemos el alma de una manera brutal, deberíamos aprender a cuidarnos”, ahondó.

Valentina o la serenidad, tuvo su estreno internacional en la sección Discovery dentro el marco del Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) fue apoyada por el Apoyo a la Producción de cine para las Infancias así como por el Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (ECAMC), elementos que lograron un crecimiento inesperado para la cineasta.

Creo que todas las personas cuando hacemos nuestro trabajo lo que pensamos es eso cómo comunicamos, lo que sucede después ya no depende de nosotros, nuestras historia están ahí, nuestro cine ya lo hicimos, ya está la película y la película toma su propio camino. Sí siento que tienen que abrirse los espacios para que haya una gran diversidad de películas y que no sean las mismas películas con las mismas temáticas siempre y que tenemos que ampliar la narrativas, el crecimiento que yo he tenido, ha sido hacia adentro también, hacia adentro de nosotros mismas, el cuestionarnos, yo sé que a Nudo Mixteco le fue muy bien y no quería hacer lo mismo que en Nudo Mixteco, no pretendo darle gusto a nadie, sino en sentir realmente respetar la necesidad del espíritu para contar algo y compartirlo, lo que sucede después no sabemos, si queremos que nuestras historias lleguen a todas partes del mundo, eso sí queremos, queremos que las historias desde nuestros pueblos puedan instalarse en todos los cines, queremos que las alas se abran, queremos que Cinépolis, Cinemex, las grandes cadenas de cine, abran sus espacios a la diversidad de historias que se están contando en este país y que no nos quedemos nada más en nichos de Cineteca sino que estas pantallas realmente muestren la diversidad que somos”, Ángeles

En el filme también recae el lenguaje originario y la pérdida del mismo, en este caso el mixteco, algo también recurrente el el trabajo de la realizadora mixteca.

A mí se me hizo así increíble que lo encontré de una manera natural sin pensarlo y después en el análisis del guion y al estarlo re trabajandolo entendí la importancia que tiene para mí la lengua, tiene esa conexión ancestral de nuestro territorio sonoro, el cómo se escucha el mixteco, cómo se escucha, cómo vibra, cómo matiza y pensé que siempre andamos desdeñando como hijos y como hijas lo que nos enseña nuestros padres y nuestras madres, no valoramos hasta cuando ya no están decimos híjole, sí hubiera aprendido a cocinar, si hubiera aprendido a hacer esto que me enseñaban mamá o esto que me enseñaban a mi papá o esto que me enseñaba la gente que me quería, para mí era importante ese lazo, porque el mixteco se está perdiendo y en mi comunidad se está perdiendo, muchas niñas y niños no saben y empezamos por ahí, ‘Ah, quieren participar en la película tenemos que aprender mixteco, se les dejo el poema que que cierra la película como parte de un ejercicio. Era importante retomar lo que nos conecta con nuestros ancestros, con este territorio sonoro”, resaltó Ángeles Cruz.

Finalmente se le cuestionó a la cineasta como es que el duelo, tema central del filme se puede relacionar con la serenidad ella muy resolutiva contesto relacionándolo con un elemento de la misa cinta, el árbol donde Valentina iba a pensar, un árbol que fue atravesado por un rayo pero éste continuaba estoico “Poder sobrevivir cuando nos atraviesa el rayo y mantenernos de pie. Esa es la serenidad”, concluyó.

Valentina o la serenidad de Ángeles Cruz compite en la categoría de Largometraje Mexicano en la vigésimo primer edición del FICM donde también resaltan Tótem de Lila Avilés, No voy a pedirle a nadie que me crea de Fernando Frías, lumbrensueño de José Pablo Escamilla, A cielo abierto de Mariana Arriaga y Santiago Arriaga, Desaparecer por completo de Luis Javier Henaine, Itu Ninu (Cumbres de maíz) de Itandehui Jansen, Latido de Katina Medina Mora, Todos los incendios de Mauricio Calderón Rico, Temporada de huracanes de Elisa Miller y Todo el silencio de Diego del Río.