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‘Blanquita’: Un incómodo filme sobre la impunidad de las clases políticas y eclesiásticas en Chile

ENTREVISTA. El cineasta Fernando Guzzoni estrena en México su más reciente producción, una historia polémica que desvela redes de pederastia de los círculos de poder

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Fotograma de 'Blanquita'.

Fotograma de 'Blanquita'.

CORTESIA

Blanquita es una cinta del director chileno Fernando Guzzoni quien nos muestra la impunidad que disfrutan las clases políticas y eclesiásticas en Chile, al denunciar una red de pedófilos. Blanquita se ve obligada a soportar el acoso de las fuerzas que se despliegan para ocultar y proteger a culpables de las violaciones a niños en situación de calle, Blanquita tendrá que sufrir las consecuencia de su lucha ya perdida desde el principio, conversamos con el director de la película:

“Yo lo que creo es que la película plantea un personaje femenino que tiene un carácter digamos subversivo en el sentido de que transgrede digamos normas de lo social, de lo legal pero con un objetivo digamos de justicia con un acto en busca de un acto reparatorio de justicia pero no de una manera tan ortodoxa. No tiene una mirada, digamos, victimizante”, dijo el cineasta a Crónica Escenario.

“La película a mí me parece interesante digamos porque el personaje rompe con el molde de los santificados, de lo puro, de lo higienizado que suele reservarse a los femenino o de la manera en que se ha querido disciplinar y secuestrar la idea de lo femenino por la producción cultural, digamos, por cierto exotismo, fetiche que se ha construido alrededor de la figura de los femenino, como si tuviesen que ser sujeto sin contradicciones, sin ambigüedades, sin dudas”, continuó.

“Entonces, me parece que ahí la película instala algo interesante en términos de que nos desvela a una heroína con doble moral que se inmola como Juana de Arco. Por otro lado, pero digamos, a través de una materialidad que también interpelan al espectador ética y moralmente que es algo que a mí me interesa hacer”, complementó.

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¿Los personajes juegan una suerte de doble moral, son personajes dentro de los mismos personajes, las caras ocultas de la realidad?

Bueno el coprotagonista de esta película es un sacerdote católico, cierto que es quien acompaña a Blanquita en esta digamos cruzada por justicia y que también es un personaje digamos subversivo también en términos de que o representa digamos una paradoja al menos una retórica inversa en términos de lo que podríamos esperar de un sacerdote católico, porque este hombre está, digamos, detrás de una red de explotación infantil, es decir es un sacerdote católico persiguiendo pederastas cosa que, digamos, está bien, porque lo que precisamente hemos visto en el mundo hace mucho tiempo son escándalos de abuso sexual de parte de la iglesia y esa es una de las peculiaridades que, digamos, tiene este caso.

Pero un sujeto que también está elaborando sus contradicciones, es decir ha consagrado su vida a estos niños en riesgo social pero también hay una carga mesiánica y, digamos, narcisista en esta búsqueda de querer ser el “salvador” entonces por el momento esta relación entre ambos se trenza en una cosa simbiótica genuina de compañerismo pero también de instrumentalización de utilitarismo.

Entonces, digamos, que también lo hacen un personaje bien particular y un personaje que no se puede capturar en una lógica tan binaria o dicotómica si es bueno o malo, es más complejo. Que eso igual que Blanquita juega en un ejercicio sobre los límites de la representación. Todos los personajes interpretan un rol al interior de la película, juegan a construir un personaje, la propia Blanquita construye un personaje, digamos, para sobrevivir y en el caso de la diputada también hay un ejercicio ahí de conveniencia que por momentos puede parecer genuino y por momentos se ve que tiene una lógica instrumental y todos van jugando en este ajedrez del poder a posicionarse al servicio de esta gran puesta en escena.

Entonces yo creo que ahí también hay un carácter digamos interesante que atraviesa toda la película que tiene que ver con ¿Cómo es la película? Se erige como un artefacto digamos, un artefacto ficcional al interior de la propia película. Entonces yo creo que ella es parte de ese ejercicio ficcional, ella también está jugando a interpretar un rol con un propio deseo, con un propio objetivo. 

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¿Ésta es la forma en las que las cúpulas en el poder se protegen a sí mismas, es la forma más cruel de perpetuarse?

Mira yo creo que es la manera en que funcionan las élites en general en el mundo, pero particularmente en Latinoamérica es a través de pactos oligárquicos transversales donde esa élite lo que busca es protegerse y reproducirse. Ese es el ethos de la elíptica, entonces bajó esa lógica si la élite permite que entre en otros cuerpos digamos los cuerpos históricamente oprimidos o excluidos, racializados por ese propio poder.

Si deja que entren a esa esfera, a esa arena, probablemente eso no tenga fin. Entonces, me parece que hay una respuesta lógica del poder para volverse hermético frente a la aparición de estos personajes que de pronto colisionan. Blanquita es una mujer joven que no tiene tentáculos con ese poder, que no tiene capital económico, que viene de una extracción muy popular, es una mujer criada en una institución de menores y que logra poner en vilo e incomodar ese poder.

Como contra respuesta establece un acuerdo cupular para disciplinarla de vuelta y para dejarla proscrita de nuevo fuera del sistema, fuera del poder, entonces yo creo que es un ejercicio de acción y reacción propio de cómo se articulan los distintos dispositivos de poder en sociedades como las nuestras, donde siempre hay un sesgo de clase o de género para acceder a la justicia y al derecho y a los Derechos Humanos. 

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¿Cómo funciona la música en la trama de la película?

Bueno la música claro juega un rol importante en términos de que, digamos, por momentos tiene un carácter bien incidental donde hay una frontera digamos entre los dietéticos y lo extradiegético y donde todas esas sonoridades están al servicio por momentos de un espacio más psicologizante donde entramos en la cabeza del personaje y por momentos juega un rol más narrativo, digamos, tradicional.

Fue un trabajo súper interesante que hice con una música francesa que se llama Cloé Benín y claro fuimos estableciendo cierto acuerdo, hemos conceptualizando la idea y a lo largo de la película hay una sonoridad que es una suerte de campana que va cerrando capítulos de la película y que se empieza a convertir en una especie de sonoridad que está al servicio de la unicidad de la propuesta sonora, un aspecto muy muy minimalista, no es una sonoridad con una presencia tan radical sino que es una presencia mucho más sugerida, más fuera de campo donde se trenza con con el sonido del ambiente.